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"Transhumanismo"

Un debate presente hoy en la sociedad, es la condición o el carácter personal del embrión humano. En efecto, hasta ahora hemos convenido que el embrión desde el zigoto es individuo de la especie humana y por tanto, a la luz de la filosofía clásica, posee la condición de ser humano. Se trata ahora de contestar a la pregunta de si además de individuo biológico, de ser humano, el embrión es persona. Porque ser persona implica hallarse en propiedad de una dignidad inherente a lo personal y ser sujeto de derechos y, sobre todo, de protección por la ley civil.

Para una visión desde el cientifismo esta posibilidad es inaceptable e inconcebible : se vendría bajo -piensan- todo el edificio utilitario biotecnológico que fundamenta las relaciones hombre-mujer, el derecho al aborto y el futuro de la investigación destructiva con embriones. La codición de

El debate sobre el carácter personal del embrión prejuzga un conocimiento histórico de los avatares que, en las diversas épocas de la historia, ha centrado la interpretación de la naturaleza del embrión. Las diferentes culturas establecieron interpretaciones diferentes, ontológicas y jurídicas, sobre la vida embrionaria, argumentos y contenidos que son aquí imposibles siquiera de extractar. Hoy son distintos los argumentos que se sostienen para negar condición personal al embrión.

En lo que sigue se van a esbozar algunos criterios en torno a la condición personal del embrión, limitándolos a las reflexiones de dos eminentes filósofos españoles, presentes en el debate al que hacemos referencia y de prestigio reconocido. Asistidos por un profundo conocimiento de la filosofía clásica y siendo hombres de su tiempo, tanto Xavier Zubiri como Leonardo Polo se supieron mantener al margen de las poderosas corrientes utilitaristas de su momento histórico, y desde una metafísica auto-renovada en cada caso, contribuyeron a desvelar el complejo edificio filosófico del embrión persona. En sus argumentos y construcciones filosóficas depositamos pues el inicio de este desvelamiento de la condición antropológica del embrión precoz y por ende del feto.

a) Para Javier Zubiri, hacer metafísica implicaba un abordaje diferente de la realidad, sin duda previo a la pura razón. Las cosas, la realidad se capta no al modo clásico, como realidad «en sí» que la inteligencia es capaz de reconocer en su esencia; sino como aprehensión primordial. Las cosas son aprehendidas «de suyo». Este modo de captar la realidad rechaza que ésta pueda ser entendida en “sí misma” -que sería la obra de la razón y de la metafísica clásicas- antes bien, la captación de la realidad desde la fenomenología de Zubiri tiene siempre algo de «construcción provisional», porque la realidad “de suyo” puede captarse de forma diferente en el tiempo. Esto hace decir a Gracia que la obra de Zubiri es poco dogmática y que fue cambiando o rectificándose a lo largo de toda su vida. Desde esta percepción de la obra de su maestro, Gracia se ha abierto a nuevas formulaciones de base científica y desde los propios conceptos zubirianos ha elaborado nuevas interpretaciones del debate que nos concita, que finalizan lejanas a las que siempre había abocado el universo de Zubiri[25].

Aquí, el autor va sintetizar la doctrina zubiriana clásica sobre el embrión, que el maestro formuló hasta poco antes de morir en «Sobre el hombre»[26], la obra de madurez donde concluye sobre el carácter personal de embrión humano. Todo se había iniciado tras el abandono por Zubiri del aristotélico concepto de substancia y la elaboración de uno nuevo, fruto de su reflexión, el concepto de sustantividad, en el que no vamos a entrar. Zubiri dedicó muchas horas de reflexión a la idea de persona, de lo cual no vamos a tocar más que lo que hace referencia al embrión.

Es en un momento de su reflexión que afirma» que ser persona no es en un primer plano «tener de mí esa vivencia como algo mío, sino de ser efectivamente mío». Aquí la base última de su concepción de persona: Ser una realidad sustantiva que es propiedad de sí misma»[27]. Ser realidad en propiedad es para el filosofo la primera forma de ser persona. Pero es necesario distinguir bien la expresión «ser propiedad mía». Ciertamente hay una propiedad en los actos que uno ejecuta, pero esta es una propiedad que discurre en el orden operativo, en el orden de las acciones. «Pero los actos remiten constitutivamente a las estructuras esenciales de donde emergen» afirma Zubiri (la cursiva es añadida en este documento). Por eso, en primer lugar, cuando se dice que soy una realidad en propiedad no se hace referencia exclusiva a mis actos -dice el filósofo- sino a las estructuras, en virtud de las cuales me pertenezco a mí mismo. Aquí propiedad, dice Zubiri, no es una propiedad de orden operativo, es una propiedad de orden constitutivo. Y esto es importante, porque ya nos introduce en la realidad embrionaria. «La propiedad en el orden operativo nos sitúa en el ámbito de la personalidad» -continua- «la personalidad es algo que se va configurando a lo largo de toda la vida. «Pero persona es cosa distinta” -afirma de nuevo. Y prosigue: «el oligofrénico es persona, el concebido antes de nacer es persona». En este sentido, la palabra persona no significa personalidad. Significa un carácter de sus estructuras y como tal es un punto de partida. Luego más adelante concluirá: «A este carácter estructural de la persona lo denomino personeidad, a diferencia de la personalidad». «Si en este segundo paso de la explicación, queremos precisar en qué consiste la realidad en propiedad, debemos decir que es personeidad como momento personal de las estructuras radicales del hombre. Cuando preguntamos qué es ser persona en sentido estructural, hay que referirse a la sustantividad humana y no a las presuntas sustancias que la componen».

Los textos de Zubiri son claros, pero él es muy consciente de que se puede volver a interpretar la persona en exclusiva relación con sus actos. Es lo que ya viene ocurriendo en nuestros días. Y se adelanta a aclarar todo equívoco. Porque efectivamente, «la sustantividad significa todas las actividades del hombre respecto a las cosas con que entra en relación». Y en este sentido es una sustantividad perfecta, que no le falta nada para ser sustantiva. «Pero es una sustantividad perfecta en orden al qué, en orden a lo que el hombre es», lo que después dirá con otras palabras, en orden al «consistir», en orden a las funciones que me confieren esa sustantividad específica en orden al qué. Pero, en la lectura fenoménica de Zubiri -en esa sustantividad en orden al qué- va envuelta latentemente la otra dimensión de la sustantividad, a saber, el hecho de que por ser sustantivo en esa forma y con ese qué yo soy una realidad y tengo en cierto modo una existencia en mí. Ahí la sustantividad no es una sustatividad en orden al qué, sino en orden al subsistir. Ser persona no consiste primariamente en el qué de la persona, en consistir. Consiste en ser propiedad en el orden del subsistir. Ser realidad en propiedad consiste precisamente en ser una realidad subsistente. El qué es aquello en que la realidad subsistente consiste. Para Zubiri, los dos conceptos de consistencia y subsistencia van unidos en ese concepto de sustantividad. Pero el filosofo lo define aún más: y afirma de ellos, de estos dos conceptos, «el que formalmente constituye la realidad personal como tipo de realidad, en tanto que realidad, es la sustantividad en orden a la subsistencia».

Después, obviamente, dirá que subsistir y consistir son dos momentos distintos de la realidad y en cierto modo pueden aprehenderse el uno como distinto del otro en la percepción de las cosas. No así para él, para quien el subsistente y el consistente son idénticos. Pero no acaba aquí la definición de subsistir o subsistencia en el universo zubiriano[28]. Más adelante nos dice que subsistencia no significa individualidad, porque ésta está en el orden del qué, de lo «en que consiste», y sustantividad está en el orden del quién. La individualidad del «consistir», de lo que es, de lo que «en qué consiste» no es formalmente subsistencia. Para entender el orden del subsistir, Zubiri echa mano de la filosofía clásica, donde el subsistente es indivisum in se et divisum a quolibet alio, es lo que «es indiviso en sí y está dividido de todo lo demás». De esta definición Zubiri obtendrá dos notas para su definición, aunque esto no será suficiente. Por una parte quiere decir que en el subsistente hay cierta «clausura» (exclusión) de todo lo que no es él. El subsistente es distinto y está separado de todo lo demás. Luego, por otra, ha de ser indiviso en sí mismo. Aquí surge la diferencia entre sustancia y sustantividad. El carácter de «todo» que necesita tener la sustantividad para poder funcionar como irreductible es lo que nos acerca más al concepto de subsistencia.

