Edmund Pellegrino

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Edmund Daniel Pellegrino nació en Newark el 22 de junio de 1920 y ha fallecido el 13 de junio de 2013. Médico y profesor universitario, es considerado uno de los fundadores de la Bioética y uno de los primeros en introducir la enseñanza de las humanidades en las escuelas de medicina [1].

Edmund D. Pellegrino (1920-2013)

Educación

Estudió la escuela secundaria en el colegio jesuita Xavier High School en Chelsea (Manhattan) con la promoción de 1937. Pellegrino estuvo a punto de no estudiar Medicina. A pesar de su extraordinario currículum, ninguna de las facultades a las que se dirigió le admitió. ¿El problema? Su origen italiano. Incluso le recomendaron cambiarse el apellido, a lo que se negó. Finalmente, su padre, mayorista de comestibles, logró que le presentasen -gracias uno de sus clientes, propietario de un restaurante- al decano de Medicina de la Universidad de Nueva York, que le pidió que le enviara el historial académico de su hijo [2].

Su formación universitaria se llevó a cabo en la Universidad St. John's, de New York donde se licenció (B.S.) con summa cum laude en 1941, y se doctoró (M.D.) en la New York University College of Medicine en 1944 [3]. Entre 1944 y 1949 hizo su residencia en medicina en Bellevue, Goldwater Memorial y en el Homer Folks hospitals de tuberculosis, obteniendo el grado de investigador en medicina renal y fisiología en la Universidad de Nueva York.

Principales cargos desempeñados

A lo largo de más de 60 años ha ido haciendo compatible sus estudios de investigación clínica, con la práctica de la medicina y su enseñanza, los trabajos de administración de instituciones y la profundización en temas de filosofía y ética.

período cargo
1953-59 Presidente fundador y director médico del Centro Médico de Hunterdon en Flemington, Nueva Jersey
1959-66 Presidente fundador del Departamento de Medicina de la Universidad de Kentucky
1966-73 Profesor y Presidente del Departamento de Medicina, y Decano de la Escuela de Medicina, del State University of New York Health Sciences Center
1973-75 Presidente y Vice Canciller para las Ciencias de la Salud de la Universidad de Tennessee
1975-1978 Presidente del Centro Médico de la Universidad de Yale-New Haven
1978-82 Presidente de la The Catholic University of America, Washington, D.C. y profesor de Filosofía y Biología en ella, y Director del Instituto NEH patrocinado en Valores Humanos en Medicina
1983-89 Director del Kennedy Institute of Ethics, Georgetown University
1982-2000 Profesor de la cátedra John Carroll de Medicina y Ética médica en Georgetown University Medical Center, Washington, D.C.
1989-94 Director, Georgetown University Center for the Advanced Study of Ethics
1991-96 Director, Center for Clinical Bioethics, Georgetown University Medical Center
2000-13 Profesor Emérito of Medicine and Medical Ethics, Center for Clinical Bioethics, Georgetown University Medical Center
2004-12 Miembro del Comité Internacional de Bioética de la UNESCO
2005-09 Presidente del President’s Council on Bioethics

Comités

  • Pontifical Academy for Life (1994-)
  • National Academy of Sciences Committee To Review Human Subjects (1987-)
  • UNESCO Committee on Bioethics (2004-)
  • Fellow, The Hastings Center (2005-)

Honores

El Dr. Pellegrino fue Master de la American College of Physicians , miembro de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia , miembro del Instituto de Medicina de la Academia Nacional de Ciencias , recibió cuarenta y ocho doctorados honoris causa, además de otros reconocimientos y premios, incluyendo el Premio Benjamin Rush de la Asociación Médica de Estados Unidos, el Premio Abraham Flexner de la Asociación Americana de Colegios Médicos , el Premio Laetare de la Universidad de Notre Dame , y el Premio a la Beecher for Life Achievement in Bioethics del Hastings Center [4].

Pensamiento

La profesión médica

Para Pellegrino, la medicina es una actividad humana absolutamente singular por tres razones:

  • La vulnerabilidad de la persona enferma, que le obliga a poner su cuerpo, su intimidad y a veces su dignidad en manos del médico;
  • La naturaleza de la formación médica, cuya vocación ínsita de servicio explica que la sociedad le permita intrusiones en la intimidad como la disección de cadáveres, las autopsias, la experimentación en seres humanos o el simple hecho de que un alumno acompañe a su profesor durante la consulta;
  • "El juramento hipocrático, un compromiso público -una profesión- de que el galeno comprende la gravedad de su vocación, promete ser competente y utilizar esa capacidad en beneficio del enfermo. Es el juramento y no el título el que da entrada a la profesión", afirma en The Virtues in Medical Practice.

