Diferencia entre revisiones de «Ecología»

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Para '''escenarios más concretos''' nos dedicaremos en las voces, ética ambiental, medio ambiente, desarrollo sostenible y determinantes sociales de la salud. En este sentido esta voz recoge '''la ecología en dimensión filosófica''' y profunda. El desarrollo actual de la ecología ha abierto nuevos desafíos para la reflexión filosófica contemporánea<ref>{{Cita publicación|url=http://arbor.revistas.csic.es/index.php/arbor/article/view/2324/3365|título=Ecología Humana. Nuevos desafíos para la ecología y la filosofía.|apellidos=Valera, L.|nombre=|fecha=2019|publicación=|fechaacceso=|doi=|pmid=}}</ref>. En este sentido, ya no es posible interpretar la naturaleza humana a partir de una reflexión sobre el hombre como un ser aislado de su ambiente. El paradigma de ecología humana que se presenta aquí quiere heredar la reflexión sobre la filosofía de la naturaleza (y también sobre la filosofía de la naturaleza humana), proponiendo la cuestión ecológica actual como un tema eminentemente antropológico: el lugar del hombre en el cosmos indica asimismo su esencia. Esta tarea nos obliga a replantear la especificidad del ser humano en relación con el mundo a través del tema del ''habitar'', que nos invita a reflexionar sobre las actividades del ''custodiar'' y del ''construir la casa''. Se hace así posible replantear el tema ecológico actual como una crisis predominantemente antropológica: para sanar la herida del ecosistema, primero hay que curar la fractura dentro del hombre.   
Para '''escenarios más concretos''' nos dedicaremos en las voces, ética ambiental, medio ambiente, desarrollo sostenible y determinantes sociales de la salud. En este sentido esta voz recoge '''la ecología en dimensión filosófica''' y profunda. El desarrollo actual de la ecología ha abierto nuevos desafíos para la reflexión filosófica contemporánea<ref>{{Cita publicación|url=http://arbor.revistas.csic.es/index.php/arbor/article/view/2324/3365|título=Ecología Humana. Nuevos desafíos para la ecología y la filosofía.|apellidos=Valera, L.|nombre=|fecha=2019|publicación=|fechaacceso=|doi=|pmid=}}</ref>. En este sentido, ya no es posible interpretar la naturaleza humana a partir de una reflexión sobre el hombre como un ser aislado de su ambiente. El paradigma de ecología humana que se presenta aquí quiere heredar la reflexión sobre la filosofía de la naturaleza (y también sobre la filosofía de la naturaleza humana), proponiendo la cuestión ecológica actual como un tema eminentemente antropológico: el lugar del hombre en el cosmos indica asimismo su esencia. Esta tarea nos obliga a replantear la especificidad del ser humano en relación con el mundo a través del tema del ''habitar'', que nos invita a reflexionar sobre las actividades del ''custodiar'' y del ''construir la casa''. Se hace así posible replantear el tema ecológico actual como una crisis predominantemente antropológica: para sanar la herida del ecosistema, primero hay que curar la fractura dentro del hombre.   
'''Bioética en ecología sugiere el nacimiento de una nueva mentalidad''', que plantea entre otras cosas una cierta ascesis humana en relación con el ambiente que nos rodea, basada en la moderación, el renunciamiento al consumismo brutal que trata de convertir en necesidad primaria lo que la mayoría de las veces es solamente superfluo. La evolución social y económica afecta en el proceso de globalización existente a todos los niveles de la existencia. Su desconocimiento condiciona la calidad de nuestra relación con las personas y con el entorno. Paralelamente a esto, el concepto de justicia social no está -y no podría estar- fuera del problema del medio ambiente<ref>{{Cita publicación|url=|título=Bioética y Medio Ambiente. El gran desafío del siglo XXI|apellidos=Pérez de Nucci, A.|nombre=|fecha=|publicación=Cuadernos de Bioética, 2000, 2|fechaacceso=|doi=|pmid=}}</ref>. 


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Revisión del 10:50 9 dic 2019

La Ecología es la ciencia, rama de la biología, que estudia las interrelaciones de los diferentes seres vivos entre sí y con su entorno[1].

Los antiguos filósofos griegos, como Hipócrates y Aristóteles, sentaron las bases de la ecología en sus estudios sobre la historia natural. Los conceptos evolutivos sobre la adaptación y la selección natural se convirtieron en piedras angulares de la teoría ecológica moderna transformándola en una ciencia más rigurosa en el siglo XIX. Está estrechamente relacionada con la biología evolutiva, la genética y la etología. La comprensión de cómo la biodiversidad afecta a la función ecológica es un área importante enfocada en los estudios ecológicos[2].

Los ecólogos tratan de explicar[3]:

-Los procesos de la vida, interacciones y adaptaciones.

-El movimiento de materiales y energía a través de las comunidades vivas.

-El desarrollo sucesional de los ecosistemas -La abundancia y la distribución de los organismos y de la biodiversidad en el contexto del medio ambiente.