Pero ambos momentos de subsistencia son insuficientes, el subsistente precisa de una tercera nota. No basta que sea clausurada y total, es menester también que se pertenezca a sí misma formalmente, que sea propiedad de sí misma en sentido formal y reduplicativo, porque no existen susbsistentes que no sean personales. La subsistencia, que Zubiri llama también suidad y personeidad es, pues, tener una estructura de clausura y de totalidad, junto con esa plena posesión de sí mismo en sentido de pertenecerse en el sentido de la realidad.

«Aquello por lo que se subsiste es la inteligencia, que es la estructura radical del hombre por la que este afronta la realidad. La realidad dotada de inteligencia es la única realidad que, como tipo de realidad, es perfectamente subsistente, porque es la única que cumple la triple condición de ser clausurada, ser total y ser una esencia que se posee a sí misma en forma de esencia abierta» Pero -insiste Zubiri- que no se entienda a la inteligencia como una especificación del subsistente, como «en lo que consiste», sino en el sentido de constitución personal del mismo. En suma, lo que Zubiri quiere mil veces dar a entender, con expresiones de su universo filosófico, es que lo que denomina personeidad en acto primo son las estructuras que confieren subsistencia, y que el acto en que se actualiza el subsistente es el acto segundo y que juntos acto primo y acto segundo constituyen la personeidad integral. Así pues, los actos los ejecuta la persona y los ejecuta «por aquello en que consiste». Pero es absurdo pensar que los actos, las acciones, son solo actos de la voluntad y de la inteligencia, afirma, negando todo dualismo. Formalmente nada más que ellos son actos personales, «pero es que el resto de los demás actos sensitivos y vegetativos constituyen, no un preámbulo, sino un ingrediente formal y constitutivo, básico y elemental de todo acto personal». Al ejecutar un acto el consistente no solamente ejecuta un contenido, sino que a la vez se actualiza el subsistente y por ello en todo acto se co-actualiza, junto al contenido, el carácter subsistente del que ejecuta el acto.

Este largo preámbulo sobre la personeidad conduce a la comprensión del embrión humano como persona, pero como personeidad. Para Zubiri, el hombre es una sustantividad psico-somática, es decir, un sistema intrínsecamente unitario y estructural de notas materiales que llamamos cuerpo y de unas notas psíquicas que él denomina psique. Por la fecundación se constituye por sistematización la célula germinal, el cuerpo, como él escribe exactamente. Dirá luego que solo puede haber psique cuando hay un cuerpo «de» quien es la psique, esto es, solo desde que hay célula germinal. Zubiri denominaría al zigoto de modo característico con una expresión antigua, unas veces como «célula germinal» y otras como «plasma germinal». Seguramente, enterado de las ideas del pre-embrión, Zubiri afirma: «Dejemos de lado discutir la cuestión de si la célula germinal es «ya» cuerpo humano capaz de ser cuerpo «de»…. Personalmente he pensado siempre que la psique surge en cuanto se produce la célula germinal. Todo lo que es el hombre es, está ya embrionariamente en el punto de partida. «Desde el inicio, para el filósofo, hay psique-célula germinal.

Evidentemente si no hay morfología específica, el «de suyo» de la realidad que contempla y aprehende el filósofo, al detenerse en el zigoto, no puede ser más que la integral de fenotipo zigoto y de la estructura informacional del código genético del que es portador y dueño. La psique[29] -dice Zubiri- no es un resultado de la actividad celular sino un momento del «plasma germinal», anterior, por tanto, a toda actividad del psiquismo. La psique es un momento constitutivo y no consecutivo del plasma germinal. La cuestión es, como vemos, redundante, e insiste sobre ella.

Sí es importante, retornar a lo que piensa sobre la inteligencia. De ella dice que es pura “potencia” y que por eso está en el plasma germinal no como «facultad» sino como potencia. El despliegue de la actividad de la psique es estructurante, dice, es decir, la actividad no va adquiriendo nuevas notas pero sí caracteres superiores, en un proceso gradual. El filósofo abordó en esta larga reflexión toda su experiencia sobre la realidad. Nosotros volvemos a destacar de ella el momento subsistente: La bioquímica de la célula germinal y los linajes ulteriores -lo que nosotros llamaríamos el DNA nuclear y los sustratos de la epigénesis citoplásmica y que él denominaba «quimismo»- pertenecen intrínseca y formalmente a la ejecución del acto intelectivo, volitivo, sentimental. No es que se trate de una estructura química orgánica que luego dará lugar al psiquismo, sino que se trata de que todo el quimismo no es, desde la concepción, sino tan solo un momento de una única y unitaria actividad psico-orgánica del sistema. Por lo tanto, sin entrar en más aclaraciones, el quimismo pertenece intrínseca y formalmente a la intelección, volición, etc., y recíprocamente todo lo psíquico es un momento, tan solo un momento, pero un momento efectivo, de esa actividad a la que pertenece siempre y efectivamente, hasta en sus procesos moleculares, bien que inicialmente como momento pasivo sin dominancia accional. Zubiri concluye diciendo: «Lo contrario sería, a mi modo de ver, absurdo[30]«.

Hay pues en el zigoto unidad de sustantividad, esto es, unidad de sistema. Hay estructuras que confieren subsistencia, hay personeidad en acto primo, hay persona. La personeidad no es un acto ni un sistema de actos, sino que es forma de realidad humana, ejecute o no ejecute actos, y en todo caso es «anterior» a la ejecución de actos de naturaleza psíquica. El embrión humano no necesita alcanzar una fase tardía de la organogénesis y de desarrollo cerebral, que permita a la ciencia captar actividad psíquica, esbozalmente cognitiva, para que se le reconozca suficiencia constitucional, para ser ya persona, en suma -porque mil veces lo afirma el filósofo- porque posee la subsistencia desde la constitución del zigoto.

La sustantividad exige el sistema soma y el sistema psique, y ambos están ya de modo real en el zigoto, porque el plasma germinal -como él lo llamaba- es ya un sistema psico-orgánico. Se presupone la suficiencia constitucional. Zubiri y el discurso de Zubiri dejan claro cómo pensó siempre. El zigoto, el plasma germinal, posee suficiencia constitucional, porque la inteligencia no está adscrita primeramente al cerebro sino al plasma germinal. El zigoto posee carácter de persona, es persona como personeidad.

Bien claro, sin embargo, que no es lo mismo para Zubiri el carácter personal de un proceso bioquímico, que el carácter personal de un acto, por ejemplo, de opción. Porque tener «carácter personal» no significa ser «acto personal». Un proceso bioquímico del zigoto es de carácter personal sólo porque quien lo ejecuta es una realidad personal. Los procesos químicos del DNA nuclear y los cambios en los sustratos epigenéticos intracelulares del zigoto -que ya vimos con anterioridad- expresan carácter personal porque «quien» los ejecuta es una realidad personal, es decir, persona como personeidad.