Estos tres aspectos configuran a la Medicina como una comunidad moral y son la base de las obligaciones éticas de cada facultativo y de la profesión en general. Quizá por eso, Pellegrino gusta más de hablar de ética médica que de bioética -"lo segundo es el todo; lo primero una parte específica y más antigua", afirma- y de "respeto al paciente que de autonomía" [2].

Consideraciones sobre ética médica

Para Pellegrino es esencial que la teoría de los principios, se complemente con las teorías basadas en virtud, la ética del cuidado y la casuística [5].

Para el estudio de la ética médica es esencial la investigación filosófica y ve como incorrecto que las decisiones morales y sobre todo las de ética médica se dejen a la intuición. Pero también defiende que los médicos tampoco pueden entregar las decisiones a los expertos en ética, pues estaríamos ante una ética médica puramente conceptual.

Pellegrino plantea cuatro etapas en la evolución de la ética médica. Aunque su visión es la de un médico, como refiere él mismo, y no la de un filósofo, pero la de un médico abierto a la reflexión crítica sobre asuntos médicos, un médico fuertemente atraído por los modelos tradicionales y clásicos de la ética normativa.

  • Una primera que caracteriza como largo y tranquilo período en que la tradición hipocrática, enriquecida a lo largo de los siglos por el estoicismo, tradiciones religiosas, entendido como algo dado y que prevaleció hasta casi 1960 (cuando el autor comienza a enseñar esta disciplina)
  • Una segunda etapa a mediados de los años 60, etapa de investigaciones filosóficas, de teorías morales basadas en principios que comienzan a transformar la ética médica.
  • Una tercera etapa que según el autor está llegando a su final en la actualidad y que el denomina ¨antiprincipalismo¨, es decir teorías morales que compiten unas con otras desafiando la primacía de los principios.
  • Una cuarta etapa que según Pellegrino comienza ahora, etapa de crisis en que los conflictos conceptuales y el escepticismo en filosofía moral ponen en jaque la idea misma de una ética universal y normativa en la medicina.

Analiza la relación de los principios principialistas con el Juramento hipocrático. El autor ejemplifica que hay dos principios de prima facie que son la beneficencia y la no maleficencia idénticos a las obligaciones hipocráticas de hacer el bien y evitar el mal. Con respecto a la autonomía y la justicia el autor refiere que la primera se ha entendido mal y se ha confundido con la no beneficencia y que ésta contradecía la ética tradicional de Hipócrates centrada en el paternalismo.

Actualmente la expresión más clara de la autonomía es el consentimiento informado pero muchos profesionales que se dedican a la práctica clínica no están convencidos de la legitimidad de la autonomía como principio primario, y temen que su absolutización llegue a desplazar el buen juicio del médico o estimule el desapego moral del médico o que este se vuelva en contra del bien del paciente.

Respecto al principio de justicia, el más lejano del pensamiento hipocrático que se centra en el bien del paciente y no en bien de la sociedad, la justicia entra a jugar su papel sobre todo en relación a los deberes forenses del médico y en la actualidad este principio cobra más fuerza cuando son más grandes las disparidades en la distribución del cuidado de la salud. Pellegrino plantea que cada vez aumenta más la posibilidad de que el médico se transforme en agente de objetivos fiscales o sociales, más que en agente cuya responsabilidad es cada paciente.

Recoge los sistemas que se enfrentan con el principialista:

  • Teoría de la Virtud. Por sí sola no provee de pautas suficientemente claras para la acción, es demasiado privada y susceptible de funciones personales de la virtud o de la persona virtuosa. La virtud de la comunidad de valores que sustentan su práctica. Respecto a la virtud señala que es una teoría implícita y dominante de la Ética Medica tradicional hasta comienzo de los años 30
  • Teoría del cuidado solícito. La ética del cuidado solícito, esta sujeta también a la fundamentación en principios o una regla para construir una pauta confiable al momento de tomar decisiones específicas.
  • Teoría de la casuística. El doctor Pellegrino ubica su aparición en la época medieval, y se basa en la búsqueda de casos concretos y singulares que son ejemplos obvios de un principio en los que exista consenso generalizado o total para después desplazarse a casos más dudosos. Esta Teoría trata de evitar enfrentamiento con el pluralismo moral de la sociedad contemporánea. La casuística puede funcionar como método para el análisis de casos particulares, pero no provee una pauta confiable ni en la teoría ni en la práctica moral.

