Historia de los cuidados paliativos

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"Después de siglos de huir de la muerte, hace falta fomentar en nosotros el arte de morir" José Ortega Gasset

Introducción

La palabra latina Hospitium significaba inicialmente el sentimiento cálido experimentado por huésped y anfitrión, y luego el lugar físico donde este sentimiento se experimentaba. La versión griega de este era llamado Xenodochium[1].

Los Hospices definidos en muchos países como espacios diseñados para ofrecer el mejor confort, bienestar, soporte emocional y espiritual, tanto para el paciente como para la familia, cuando este llega a una fase terminal de la enfermedad; y de esta manera poder disponer de "calidad de vida", sin dolor, conscientes y controlar los síntomas de la enfermedad en sí. Rodeados de seres queridos, continuando con su vida familiar y morir con dignidad[2].

El origen etimológico de la palabra Paliativo es Pallium, que significa manto o cubierta, haciendo alusión al acto de aliviar síntomas o sufrimientos. [3]

No se puede definir la vida sin la muerte. Los expertos dicen que morir con dignidad es un don que depende, sobretodo, de cómo se haya abordado, en medio de la vida, la muerte, el dolor y la enfermedad. Aquí es donde entra una de las disciplinas que ha ganado más terreno en los últimos años, un una nueva manera de guiar la medicina: Medicina del Dolor y Cuidados Paliativos[1]

Evolución histórica

Antigua Grecia (S.IV-V AC)

Según la tradición hipocrática no se debía tratar a los enfermos incurables y terminales, estas enfermedades eran consideradas castigo divino, y tratándoles se estaba desafiando a los dioses[4].

Existía una distinción entre las enfermedades, enfermedades tiquéticas que se creía eran producidas por el azar, y eran susceptibles de ser tratadas; y enfermedades ananquéticas de mortalidad inevitable, era inútil tratarlas y se consideraban un pecado contra la naturaleza. [5]

En el año 313, empiezan a aparecer instituciones cristianas, en la época del emperador Constantino; estas instituciones bajo los principios de caridad evangélica, los llamaban hospitales y hospicios, así comenzaron a aparecer primero en territorio bizantino, después en Roma y luego en toda Europa[4].

En el año 400, Fabiola, una discípula de San Jerónimo, funda en Ostia cerca de Roma, un hospital donde atendía gratuitamente a todo el que necesitaba consuelo material y espiritual.

De la Edad Media al siglo XIX

Hostal para peregrinos y enfermos en la Edad Media

En la edad media comienzan aparecer hospicios por toda Europa que en un principio eran lugares de acogida para peregrinos por lo cual, se encontraban en rutas muy transitadas, así encontramos el Hospital de San Marcos en León, la Abadía de Samos en Orense, el Castillo de los Templarios en Ponferrada. Estos peregrinos en ocasiones llegaban enfermos o moribundos por lo que empezaron a darles asistencia sanitaria. Pero como no contaban con suficientes recursos terapéuticos se les ofrecía lo que se podía, muchos morían, y lo más que se podía hacer por ellos, eran los máximos cuidados hasta su muerte y la ayuda espiritual [2][4][6].

En los siglos XIV y XV San Vicente de Paúl, promueve la creación de numerosos hospicios en Francia para atender a las personas con escasos recursos económicos[6].

Del siglo XIX a nuestros días

Hospital en el siglo XIX

Los protestantes en el Siglo XIX imitan la labor de las hijas de la Caridad, con pobres y enfermos, y fundan una Sociedad de enfermos visitadores (Diaconisas de Kaiserwerth), luego fundan un hospital en Prusia, primer hospital protestante, réplica del sistema monástico católico. [7]

En 1842 en Lyon, Francia, es la primera vez, que Hospice se refiere a un lugar dedicado al cuidado de los enfermos terminales. Cuando Jeanne Garnier con unas colaboradoras, constituye la Asociación de Mujeres del Calvario, su misión era aliviar y consolar a los enfermos incurables[4].

1948. St. Luke´s Home for the Dying Poor

En 1879, la Madre Mary Aikenhead funda Our Lady's Hospice que luego será extendido por Inglaterra, y en Londres se funda el St. Joseph's Hospice. Al igual por esta época se fundan otros hospicios por los protestantes como St. Luke's Home for the Dying Poor. [8]

En 1899 por inspiración de Jeanne Garnier, aparecen el Calvary Hospital, fundado por Anne Blunt Storrs, en Nueva York, hasta el día de hoy es una prestigiosa institución que brinda cuidados paliativos a pacientes con cáncer avanzado.

Dos mujeres claves en el resurgimiento de los cuidados paliativos, en el siglo pasado, fueron Ciccely Saunders

Cicely Sanders

y Elizabeth Kübler Ross. El nombre de Hospice se mantuvo, ya que es un nombre intermedio entre hospital y hogar, lugar para los enfermos y sus familias, con la capacidad científica de un hospital y el ambiente cálido, hospitalidad de un hogar. Elizabeth Kübler-Ross reafirmó la idea de la Dra. Saunders, añadiendo el concepto de brindar la atención del hospice a domicilio, así el paciente no iría al hospice, sino que éste iría a las personas[9].