Pero la concepción personal del zigoto en Zubiri no queda en lo anterior. Para su concepción integral de persona como personeidad y personalidad, el filósofo no elude e incluso destaca también la realidad del «yo» en el plasma germinal. Para él, el yo no es personeidad sino «personalidad». Es, como él dice, la máxima suidad: no solo soy mío (personeidad) sino que hago de mí lo que quiero ser (personalidad, yo). El «yo», la personalidad, es la actualidad (actualización) de mi realidad personal en el mundo. Durante la etapa embrionaria, actos anteriores a la intelección van configurando la psique, la cual está en actividad no accional sino «pasiva». En este sentido, desde la concepción existe pues un «yo», no ciertamente pasivo, afirma Zubiri, sino un «Yo en pasividad» y sus determinaciones naturales son una personalidad pasiva. Pero estas reflexiones del universo zubiriano, con estar impregnadas del magnetismo de su discurso, interesan ya menos al objetivo de este trabajo y han de quedar en este punto.

b) Conocedor de la metafísica de Zubiri, aunque más cercano a la metafisica de Tomás de Aquino, Leonardo Polo -ya en posesión de claves biológicas de las que Zubiri no dispuso- ha llegado a establecer un nuevo y renovador fundamento filosófico sobre el carácter personal del embrión. Subyace Polo en las reflexiones conceptuales de López Moratalla[31], de quien recogemos aquí la aplicación embriológica de su pensamiento. Para López Moratalla, y basándose en la Antropología trascendental de Polo, la condición de persona supone la inserción intrínseca de «indeterminación» en los procesos biológicos de cada individuo concreto, de cada «quien». Dicho de otro modo, los grados de indeterminación abiertos en el dinamismo de los procesos intracelulares -mal conocidos aún, e interpretados a través del concepto de «caos» y en biología del desarrollo como epigénesis regulativa-, expresan la inserción de «libertad» en el dinamismo de la vida biológica de cada individuo concreto, de cada ser humano. La aportación fundamental de Polo a la embriología humana se puede resumir así: el dinamismo constituyente del hombre -en cuanto vida como un «yo» humano- indetermina el dinamismo constituyente de la vida en cuanto organismo biológico; de esta forma el ser humano se constituye en un viviente inespecializado, liberado del automatismo propio de lo biológico[32].

Muy en su núcleo, esto es lo especifico de la realidad hombre, que desde el principio de la existencia inserta, también en lo meramente biológico, grados de libertad e indeterminación que posee por ser personeidad, es decir, por ser persona. Cada hombre está en posesión de una unidad intrínseca e inseparable de «vida biológica» -con las propiedades emergentes de la epigénesis- y «vida biográfica», caracterizada por un dinamismo emergente y un despliegue de acciones propio del «sí mismo» y no genérico de la especie humana. Pero estos dos dinamismos -el propio de la vida biográfica y el propia de la vida biológica- no son paralelos, antes bien convergen, divergen o se solapan, puesto que se influyen mutuamente y están abierto a coincidir o divergir. Esto es así porque la emisión del mensaje genético del ser humano individual, a lo largo de su existencia en la tierra, está indeterminado respecto del fin biológico del vivir. Esto hace decir al filósofo que el mensaje genético es algo «inherente» siempre y no mera información emergente; y que ordena la información a la libertad. Es decir, indetermina la emisión en cuanto a la mera vida corporal y la ordena hacia el fin propio personal; así pues, se entiende que la vida humana de cada persona sea susceptible de «asumir» o de «liberarse» de las determinaciones estrictamente biológicas.

En suma, «con la aparición de un viviente con fenotipo zigoto humano se constituye una realidad nueva con operatividad no solo propia de la vida biológica que allí acciona, sino y además potenciada en el nivel de hombre. Puesto que la dotación heredada y la información epigenética configuran un viviente que es indeterminado respecto a su fin biológico, la diferencia radical entre seres vivos y cada una de las personas se debe hallar en el orden del ser: el ser del hombre es ser personal. Por la apertura del ser personal cada hombre no esta medido por la vida biológica. La persona humana no es la vida sino el “viviente”. «Es el carácter de persona lo que potencia, eleva, indetermina y libera del sometimiento de lo biológico. La emisión del programa genético del hombre está indeterminado en tanto que está abierto a incorporar la información que procede de su relacionabilidad a la emisión del programa.» Por lo tanto -afirma López Moratalla- «aquello que es específico del ser humano (la apertura) ha de estar intrínsecamente insertado en la dinámica de la epigénesis misma de cada individuo. En cuanto se inicia un viviente humano (una realidad material tiene la configuración propia del fenotipo zigoto humano, o dicho de otro modo, se inicia la emisión de un nuevo mensaje genético humano) existe un ser personal.

Modalidades[editar | editar código]

− El movimiento transhumanista está lejos de ser uniforme en sus planteamiento, en los medios que promociona, o en los horizontes que imagina. Por eso ha que estudiar cada planteamiento para conocer lo que defiende. En general podemos distinguir tres modalidades generales.

[1]

1.Transhumanismo cultural e ideología de género[editar | editar código]

Artículo principal: Género

− El transhumanismo cultural suele preferir llamarse posthumanismo. Es el pensamiento que proviene de autores como Foucault, Derrida y Deleuze que mantienen la superación del humanismo, del hombre, tal como ha sido entendido hasta ahora con una naturaleza que sirve para interpretar existencias. Sería necesario superar todas las dicotomías como organismo/máquina, natural/artificial, animal/humano, mente/cuerpo, masculino/femenino, hecho/ficción, naturaleza/cultura[2], para construirse de nuevo.

− El feminismo más radical, representado por Monique Wittig, Gayle Rubin, y Judith Buttler han desarrollado este planteamiento desde la perspectiva del cuerpo, el sexo y el género. Con estas autoras desaparece cualquier realidad que sustente a la persona. Atribuir un carácter performativo fuerte (que construye toda la realidad) al lenguaje constituye el principal instrumento de análisis de la realidad que se utiliza en estos estudios. Es más, el lenguaje sustituye a la realidad[3]. También se confía en él para deconstruir la cultura actual y alcanzar la indeterminación originaria de la realidad humana, dejando que cada individuo, sea cual sea su identidad biológica, siga su propio camino sin ser esclavo de estas máscaras preconstituidas[4].

Se va a atribuir al feminismo golpear el aspecto misógino del sujeto pero con ello colaborar al éxito de otros aspectos opresivos. El sujeto debe ser golpeado en su totalidad y declarado muerto. Solo queda ocuparse de sus fragmentos[3] Sin ninguna sustancia que lo haga permanente, el sí mismo se convierte en el efecto temporal del cruce de las múltiples identidades que lo posicionan en un sitio, más o menos ventajoso, en el sistema social y simbólico[3].

− No es que desaparezca el sí mismo. Pero ya no existe con un contenido que lo explique: ya no es un qué. Es un quien encerrado en su irreductibilidad individual que no forma parte de ninguna identidad general y que es indefinible[5].

− Este planteamiento tiene un punto clave con el desarrollo de la teoría Queer y la publicación del Manifiesto Cyborg de Donna Harraway (1984)[6]. En la visión de Donna Haraway: "los cuerpos no nacen; son fabricados (...) Uno no nace organismo. Los organismos son fabricados". " Cualquier objeto o cualquier persona puede ser razonablemente pensado en términos de montaje y desmontaje. No hay arquitecturas naturales que limiten el sistema del diseño(...) Lo que pasa por una unidad, un "uno", resulta muy problemático, no es algo permanentemente dado"[6].

− Se trata de ir a una sociedad sin sexos y sin géneros, en la que el ideal del “nuevo” ser humano estaría representado por una hibridación que rompiera la estructura dual hombre–mujer, masculino–femenino. Una sociedad, por tanto, sin reproducción sexual, sin paternidad y sin maternidad. La sociedad así construida estaría confiada únicamente a la ciencia, la biomedicina, la biotecnología y la ingeniería genética. El origen y final del existir humano se debería solo a la acción de la ciencia y de la tecnología, las cuales permitirían lograr ese transhumanismo en el que quedaría superada su propia naturaleza (posthumanismo).

− Se entiende bien que la negación de cualquier realidad preexistente a la configuración de uno mismo según la propia elección, es una plataforma de pensamiento muy adecuada para aceptar el transhumanismo que permitirá cualquier modificación del ser humano con la única medida ética de la propia elección y el no dañar a otros. Judith Buttler aporta la idea de performatividad que implica la negación del cuerpo como un datum biológico y lo concibe como una entidad maleable, una naturaleza líquida que puede ser modelada a voluntad. Donna Haraway en su Manifiesto Cyborg ha puesto en evidencia esta relación entre ideología de género y transhumanismo[7].

2. Biológico[editar | editar código]

− El mejoramiento biológico forma parte de los deseos naturales del ser humano. Este mejoramiento viene por una parte mediante la curación de enfermedades, por otra mejorando la biología de la especie humana. Los caminos para esta mejora biológica han sido impedir la transmisión de los genes esterilizando a los menos perfectos, acabar con la vida de los menos "capaces". Pero junto a este camino se ha abierto con fuerza la posibilidad de mejoramiento o enhacement, término frecuentemente utilizado en este movimiento.

