Acupuntura

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La Acupuntura es una práctica médica no convencional. Una técnica terapéutica de carácter invasivo que precisa de un previo diagnóstico, preferentemente por escrito, según los postulados de la medicina tradicional china, el cual sólo puede ser realizado por un médico que, con visión integradora en la medicina occidental, juzgue que es el tratamiento más adecuado o complementario para un paciente concreto.

Se entiende, por una parte, la inserción de agujas delgadas, sólidas, metálicas, a través de la piel en los puntos correspondientes, para la prevención o tratamiento de la enfermedad, y por otra, también puede incluir acupresión, electroacupuntura, acupuntura con láser, moxibustión (aplicación local y focalizada de calor en los puntos de acupuntura usando una sustancia combustible pulverizada y comprimida) y aplicación de ventosas, que son técnicas terapéuticas relacionadas con la Medicina Tradicional China.

En este sentido, la acupuntura es un método terapéutico que tiene por base tres principios:

1) Principio de Diagnóstico: por el cual, aplicando la teoría de la materia médica en medicina tradicional china, con su terminología específica, se llega a un diagnóstico para la aplicación de un principio terapéutico.

2) Principio Terapéutico: por el que se aplican diferentes técnicas terapéuticas poniendo en marcha una serie de sistemas tendiendo a la curación y reequilibrio de los mismos.

3) Principio Preventivo: el diagnóstico de la medicina tradicional china ayuda por medio del adecuado análisis clínico a proporcionar una serie de medidas preventivas, recomendaciones dietéticas, etc. con el fin de prevenir la enfermedad.

De los tres principios anteriores se desprende que la Acupuntura es una práctica médica, ya que requiere un diagnóstico previo a la instauración del principio terapéutico que marcará la técnica a utilizar, la prescripción de puntos y el modo de manipulación, o las técnicas necesarias para prevenir la enfermedad en cada paciente concreto.

La acupuntura es un acto médico ya que se reserva sólo a los médicos la utilización de los mismos aunque se puede autorizar a otro personal sanitario aplicar las prescripciones del médico que practica la acupuntura en lo referente a la acupresión, moxibustión, ventosas o auriculoterapia.

En cuanto al principio bioético de justicia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) propone que corresponde al Gobierno de la Nación la regulación de la práctica y docencia de la Acupuntura, con el previo asesoramiento de la Organización Médica Colegial. Los bienes jurídicos en juego, tanto públicos como privados, exigen un control de la práctica y una regulación de la formación por parte del Estado, teniendo en cuenta los criterios del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos.

Según la Declaración de la Comisión Central de Deontología de la OMC sobre la ética de la práctica de la Acupuntura[1]

Creación: Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial Española Fuente: Organización Médica Colegial Española Lengua original: Español Aprobación: Asamblea General del día 4 de octubre de 2004. Publicación: Documentos Especiales OMC, diciembre 2004. Comprobado el 11 de mayo de 2005

Dentro de los aspectos Deontológicos y Profesionales habría que tener en cuenta en la práctica de la acupuntura:

1. El médico que practica la Acupuntura está sujeto en todo a lo indicado en el Código de Ética y Deontología Médica. Dada la peculiaridad de esta técnica terapéutica y de los actuales sistemas docentes, es necesario matizar y determinar algunos aspectos particulares que requieren especial atención.

2. El Código de Ética y Deontología Médica de 1999 deja claro en su art. 21.2 la obligación del médico que practica la acupuntura de informar a los pacientes de la necesidad de no abandonar el tratamiento fundamental caso de que lo hubiere. Igualmente, deberá mantener al día sus conocimientos sobre los mecanismos de acción de la Acupuntura que se vayan descubriendo para integrarlos con los de la medicina occidental convencional (artículo 18 del CEDM).

3. El médico no utilizará ninguna de las técnicas de la medicina tradicional china en las que no esté suficientemente entrenado. El enfermo que se somete a esta modalidad de tratamiento debe tener la seguridad de que es tratado por un conocedor de la patología médica, que aplicará estas técnicas desde un diagnóstico diferencial preciso; además, debe tener la garantía de que el que las aplica las conoce y se ha sometido al mismo control exigido para la práctica médica convencional.

4. Cuando un paciente requiere otra indicación terapéutica clara se le debe comunicar y remitirlo al especialista correspondiente. Proporcionar falsas esperanzas, alargar sin justificación un tratamiento o indicar el abandono de otros tratamientos útiles para el paciente son acciones éticamente reprobables.

5. Antes de iniciar un tratamiento debe obtener el Consentimiento Informado del paciente, preferentemente por escrito. En concreto, se debe informar con claridad al paciente sobre las peculiaridades de la técnica o técnicas que se vayan a emplear, número de sesiones previstas, beneficios esperados y evolución probable. También se deben comentar los efectos adversos que pueden producirse según las características propias del paciente y la posibilidad de que el tratamiento pueda exacerbar algún síntoma al inicio del mismo.

6. Teniendo en cuenta el bien superior del paciente, el médico que practica la Acupuntura siempre debe cooperar en todo lo posible con el médico de atención primaria o el especialista que atienden habitualmente la salud del paciente. Puede suceder que algunos pacientes no deseen que su médico de cabecera sepa que está siendo tratado con técnicas médicas no convencionales; se debe respetar su deseo de confidencialidad, aunque es prudente animarle a que se lo comunique, ya que el tratamiento con Acupuntura puede reducir o cambiar las necesidades de fármacos.

7. La publicidad de un médico que practica la acupuntura se regirá por las normas deontológicas generales que la rigen; ha de ser objetiva, prudente y veraz, sin ánimo de comparación con otros profesionales sanitarios, especialmente teniendo en cuenta que, en la actualidad, la acupuntura es objeto de un intrusismo intenso, que utiliza una publicidad engañosa.