Médicos y cuidados paliativos

En el siglo XIX, el desarrollo de la ciencia médica y los nuevos descubrimientos terapéuticos para poder curar las enfermedades, que hasta ese momento eran letales, provocaron en los médicos un cambio profesional. Hasta ese momento el médico fungía como un gran cuidador, y con estos avances, comienza asumir un papel autoritario y paternalista, pues los pacientes ya no estaban en las "manos de Dios", sino en las suyas.

Al médico se le enseñó a curar, por lo que los enfermos terminales perdieron importancia, ya que no se podía hacer nada por ellos. Anteriormente los médicos atendían a sus enfermos con el único propósito de aliviar los síntomas propios de la enfermedad y proporcionarles bienestar [2].

El inicio oficial del Movimiento de Hospicios Moderno, se atribuye a la fundación del St. Christoper's Hospice en Londres, en 1967, por Ciccely Saunders. Los resultados obtenidos de esta institución demostraron que un buen control de síntomas, una adecuada comunicación y acompañamiento emocional, social y espiritual logran mejorar la calidad de vida de los enfermos terminales y de sus familiares[1].

En 1980 la Organización Mundial de la Salud (OMS), incorporó oficialmente el concepto de Cuidados Paliativos y promovió el programa de cuidados paliativos como parte del programa de control del cáncer. 15 años después la Organización Panamericana de la Salud (PAHO) también lo incorpora oficialmente a sus programas asistenciales [10].

La última defición de Cuidados Paliativos de la OMS, fue realizada en 2002, " cuidado activo e integral de pacientes cuya enfermedad no responde a terapéuticas curativas. Su fundamento es el alivio del dolor y otros síntomas acompañantes y la consideración de los problemas psicológicos, sociales y espirituales [10].

En la actualidad la palabra Hospice se utiliza en Gran Bretaña y en Estados Unidos para referirse a un tipo de servicio, cuyo objetivo es fundamentalmente asistencial y dirigido a proveer los medios necesarios para responder a las necesidades del paciente, considerados terminales en los diferentes niveles de atención.

Actualmente existen alrededor de 8000 servicios de Cuidados Paliativos en el mundo, en aproximadamente 100 países diferentes. Incluyen diversos servicios: Unidades móviles de apoyo intrahospitalario, Unidades de Cuidados Paliativos intrahospitalarios, Casas de reposo para pacientes terminales, Unidades hospitalarias diurnas, Equipos de control ambulatorio y de apoyo domiciliario[1]

Como se puede observar a través de la historia los Cuidados Palitivos y la medicina acádemica no progresaron a través del tiempo tomados de la mano, a la medicina se le reprochaba su interés obsesivo por la enfermedad dejando de lado al paciente que la padece. Sin embargo con el paso del tiempo podemos ver como se van alineando hasta lograr que lo Cuidados Paliativos finalmente hayan sido aceptados por los centros académicos mundiales.

Hoy en día existen numerosas asociaciones internacionales de Cuidados Paliativos y alrededor de una decena de Revistas científicas dedicadas al tema[1].

"Hay que rescatar y redescubrir, si cabe, el fenómeno de "cuidar" actualmente eclipsado por la sobreexpansión de los aspectos curativos de la medicina. No tenemos que olvidar que la medicina nace como respuesta de ayuda, consuelo y acompañamiento para los seres humanos enfermos y moribundos..." (Sanz y Pascual)[1]

Referencias

  1. 1,0 1,1 1,2 1,3 1,4 1,5 Rio, M. Ignacia del; Palma, Alejandra (2007). «Cuidados paliativos: historia y desarrollo». Boletín Escuela Medicina U.C (Pontificia Universidad Católica de Chile) 32 (1): 16-22. Consultado el 18 de octubre 2019. 
  2. 2,0 2,1 2,2 Montes de Oca Lomeli, Gabriela Adriana (10 de abril 2006). «Historia de los cuidados paliativos». Revista Digital Universitaria (Coordinación de Publicaciones Digitales. DGSCA-UNAM) 7 (4). Consultado el 19 de octubre de 2019. 
  3. Billings, A. (1998) “What is Palliative Care” en Journal Of Palliative Medicine, Volume 1, Number 1, Mary Ann Liebert, Inc, USA, p. 73-81
  4. 4,0 4,1 4,2 4,3 García Asensio, María José (2011). Dirección general de asistencia sanitaria, ed. Evolución histórica de los cuidados paliativos. Revisión bibliográfica. Consultado el 19 de octubre de 2019. 
  5. Laín Entralgo, P. La relación médico-enfermo en la Grecia clásica. En: La relación médico-enfermo. Madrid: Alianza Ed.; 1983
  6. 6,0 6,1 «Historia de los cuidados paliativos». Consultado el 19 de octubre de 2019. 
  7. Hernández Conesa, J. Historia de la Enfermería. Madrid: McGraw-Hill; 2001
  8. Centeno Cortés, C., Arnillas González, P. Historia y Desarrollo de los Cuidados Paliativos. En: Marcos Gómez Sancho (ed). Cuidados Paliativos e Intervención Psicosocial en enfermos de Cáncer. Las Palmas: ICEPS; 1988
  9. «Hospice Vida Plena». 
  10. 10,0 10,1 De Lima, L.; Bruera, E. (diciembre 2006). «The Pan American Health Organization: its structure and role in the development of a palliative care program for Latin America and the Caribbean». Journal of Pain and Symptom Management 20 (6): 440-448. doi:10.1016/S0885-3924(00)00216-5. Consultado el 19 de octubre de 2019.