Soluciones eugenésicas[editar | editar código]

− En las primeras décadas del siglo XX, no sólo racistas e ideólogos de derechas sino también un número de progresistas sociales de izquierdas se preocuparon por los efectos de la medicina y las redes de seguridad social sobre la calidad del patrimonio genético humano. Creyeron que la sociedad moderna permitía sobrevivir a muchos individuos “no aptos” -individuos que habrían perecido en periodos anteriores- y temían que esto llevara a un deterioro de la especie.

Como resultado, muchos países (incluyendo los Estados Unidos, Canadá, Australia, Suecia, Dinamarca, Finlandia, y Suiza) implementaron programas eugenéticos promocionados por el estado, los cuales infringieron los derechos individuales en diferentes grados. En los Estados Unidos, entre 1907 y 1963 unos 64000 individuos fueron esterilizados a la fuerza bajo las leyes de eugenesia. Las principales víctimas del programa americano fueron los discapacitados mentales, pero los sordos, los ciegos, los epilépticos, los deformados físicamente, los huérfanos y los sin-techo fueron también seleccionados en ocasiones[8].

− También modernamente se practica el aborto terapéutico que en buena parte es una medida eugenésica.

Mejoramiento genético directo. La Biología Sintética[editar | editar código]

− Haldane(1924) había anunciado que la Biología sería el motor del desarrollo del mundo en este siglo[9]. Lo que en ese momento pareció pura ciencia ficción, se hizo posible cuando en 1972 Paul Berg logró cambiar las características de un microorganismo (un bacteriófago) combinando su material genético con el de un virus tras el descubrimiento de las endonucleasas de restricción[10].

− Dos hitos importantes han sido la secuenciación del genoma humano -año 2000-, y el desarrollo de técnicas de terapia génética. Dentro de estas técnicas la CRISPR-Cas9 ha supuesto un paso muy importante por su poco coste y su facilidad de uso. Esta biología que analiza los diversos componentes de los seres vivos, ha permitido desarrollar la llamada ingeniería genética que actúa a nivel molecular.

− El conocimiento de los genes, junto a las técnicas de manipulación genética, permiten la modificación de organismos e incluso una modificación estable mediante la actuación sobre las células germinales, o en el embrión temprano.

− Junto al desarrollo de esta biología analítica ha ido surgiendo un nuevo tipo de biología. En el terreno experimental, el desarrollo de la ingeniería genética y la posibilidad de manipular no ya reacciones o elementos concretos, sino células o procesos celulares complejos, han abierto la puerta a otra disciplina que cambiará sin duda nuestro conocimiento de lo vivo y sus límites: la Biología Sintética[11]. Podemos entender esta como el diseño y fabricación de componentes y sistemas biológicos que no existen en la naturaleza, así como las técnicas que permiten introducir modificaciones en los diseños de los sistemas biológicos ya existentes. El objetivo final es la creación de nuevos organismos capaces de responder a determinados estímulos de una forma programada, controlada y fiable. Esto es posible mediante la introducción de secuencias de ADN que codifican nuevos genes, muy a menudo procedentes de otras especies distintas de aquella sobre la que se actúa. Así, ocurre a menudo que una célula bacteriana es modificada genéticamente añadiendo genes extraños, ya sean estos procedentes de virus, otras bacterias o humanos. Estos nuevos genes y las nuevas regulaciones genéticas asociadas a ellos son capaces de inducir nuevos comportamientos (funciones) en las células que los reciben, permitiendo su reprogramación[11].

− El impresionante avance en el campo de la Biología Sintética durante la última década ha sido en gran medida consecuencia de aplicar una visión propia de la ingeniería en un contexto diferente como es un sistema biológico. Concebir los circuitos genéticos como circuitos de interruptores que activan o desactivan la expresión de un gen ha permitido desarrollar dispositivos como circuitos bioestables (que pueden encontrarse en dos posibles estados, como una bombilla encendida o apagada) o circuitos osciladores que a priori parecen más propios de la Electrónica que de la Biología. En la actualidad, se ha llegado a crear circuitos capaces de tomar decisiones no triviales en función de las señales que reciben del entorno de acuerdo con un programa preestablecido, algo que sin lugar a dudas podemos definir como computación[11].

− La Biología Sintética constituye la esperanza de los transhumanistas para conseguir "mejorar las cualidades que han caracterizado a nuestra especie y para añadir otras nuevas que puedan ser deseadas"[2]. "Incluso dar lugar a una especie nueva y mejorada, a la que ya se ha querido bautizar con el nombre de Homo excelsior[2]".

Savulescu llega a decir:

No hay razón para que no podamos crear humanos con la visión de un halcón, el oído y el olfato de un perro, el sonar de un murciélago, el equilibrio y la gracia de un gato, la velocidad de un guepardo e incluso la capacidad de generar energía mediante la fotosíntesis a partir de la luz del sol. No hay razón, en principio, por la que los "posthumanos" no puedan beneficiarse de los genes del reino de los seres vivos[12]

Soluciones farmacológicas[editar | editar código]

− La biomedicina será una de las áreas que más se beneficiarán de estos avances en campos como la terapia génica o la regeneración de tejidos. Puede incluso permitir la obtención de los denominados fármacos inteligentes, formados por una envuelta sintética que contiene una molécula diagnóstica capaz de detectar indicadores patológicos y tomar la decisión de liberar o no el fármaco. No obstante, el campo de posibles aplicaciones es tan grande como la capacidad para imaginarlo[11].

− Los fármacos han sido considerados tradicionalmente como remedios para enfermedades: tenían un fin terapéutico. Actualmente también es patente su capacidad de mejora de la atención y del rendimiento intelectual, de la memoria a corto plazo de de la capacidad de planificación, del estado general del ánimo, y muchas otras. A nivel de rendimiento deportivo está muy discutido el uso de determinados compuestos, y asistimos a una carrera entre la capacidad de detección y su uso.

− Es muy amplio todavía el papel que las medicinas tienen en el aspecto curativo, paliativo o mejorativo. Sin embargo los transhumanistas consideran que es un papel temporal, porque la solución final está en la modificación genética que haga permanentes esas mejoras[2].

3. Posthumanismo tecnocientífico[editar | editar código]

− Desde el punto de vista de la tecnociencia en el ámbito transhumanista hay una creencia común: se busca alcanzar la eliminación de la barrera que separa el ser hombre del ser máquina (lo real y lo virtual), de tal manera que haya una fusión de las cualidades de ambos, y se llegue a un volcado de la información de la mente del hombre -que es lo que se consideraría "ser hombre"- en una máquina.

Inteligencia artificial (IA) y Robótica[editar | editar código]

− Estamos ante un desarrollo de sistemas de software y hardware que replican algunas características de la forma de actuar inteligente del hombre. No se trata sólo de calcular más rápido, sino también de aprender, e incluso de tomar algunas decisiones. A un nivel básico ya se ha conseguido, por ejemplo: la máquina es capaz de ganar al hombre en una partida de ajedrez. El desafío está en si es capaz de sustituir al hombre que toma decisiones en el ejercicio de la libertad, con consciencia y voluntad. En este punto se advierte una divergencia entre los diversos autores: los que buscan sencillamente la mejora técnica de las máquinas, y los transhumanistas que imaginan un mundo posthumano en el que la máquina posee una inteligencia con las características de la humana pero infinitamente más desarrollada.

− En un primer momento, el desarrollo de sistemas inteligentes desató la fantasía dando lugar a una serie de profecías sobre el futuro de la relación de los hombres con las máquinas. Jastrow anunció para 1995 el nacimiento de una nueva vida de origen computacional. Moravec o Minsky anunciaron una situación de arrumbamiento del hombre por la máquina, de una forma más o menos aceptada. La fijación de fechas fallidas: 2000, 2010, ha puesto de manifiesto la fantasía e irrealidad de estas predicciones[2]. Kurzweil, a semejanza de Moore, habló de la ley de Rendimientos Acelerados: un crecimiento exponencial hasta llegar a la Singularidad (2045) momento de "culminación de la fusión entre nuestra existencia y nuestro pensamiento biológico con nuestra tecnología, dando lugar a un mundo que seguirá siendo humano pero que trascenderá nuestras raíces biológicas. En la post-singularidad no habrá distinción entre humano y máquina o entre realidad física y virtual"[13].