BIOÉTICA Y ECOLOGÍA

La bioética nunca se ha ocupado exclusivamente del “bios” en cuanto “bios humano” –y, por lo tanto, solo de la salud humana– sino que siempre del bios como característica de todo sistema viviente[4]. En este sentido parece bastante exacto identificar bioética y ecología. Si bien la bioética y la ética médica es una de las áreas temáticas más importantes de esta disciplina[5].

Las similitudes, pues, se encuentran también a nivel de la historia de las dos disciplinas y de las causas que favorecieron sus nacimientos: los acontecimientos históricos que llevaron a los pensadores del siglo pasado a repensar nuestra relación con los seres vivos, a partir de los puntos de vista de la ética ambiental y la bioética, son, de hecho, los mismos. Estos incluyen: la capacidad de producir acciones con un efecto duradero en el tiempo[6], el rápido desarrollo tecnológico, el temor que este poder generó, la posibilidad de un cambio radical en la naturaleza (y en la naturaleza humana), la sobrepoblación del planeta y el agotamiento de los recursos, el cambio climático, etc.

Uno de los temas a analizar y a debatir entre la bioética y la ecología sería la fractura externa entre hombre y naturaleza[7]. Otro sería, adivinar que estamos llamados a hacer frente a la alternativa de una educación en valores ecológicos (es decir, en deberes, puesto que los valores llaman a esto) y de una educación en las virtudes ecológicas (es decir, en una forma de ser).

El diálogo que hay que fomentar entre la bioética y la ecología sería profundo. No hablamos de un ‘tibio activismo’, orientado principalmente a hacer; estamos apuntando a un cambio radical de la disposición interior, determinado por el conocimiento y la libertad, y, por lo tanto, orientado al ser. Una educación ecológica real es principalmente una educación a los cambios estables en las disposiciones interiores (o sus fortalecimientos), de modo que pueda, en segundo lugar, cambiar también la acción humana práctica[4].

Para escenarios más concretos nos dedicaremos en las voces, ética ambiental, medio ambiente, desarrollo sostenible y determinantes sociales de la salud. En este sentido esta voz recoge la ecología en dimensión filosófica y profunda. El desarrollo actual de la ecología ha abierto nuevos desafíos para la reflexión filosófica contemporánea[8]. En este sentido, ya no es posible interpretar la naturaleza humana a partir de una reflexión sobre el hombre como un ser aislado de su ambiente. El paradigma de ecología humana que se presenta aquí quiere heredar la reflexión sobre la filosofía de la naturaleza (y también sobre la filosofía de la naturaleza humana), proponiendo la cuestión ecológica actual como un tema eminentemente antropológico: el lugar del hombre en el cosmos indica asimismo su esencia. Esta tarea nos obliga a replantear la especificidad del ser humano en relación con el mundo a través del tema del habitar, que nos invita a reflexionar sobre las actividades del custodiar y del construir la casa. Se hace así posible replantear el tema ecológico actual como una crisis predominantemente antropológica: para sanar la herida del ecosistema, primero hay que curar la fractura dentro del hombre.

Bioética en ecología sugiere el nacimiento de una nueva mentalidad, que plantea entre otras cosas una cierta ascesis humana en relación con el ambiente que nos rodea, basada en la moderación, el renunciamiento al consumismo brutal que trata de convertir en necesidad primaria lo que la mayoría de las veces es solamente superfluo. La evolución social y económica afecta en el proceso de globalización existente a todos los niveles de la existencia. Su desconocimiento condiciona la calidad de nuestra relación con las personas y con el entorno. Paralelamente a esto, el concepto de justicia social no está -y no podría estar- fuera del problema del medio ambiente[9].

  1. Margalef, R. (1998). «Ecología». Manual, (9.ª edición). Barcelona: Omega. 
  2. «Ecología». Wikipedia. 
  3. Odum, E. P.; Barrett, G. W. (2005). «Fundamentals of Ecology. Brooks Cole).». Brooks Cole. 
  4. 4,0 4,1 Valera, L. (2017). «El futuro de la ecología: la sabiduría como centro especulativo de la ética ambienta». Cuadernos de Bioética. 
  5. Reich, W. «The Word “Bioethics”: The Struggle Over Its Earliest Meanings.». Kennedy Institute of Ethics Journal. 1995; 5(1): 19-34. 
  6. Jonas, H. «El principio de responsabilidad. Ensayo de una ética para la civilización tecnológica.». Herder, Barcelona, 1995, 23-35. 
  7. Bellino, F. «Cosmovisione sistemica ed etica ambientale.». En: Ceravolo, P. (ed.). Filosofia ed ecologia, Centro per la filosofia italiana, Roma, 1993, 66. 
  8. Valera, L. (2019). Ecología Humana. Nuevos desafíos para la ecología y la filosofía.. 
  9. Pérez de Nucci, A. «Bioética y Medio Ambiente. El gran desafío del siglo XXI». Cuadernos de Bioética, 2000, 2.