Todas estas teorías, con sus alternativas y limitaciones, pueden enriquecer cualquier teoría de la Ética Médica; pero ninguna es independiente de los principios, reglas y obligaciones.

Responsabilidad y complicidad moral ante la exigencias sociales

Ante diversos tipos de demandas sociales o legales el médico debe estar atento para no hacerse cómplice de comportamientos inicuos. Para Pellegrino son importantes los conceptos de Complicidad moral y de Distancia respecto al mal moral [5].

Esa complicidad moral en ética médica tiene características muy especiales que van desde el conocimiento y capacidad del médico para hacer el bien de la persona que atiende a su experiencia y conocimiento médico para facilitar el logro de algunas metas sociales

Estudia dos situaciones de complicidad:

  • Una complicidad nefasta cuando se participa en actos incorrectos de forma directa, intencional y contraviniendo el propósito de la medicina.
Tal es el caso de genocidios, torturas a prisioneros políticos, interrogatorios con el uso de psicofármacos, otras formas de "lavado de cerebro", falsificación de diagnósticos o certificados de defunción, violación a los derechos humanos por encubrimiento de autopsias, reanimación de víctimas para prolongar torturas etc.
Asociarse a estos actos de maldad distorsionan el propósito y los objetivos de la medicina ya que no existe credibilidad moral en estas grotescas formas de cooperación a menos que aceptemos la inoperante y débil justificación moral que se le adjudica a la tortura para fines que atañen a la seguridad nacional.
  • Una complicidad moralmente problemática. Hay situaciones en las cuales el conocimiento y experiencia médica se utilizan para fines correctos; pero en las cuales la legislación o la convención social requiere que los médicos sirvan apropósitos ajenos al bienestar de la persona que atienden, aquí el conocimiento médico no es intrínsecamente inmoral, sin embargo, con la intención de servir a propósitos ajenos a las relaciones médicas se puede incurrir en daños porque el bienestar del paciente se haya supeditado a un propósito ajeno a la relación médica.
Por ejemplo: áreas judiciales, psiquiátricas, militares, incluso en áreas menos institucionalizadas, en estas últimas cuando el médico actúa como "guardián de un sistema administración de salud preventiva, o en una práctica privada".
En estos casos el médico no puede separarse de su responsabilidad moral, deberá utilizar sus conocimientos médicos siempre en pos del bienestar del paciente. El médico es el que tendrá la posibilidad de prescribir, solicitar exámenes, aprobar servicios, realizar diagnósticos que indiquen la capacidad o no para que un paciente participe en un juicio, cumpla deberes militares, e incluso darle alta a un paciente, todo esto le confiere a ese médico gran responsabilidad en toma de decisiones en el lugar o institución que esté ejerciendo su profesión.

De ahí las dos preguntas que siempre debe hacerse el médico:

  • ¿La acción en sí es buena, mala o moralmente indiferente?
  • ¿Hasta que grado se debe compartir…?

De la respuesta que se ofrezca se deducirá la complicidad del médico y su distancia moral a cada caso que se aborde.

Principales publicaciones

Es autor o coautor de 23 libros, fundador de la revista Journal of Medicine and Philosophy y autor cientos de artículos. Formó parte del Comité editorial de 27 revistas. Algunos de sus libros:

Ediciones en español

  • Pellegrino, Edmund D.; Thomasma, David C. (2008). Las virtudes cristianas en la práctica médica. Universidad Pontificia de Comillas. ISBN 978-84-8468-231-8. 

Referencias

Notas

  1. «Edmund D. Pellegrino, M.D., M.A.C.P.». Consultado el 26 de junio de 2013. 
  2. 2,0 2,1 «La medicina de mejora, reto de la bioética». Diario Médico. 3 de octubre de 2005. 
  3. EDMUND D. PELLEGRINO, M.D., M.A.C.P. Curriculum vitae. 2010. Consultado el 26 de junio de 2013. 
  4. The Center for Bioethics & Human Dignity. «Edmund Pellegrino, MD». Consultado el 27 de junio de 2013. 
  5. 5,0 5,1 Alina del Pilar Mora Sánchez (17 de mayo 2008). «Pensamiento Ético de Edmund D. Pellegrino». Consultado el 30 de junio de 2013. 

Enlaces externos