− La ley de Moore -la capacidad computacional se duplica cada dos años-, que ha sido una tendencia cumplida en los últimos años y con ello el crecimiento de la velocidad de los computadores, ha dejado de verificarse[14]. Intel ha sacrificado velocidad por eficiencia energética[15]. Pero aunque se mantuviese ese crecimiento exponencial de capacidades de computación, se puede observar que hay una ralentización en la incorporación de nuevas tecnologías respecto a lo que ocurrió en la segunda mitad del siglo XX. Y en último caso tampoco el desarrollo de la computación está claro que pueda dar lugar a una inteligencia como la tiene el cerebro humano[16] [17][18][19].

− Los ingenieros y científicos que se dedican a la IA suelen adoptar una posición de prudente reserva. En 2006 la revista IA Magazine publicó un artículo titulado: Inteligencia artificial: los próximos 25 años[20]. En él, veinticinco investigadores relevantes en el campo de la IA expresen su opinión sobre los avances que se han producido y se van a producir en dicho campo. Ninguno de ellos menciona la creación de una superinteligencia general. Varios se limitan a presentar avances técnicos parciales en sus propias áreas de investigación -procesamiento de lenguaje natural, aprendizaje automático, reconocimiento de imágenes, procesamiento de datos masivos, robots situados, etc.-, y echan de menos una mayor integración entre dichas áreas.

− Y en el informe de 2016 del One Hundred Year Study on Artificial Intelligence (AI100)[21] de la universidad de Stanford se dice: "Los aterradores retratos futuristas de la inteligencia artificial que dominan en películas y novelas, y conforman la imaginación popular, son ficticios. En realidad, la IA está ya cambiando casi enteramente nuestra vida diaria, mejorando nuestra salud, seguridad y productividad. A diferencia de lo que sucede en las películas, no hay en el horizonte ninguna raza de robots sobrehumanos, y probablemente ni siquiera son posibles".

− De todo ello se deduce el crecimiento de las aplicaciones de la Inteligencia Artificial, pero no aparece en el horizonte la fusión mente-computador que se había profetizado.

El ciborg[editar | editar código]

cuatro áreas convergentes: NBI:

  1. Nanotecnología,

  1. Biotecnología,

  1. Tecnologías de la información;

  1. Ciencias del conocimiento.

  • Neurociencia: el problema mente/alma y cerebro: ¿Hay diferencia o no? ¿todo se reduce a funcionamiento neurocerebral? ¿dónde colocar en un acercamiento tal la voluntad, la conciencia, la libertad, la responsabilidad, la decisión, la calibración de los impulsos externos e internos, la interpretación de las informaciones adquiridas y, sobre todo, el origen del pensamiento, del simbolismo, de la religión, del arte y, en última instancia, del «yo».? (Ravasi)

  • IA y robótica. La singularidad: cuando 2045 la máquina tomara el control del planeta y superará al hombre

  • Nanotecnología

  • Comunicación


Características[editar | editar código]

Evolucionismo[editar | editar código]

− Algunos ven que el deterioro corporal y la muerte son fallos biológicos en la selección natural. Esta debería haber encontrado caminos de regeneración y reparación de estructuras. ¿Es un fallo en la cadena de la evolución? Algunos explican que en este caso la selección natural se produce indirectamente, porque la mejor transmisión de los genes se da al llegar a la madurez sexual que es donde preferentemente ocurre la reproducción. La selección natural se produciría principalmente en estos momentos, lo que ocurra posteriormente al individuo no afecta a la selección por la menor o nula transmisión de genes en años posteriores[2]. Por tanto sí tendríamos selección natural, aunque esta no afectaría a la prolongacón de la vida.

− El transhumanismo va más allá. Debemos dejar la evolución biológica y pasar a la evolución tecnológica. Lo que el transhumanismo defiendo es que hemos de abandonar la pasividad a la que nos hemos visto sometidos en el proceso evolutivo darwiniano, que nos ha hecho tal como somos, unos primates parlantes e inteligentes, pero sometidos a múltiples limitaciones que podrían ser superadas tecnológicamente. Ha llegado la hora de que el ser humano tome el control de su propia evolución y haga de ella una evolución dirigida o diseñada. La evolución biológica, basada en la selección de variaciones aleatorias, habría así finalizado para nosotros. Comenzaría en su lugar la evolución basada en la tecnología[2].

− Max Moore, uno de los principales teóricos del transhumanismo, al definir este movimiento afirma que se trata de continuar y acelerar la evolución de la vida inteligente, más allá de su forma humana actual y sus limitaciones humanas[22].

− El azar ya no guía nuestra evolución sino que nosotros elegimos y podemos crear diversas especies desde el hombre evolucionado. Incluso habría la obligación moral de aplicar estas innovaciones. El físico Freeman Dyson ha apuntado correctamente que la emergencia de la Biología Sintética marca el final de la evolución darwiniana tal y como la conocíamos. Mediante una intervención en los mecanismos reguladores naturales, podemos acceder a todo un universo de posibilidades, muchas de las cuales jamás habrían sido alcanzadas por la evolución natural[11],

Enfermedad, vejez y muerte[editar | editar código]

− A veces se confunde la propuesta transhumanista de inmortalidad, con la que hacen varias religiones sobre la vida eterna. Inmortalidad y vida eterna son conceptos distintos. El primer se refiere a no morir en el estado actual de la persona. El segundo implica pasar por la muerte para legar a un estado distinto donde se vive fuera del tiempo, en la eternidad.

− La inmortalidad, en el sentido de no morir es una de las afirmaciones clave del transhumanismo. Tan sólo un accidente externo podría acabar con esta inmortalidad, y no en todos los casos; sería necesario que realmente no se pudiesen reparar o duplicar los órganos, o que en el caso del cyborg se destruyese la memoria y no hubiese copias.

¿Es posible evitar la muerte?

− Los procesos de envejecimiento y la muerte de los individuos de cualquier especie es un hecho.

− La evitabilidad de la senescencia vendría más bien por la mejora en el conocimiento de los procesos del envejecimiento[23]. Este conocimiento ¿permitiría en un futuro alcanzar la inmortalidad?. Aubrey de Grey así lo piensa: propone que para 2030 las personas de 90 años vivirán como ahora las de 50, y a partir de ahí, se bajará la edad biológica y se alcanzará la inmortalidad[24]. Otros han querido demostrar la falta de valor científico de esta afirmación y poniendo el límite de la vida humana en los 125-130 años[25][26].

− Ante esto afirman que ya ha nacido el primer ser humano que alcanzará los 1000 años. Cuando cumpla ochenta, la medicina habrá avanzado hasta el punto de poder prolongar la vida unas decenas de años, y cuando alcance esta edad ya se conocerán los fármacos para revertir la edad de las células incluidas las del cerebro[24].

− La esperanza de no morir ha desarrollado entre algunos humanistas el compromiso de la crionización bien sea de todo el cuerpo o del cerebro. Uno de los pioneros del transhumanismo fue Fereidoun M. Esfandiary[27] (15 de octubre de 1930- 8 de julio de 2000). Cambió su nombre por FM-2030 con la esperanza de llegar a centenario. Por eso cuando en el 200 murió de un cáncer de páncreas pidió ser criogenizado por la Alcor Life Extension Foundation[28] que tiene 170 pacientes crionizados (mayo 2019). También Max Moore, que fue presidente y director de esta Fundación ha pedido que se criogenice su cerebro[29].

− Por supuesto otro modo de evitar la muerte, en opinión de los transhumanistas, sería la unión con la máquina[2].

Un futuro utópico[editar | editar código]

− El futuro que plantea el transhumanismo es distinto del que plantean las religiones, especialmente la católica. En estas se da una trascendencia y, tras la muerte, un cambio en el estado de la persona, para entrar en la eternidad, donde no existe el tiempo[30].

− El transhumanismo promete evitar la muerte y vivir aquí en la tierra -del modo que sea: biológico o computacional- sin término. No hay muerte. Hay un vivir infinito en el tiempo[30].

− El transhumanismo se convierte así en el único proyecto de salvación laica, pretendidamente realizable aquí, en este mundo, capaz de atraer fieles seguidores en un número considerable, a los que les hace recuperar la confianza en el poder de la mente humana como garante del progreso material y de un futuro mejor, al tiempo que no los obliga a ninguna renuncia inmediata, ni a cambiar demasiado sus formas actuales de vida y de pensamiento[2].

− Es un tipo de salvación-felicidad distinta de la que prometen las religiones, y a través de medios distintos, pero salvación-felicidad al fin y al cabo. Por este motivo algunos han considerado el transhumanismo como una nueva religión que viene a superar los fallos de las demás. Es más deberían dejarse atrás las "religiones arcaicas" que "ofrecían consuelos frente a la muerte", para adoptar esta nueva religión que nos permite superar la muerte. Sería necesario "elaborar narraciones transhumanistas" que sustituyan a las religiosas[31].

Bostrom habla de dos aspectos concretos de felicidad que se podrán conseguir[32]:

  • Bienestar emocional de por vida a través de la recalibración de los centros de placer. Los productos farmacéuticos actualmente en desarrollo prometen dar a un número creciente de personas "normales" la opción de reducir drásticamente la incidencia de emociones negativas en sus vidas. El sujeto no se sentirá "drogado" y permitira una constante elevación del estado de ánimo indefinidamente sostenible sin ser adictivo. David Pearce aboga y predice una era post-darwiniana en la que toda experiencia aversiva será reemplazada por gradientes de placer más allá de los límites de la experiencia humana normal. La "ingeniería del paraíso" puede convertirse en una posibilidad práctica.

  • Pastillas de personalidad. Las drogas y la terapia génica producirán mucho más que un placer unidimensional superficial. También pueden modificar la personalidad. Pueden ayudar a superar la timidez, eliminar los celos, aumentar la creatividad y mejorar la capacidad de empatía y profundidad emocional. Piensa en toda la predicación, el ayuno y la autodisciplina a las que las personas se han sometido a lo largo de los siglos para intentar ennoblecer su carácter. En breve, será posible lograr los mismos objetivos mucho más a fondo al tragar una píldora de cóctel diaria.


Progreso: técnico y ético[editar | editar código]

Antropología[editar | editar código]

− Los diversos planteamientos transhumanistas participan de forma más explícita o implícita de una visión de lo que es ser humano que reduce la realidad de la persona a unas manifestaciones muy concretas y que tiene algunos rasgo comunes[33]:

  • El ser humano es sólo materia, es decir sólo hay cuerpo.

    El hombre, por lo tanto, es considerado como un mecanismo material complejo, que funciona como una máquina (piénsese en el hombre-máquina supuesto por J-O. De la Mettrie), y no sorprende que se hable de la posibilidad de crear ciertos seres, en los que la cibernética y la nanotecnología sustituirían completamente a la naturaleza humana, llevando al hombre hacia una especie de ser artificial o “post-humano”. Si somos totalmente materia, y si logramos un día entender perfectamente cómo funciona el hombre, ¿qué dificultad encontraremos para hacer un hombre artificial? Ya en la película Blade Runner se plantea la pregunta de la diferencia entre el ser humano y el replicante producido artificialmente. Llegará un momento, piensan los transhumanistas, en que podremos hacer unas réplicas humanas perfectas, idénticas al hombre, pero artificiales[33].

  • Lo que llamamos mente se reduce a simples conexiones neuronales del cerebro.

No somos solo materia, sino que somos sobre todo conexiones neuronales. El día en que el hombre pueda descifrar con claridad cómo funciona el cerebro, habremos descubierto cómo funciona el hombre entero, ya que para los transhumanistas el hombre es su cerebro[33]

  • La persona se reduce a racionalidad:

Es persona solo quien aquí y ahora es capaz de razonar, no es persona, en cambio, quien no está en condición de razonar, como son: los fetos, los embriones, los discapacitados privados del uso de razón, las personas en estado vegetativo persistente o en coma. El estatuto de persona se podría atribuir también a seres no humanos, que en apariencia razonan (como son algunos primados superiores). Podrían ser personas también unas máquinas que fueran aparentemente inteligentes[33].

  • Como consecuencia no hay una naturaleza humana, un algo común a todos los seres humanos que los distinga de otros seres vivos sino una mayor o menor complejidad en las estructuras biológicas.

  • Desaparece el concepto de dignidad como la intangibilidad del ser humano, por el hecho de serlo. Se da una valoración de la posesión de unas características determinadas por la sociedad que protegen a los seres vivos, según las características que se determinen en cada momento.

  • La felicidad es sólo felicidad psicológica y esta se consigue por la perfección biológica[33], aunque en la realidad sea difícil definir lo que es perfección biológica cuando ella depende exclusivamente de los deseos que se tengan sobre el propio cuerpo o el de los hijos.

− La visión del hombre que subyace en los planteamientos transhumanistas desconoce o prescinde completamente sin argumentación de las conquistas del pensamiento clásico, como, por ejemplo, las de Aristóteles, Tomás de Aquino o Kant, pero también de algunos pensadores contemporáneos, que se inspiran en los clásicos, como son R. Spaemann, A. MacIntyre, M. Nussbaum, Ricoeur y otros. Las teorías de estos últimos son rechazadas por unos prejuicios sin fundamento, sobre todo sin el soporte de una crítica de las teorías clásicas, que califican sin más de vacías, abstractas y carentes de sentido práctico[33].

Ética[editar | editar código]

− El fin justifica los medios, o todo lo que técnicamente se puede hacer tenemos obligación moral de llevarlo a cabo

eugenesia:[editar | editar código]

− Savulescu: Si cambias el funcionamiento del cerebro, cambias la conducta. Hace miles de años cogimos a los lobos y de ahí se han desarrollado muchas razas de perros distintos, pero no van a ser un lobo feroz. No somos muy distintos de los perros, tenemos un fronted cerebral que nos permiten ser más inteligentes.

La fecundación artificial selectiva para mejorar la raza humana: seleccionar a embriones que serán más inteligentes. Puedes utilizar células madre para crear embriones, y seleccionar los mejores de tales. Se aumentaría el CI medio de los seres humanos. Se conseguiría una posthumanismo. En China se están haciendo cosas de estas.

− La aceptación de la imperfección, la aceptación de sí mismo, y la eugenesia.

  • disposición de la vida de otros: eugenesia

equidad con los contemporáneos y con los descendientes[editar | editar código]


Mejoramiento[editar | editar código]

Mejora moral[editar | editar código]

− Explora la posibilidad de la inteligencia artificial moral: cómo podría verse y qué podría lograr. En el contexto de las limitaciones duraderas de la psicología moral humana y los apremiantes desafíos inherentes a un mundo globalizado, argumentamos que una IA que podría monitorear, incitar y asesorar sobre el comportamiento moral podría ayudar a los agentes humanos a superar algunas de sus limitaciones inherentes. Dicha IA podría monitorear los factores físicos y ambientales que afectan la toma de decisiones morales, podría identificar y hacer que los agentes tomen conciencia de sus prejuicios, y podría aconsejar a los agentes sobre el curso de acción correcto, basado en los valores morales del agente. Una objeción común al concepto de mejora moral es que, dado que no se puede llegar a un acuerdo sobre la acción correcta, el proyecto de mejora moral está condenado al fracaso. Argumentamos que en la medida en que esto es un problema, es un problema para algunas intervenciones biomédicas, pero una IA moral adaptada a los agentes no solo preservaría el pluralismo de los valores morales sino que también aumentaría la autonomía del agente al ayudarlo a superar sus limitaciones psicológicas naturales. . De este modo, la inteligencia moral tiene una ventaja sobre otras formas de mejora moral biomédica[34].

Obligatoriedad de la mejora[editar | editar código]

− Sin embargo, hay que distinguir: la medicina curativa es de justicia que sea para todos, la medicina mejorativa solo para algunos.

Cuestiones filosóficas y éticas[editar | editar código]

exigen a cualquier lector un planteamiento reflexivo con el fin de clarificar cuáles son las falsedades y las ambigüedades que se esconden tras el discurso transhumanista. El elenco de cuestiones epistemológicas y éticas que el autor va señalando a lo largo del libro podría resumirse en lo siguiente: la noción de tecnociencia que sostienen los transhumanistas es única, absoluta y está impregnada de valoraciones éticas que carecen de fundamentación racional. La creencia ciega en que la tecnología por sí misma es capaz de solucionar todos los problemas sociales, económicos, políticos y éticos que acompañan al desarrollo digital y biotecnológica debida a su infinita capacidad de innovación. Por último, existe una evidente confusiones entre "medios y fines" a la hora de definir la función de la tecnología con respecto a la mejora de la vida humana sobre la Tierra[35].

Críticas[editar | editar código]

− Desde su creación, el transhumanismo ha recibido múltiples críticas. El filósofo y politólogo estadounidense Francis Fukuyama[36] llamó al transhumanismo la idea más peligrosa para los sistemas democráticos y lo describe como una amenaza para la esencia humana que atenta contra el principio de igualdad de todos los hombres. A su vez, Habermas lo critica al dejar a la autonomía moral del individuo sometida a interés sociales, políticos y económicos[37] . Otros sostienen que la eventual bifurcación de humanos en posthumanos llevaría a la esclavitud y al genocidio entre ambos grupos[38] o incluso que sus ideas pueden llevar a la extinción de los hombres[39][40].

− Adela Cortina:

− No defiende una ética utilitarista, que quiere el mayo bien para el mayor número. Pero tiene el problema de la falta de igualitaristmo

− Etica de la dignidad y del reconocimiento recíproco. Etica que se hace desde el reconocimiento de los seres humanos se hacen desde el reconocimiento mutuo, es decir desde el reconocimiento intersubjetivo, de modo que el progreso debe atender a las personas y a los vinculos que les permitaan ser personas. Se trata no de una ética individulaista sino social porque reconoce desde sus entrañas que las personas no son individuos aislados. Es un punto de partida social de reconocimiento recíproco. Son importantes las personas y son imporantes los vínculos sociales que exiten entre ellos. Los seres se reconocen como dotados de dignidad y no de precio. Serrumentalizares que no se pueden inst

Historia del transhumanismo[editar | editar código]

Artículo principal: Historia del Transhumanismo

Antecedentes[editar | editar código]

Nick Bostrom, en su artículo titulado La historia del pensamiento transhumanista[8] remonta el origen de esta ideología tan atrás como a la Epopeya de Gilgamesh(1700 a.c.) y otras búsquedas de la inmortalidad, incluyendo la piedra filosofal[40]. Después hace un recorrido por distintos filósofos. Se trata, en general, de pensadores que han buscado el mejoramiento del ser humano, y la prolongación de su vida.

− El concepto y el término “transhumar” es utilizado por primera vez por Dante en su Divina Comedia[41]. Para el autor italiano transhumanar es la meta última del hombre y representa la experiencia, imposible de explicar con palabras, de ser elevado por la gracia, más allá de lo humano, hacia nuestra realización total y transcendente en Dios[42].

Primeros pasos[editar | editar código]

− Hacia 1950, Alan Turing, considerado por muchos como el padre de la computación y uno de los pioneros de la inteligencia artificial, en su artículo “Máquinas de computación e inteligencia[43], ya se estaba peguntando en su tiempo si existía la posibilidad de que en algún momento las máquinas pensaran en el mismo modo general que los seres humanos. La idea de Turing, a partir del denominado test de Turing, se basa en la suposición de que si una máquina se comporta en todos los aspectos como inteligente, entonces la respuesta es que sí es inteligente. La prueba consiste en descubrir, por medio de una entrevista a un computador y a un humano, cuál es el humano y cuál es el computador, en el caso de que el entrevistador no pueda identificar al computador, el computador gana[44].

Como concepto contemporáneo el término “transhumanismo” fue introducida por Julian Huxley en 1957[45]:

“la especie humana puede, si lo desea, trascenderse —no sólo esporádicamente, un individuo aquí de una manera, otro allí de otra forma— sino en su totalidad, como humanidad. Necesitamos un nombre para esta nueva creencia. Quizás Transhumanismo pueda servir: el hombre sigue siendo hombre pero transcendiéndose, a través de la realización de las nuevas posibilidades de y para su naturaleza humana[46].

Su concepción, con contornos ligeramente visionarios, trataba de hacer brillar un futuro de la especie humana destinado, incluso en la línea de la evolución, a trascender muchos límites actuales, dando origen a una especie de nuevo fenotipo antropológico.

Desarrollo del movimiento[editar | editar código]

− La formación del movimiento transhumanista empezó en las últimas décadas del siglo XX[47]. En 1960, FM-2030 (anteriormente llamado F.M. Esfandiary), un futurista iraní-americano que dio clases sobre los «nuevas concepciones de lo Humano» en The New School for Social Research, Nueva York, empezó a identificar a las personas que adoptaban tecnologías, estilos de vida e interpretaciones del mundo que buscaban la transición a la «posthumanidad» como «transhumanos» (abreviatura de «humano transitorio»).

− Los primeros autodenominados transhumanistas se reunieron a principios de la década de 1980 en la Universidad de California, que se convirtió en el centro neurálgico del pensamiento transhumanista. FM-2030, Spencer, y Vita-More se reunieron y empezaron a organizar encuentros para transhumanistas en Los Ángeles, que incluían estudiantes de los cursos de transuhmanismo de FM-2030, público de los trabajos artísticos transhumanistas de Vita-More, así como miembros de la comunidad científica, especialmente de las áreas relacionadas con el espacio y la astrofísica. En 1982 Natasha Vita-More, que casaría con Max More, escribió la Transhumanist Arts Statement, y, entre 1987 y 1994, produjo el programa de televisión «TransCentury Update» en el que no no solo habló sobre exploración espacial, sino también sobre automóviles eléctricos, extensión de vida, inteligencia artificial, factibilidad de la nanotecnología, ingeniería genética.

− En 1986, K. Eric Drexler publicó su libro Engines of Creation: The Coming Era of Nantechonology, que discutía las perspectivas de la nanotecnología y el ensamblado molecular, y fundó el Foresight Institute para promocionar las tecnologías emergentes.

− Las oficinas de la Alcor Life Extension Foundation fueron un punto de unión para los futuristas, pues era la primera compañía no comercial en desarrollar, abogar por y emplear la criónica. Aunque no todas las actividades de la fundación estaban explícitamente relacionadas con el transhumanismo, algunos de sus integrantes tuvieron un papel pionero en el movimiento. Uno de sus principales difusores fue Max More.

La Extropía[editar | editar código]

− En 1988, el filósofo Max More fundó el Extropy Institute junto con Tom Bell en California y fue el desarrollador principal de la doctrina fundamental del transhumanismo libertario, que se publicaría en Principles of Extropy[48] en 1990, dándole una nueva definición al transhumanismo. Uso el término extropía, como antónimo de entropía,

− En 2006, el cuerpo directivo del Extropy Institute tomó la decisión de abandonar las operaciones de la organización, declarando que su misión se había «completado esencialmente»[49]. Natasha Vita-More fue su última presidenta. Esto dejó a la Asociación Transhumanista Mundial (WTA) en posición de liderazgo de la organización del movimiento internacional transhumanista.

La Asociación Transhumanista Mundial y Humanity +[editar | editar código]

− En el año 1998, bajo el impulso de Nick Bostrom y David Pearce, se crea la Asociación Transhumanista Mundial (WTA). También en 1998 se elaboró una Declaración Transhumanista[50] que ha sido modificada a lo largo de los años por varios autores y organizaciones. En el año 2008 la WTA se rebautizó como Humanity +, constituída como una organización educativa sin fines de lucro dedicada a elevar la condición humana y cuyo objetivo es influir profundamente en una nueva generaciónb de pensadores que se atrevan a imaginar los próximos pasos de la humanidad[51].La Declaración Transhumanista fue adoptado por la Junta de Humanity+ en marzo de 2009[50].

− El filósofo David Pearce (Reino Unido, 1960) sostiene lo que él llama el "imperativo hedonista", o la obligación moral de trabajar para la abolición del sufrimiento en todos los seres vivos sensibles. "Los estados de bienestar sublime están destinados a convertirse en la norma genéticamente programada de salud mental. Se predice que la última experiencia desagradable del mundo será un evento fechado con precisión, explica en The Hedonistic Imperative.

La Singularidad está cerca[editar | editar código]

Raymond Kurzweil (EEUU, 1948) es uno de los principales expertos en computación. Ha desarrollado múltiples inventos, y es un notable impulsor de la Inteligencia artificial. Ha predicho que una máquina dotada de inteligencia artificial podría realizar todas las tareas intelectuales humanas y sería emocional y autoconsciente. Sugiere que las IA mostrarán pensamiento moral y respeto a los humanos como sus ancestros. De acuerdo a sus predicciones, la línea entre humanos y máquinas se difuminará como parte de la evolución tecnológica. Ha sido uno de los impulsores de Singularity University. También es autor de La Singularidad está cerca. Cuando los humanos transcendamos la biología (2005) donde fija el año 2045 para la llegada de la Singularidad, un tiempo en el que la convergencia de la genética, la nanotecnología y la robótica producirán, junto al acelerado ritmo del cambio tecnológico, que la vida humana se vea transformada de forma irreversible.

The Singularity University[editar | editar código]

Singularity University es una compañía que fue cofundada en 2008 por el Dr. Peter H. Diamandis, quien se desempeña como Presidente Ejecutivo, y Ray Kurzweil, Canciller[52] que fue quien inspiró el proyecto con su libro: La Singularidad está cerca[53]. Singularity University (SU) es una comunidad global que utiliza tecnologías exponenciales para enfrentar los mayores desafíos del mundo. La plataforma de aprendizaje e innovación de la UB permite a las personas y organizaciones con la mentalidad, el conjunto de habilidades y la red para construir soluciones innovadoras que aprovechen las tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, la robótica y la biología digital. Con nuestra comunidad de empresarios, corporaciones, organizaciones de desarrollo, gobiernos, inversionistas e instituciones académicas, la comunidad tiene los ingredientes necesarios para crear un futuro más abundante para todos[54].

Otras instituciones[editar | editar código]

− Desde 2003 el Oxford Uehiro Centre for Practical Ethics,, también en la Universidad de Oxford, pretende abordar los problemas que han desbordado las instituciones y normas tradicionales: cambio climático, destrucción ambiental, terrorismo, armas de destrucción masiva, desigualdad y pobreza globales, migración intercultural y multiculturalismo, uso excesivo de antibióticos y el mundo, difusión de enfermedades infecciosas, ingeniería genética y medios biomédicos para la extensión de la vida y el mejoramiento cognitivo y moral, y la inteligencia artificial[55].

− Actualmente Julian Savulescu es su director. El campo de investigación de Savulescu es ahora el Biomejoramiento moral: Si cambias el funcionamiento del cerebro, cambias la conducta. Hace miles de años cogimos a los lobos y de ahí se han desarrollado muchas razas de perros distintos, pero no van a ser un lobo feroz. No somos muy distintos de los perros, tenemos un fronted cerebral que nos permiten ser más inteligentes. La fecundación artificial selectiva para mejorar la raza humana: seleccionar a embriones que serán más inteligentes. Puedes utilizar células madre para crear embriones, y seleccionar los mejores de tales. Se aumentaría el CI medio de los seres humanos. Se conseguiría una posthumanismo. En China se están haciendo cosas de estas[56].

− En 2005 Bostrom (Suecia, 1973) fundó y sigue siendo su director del Future of Humanity Institute(FHI) de la Faculty of Philosophy and Oxford Martin School . El FHI es un instituto de investigación multidisciplinario en la Universidad de Oxford. Los académicos de FHI aportan las herramientas de matemáticas, filosofía, ciencias sociales y ciencias para abordar cuestiones generales sobre la humanidad y sus perspectivas. Trabajan en cuatro áreas: Macroestrategia, Centro de gobernanza de la Inteligencia artificial, Seguridad de los sistemas de Inteligencia artificial y Biotecnología segura[57].

Fundamentos antropológicos y éticos[editar | editar código]

− Desde el punto de vista de su fundamentación filosófica, el transhumanismo se sustenta en una antropología materialista de raíz empirista por la que se concibe al hombre como algo puramente material sin ningún espacio para la realidad metafísica o trascendente. Además, la explicación del funcionamiento humano es la del neurobiologicismo funcionalista, es decir, el hombre reducido al funcionamiento, más o menos perfecto, de sus conexiones neuronales. Todo ello unido a una fe ciega en la ciencia. Además, la perspectiva ética desde la que se mueve es fundamentalmente utilitarista y liberal. En la mayor parte de los casos los autores son ateos o agnósticos. Según algunos autores estamos en la última etapa del desarrollo del homo sapiens, en la era del homo technologicus, que tiene en sus manos la posibilidad de continuar la evolución de la especie humana hacia una superior, mejor y más feliz, utilizando todos los medios tecnológicos a su alcance.


Implicaciones bioéticas[editar | editar código]

− La teoría transhumanista plantea numerosas cuestiones tanto de orden teórico como práctico, sus autores no han contestado todavía a muchas de ellas. En primer lugar, la tesis transhumanista parte de un postulado todavía no demostrado, a saber, el hombre es un ser que se reduce solo y exclusivamente a sus conexiones neuronales. El fisicalismo neurobiologicista todavía no ha sido demostrado satisfactoriamente, es más, encontramos cada vez más autores que sostienen la tesis del no reduccionismo materialista del hombre. Hay otra cuestión de fondo importante: Quién me dice que cuanto más perfecto sea física y psíquicamente, que cuántas más capacidades tenga voy a ser más feliz. ¿Qué es la felicidad? ¿Qué significa ser mejor o más perfecto, quién lo determina? La respuesta a esta pregunta no estriba en una cuestión meramente material sino moral y ontológica. Ser mejor o ser feliz no depende solo de cuestiones materiales. La ecuación perfección física igual a felicidad no es siempre real, es más a veces se puede dar el caso contrario. Lo que realmente es el hombre, y lo que le hace feliz, está fuera de un cálculo meramente material.

− Hay después una serie de cuestiones de carácter práctico a la hora de poner por obra el plan transhumanista: selección embrionaria y eliminación eugenésica de embriones y fetos con defectos, problemas derivados de la nanotecnología aplicada al cerebro y neuroética, problemas de la crioconservación, uso de fármacos que cambien la personalidad, problemas de distribución de recursos, etc. En conclusión, aunque en teoría el transhumanismo pueda tener un fin bueno, hacer de la vida del hombre algo mejor, fin hacia el que ha tendido siempre la medicina, la ciencia y en general el progreso, este fin no puede ser alcanzado a través de cualquier medio. En el núcleo de esta teoría encontramos la pérdida del sentido del valor y la dignidad del hombre, que hacen de este un ser especial en el resto de la naturaleza, aún con sus límites y finitud. La no aceptación de la realidad humana hace que el hombre forje un futuro utópico, puramente material, que le lleva fuera de los cauces humanos, incluso programando su propio exterminio.


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  2. 2,0 2,1 2,2 2,3 2,4 2,5 2,6 2,7 2,8 Diéguez, Antonio (2017). Transhumanismo. Herder. ISBN 9788425439629. 
  3. 3,0 3,1 3,2 Cavarero, A. «Il pensiero femminista. Un approccio teoretico». Cavarero A., Restaino, F., ed. Le filosofie femministe,. 
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  6. 6,0 6,1 Full text of the article "Cyborg Manifesto" (Una copia del archivo en Wayback Machine). El texto completo del artículo: Haraway, Donna Jeanne (1991). «A Cyborg Manifesto: Science, Technology, and Socialist-Feminism in the Late Twentieth Century». Simians, Cyborgs and Women: The Reinvention of Nature. Routledge. ISBN 0415903866. Texto en español traducido por Manuel Talens
  7. González-Melado, Fermín J.; Martínez-Guisasola, José M. (2012). «Hijos de un mismo dios: ideología de género y transhumanismo». Andrades Ledo, F.J., Pena González, M.A., Galindo García, A. (coords.), ed. Razones para vivir y razones para esperar. Homenaje al Prof. Dr. D. José-Román Flecha Andrés. (Publicaciones Universidad de Salamanca): 309-335. ISBN 9788472999442. Consultado el 24 junio 2019. 
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