Diferencia entre revisiones de «Imperativo bioético»

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Revisión del 03:24 4 nov 2012

Fritz Jahr analiza el impacto de la ciencia y la tecnología sobre la ética humana; esto puede constituir una guía para el estudio sistemático de la conducta humana en el campo de las ciencias de la vida y en el del compromiso moral y la conducta hacia todas las formas de vida. Jahr también analiza los nuevos conocimientos así como la conducta y el compromiso en relación a éstos a la luz de los valores y principios morales tradicionales. Desarrolla entonces una visión de la Bioética como una disciplina, un principio y una virtud en una reñida discusión con Kant, extendiendo y transformando el Imperativo Categórico formal en un Imperativo bioético basado en un contenido más abarcador y más flexible[1].


Una nueva disciplina académica

El Imperativo bioético es el resultado necesario de una reflexión moral sobre las humanidades, basada en la fisiología y la psicología empíricas de los seres humanos, de las plantas y de los animales. Como tal, necesita desarrollar, educar y proteger las actitudes culturales y morales sean éstas personales o colectivas así como nuevas formas de respeto y de responsabilidades hacia todas las formas de vida. La ‘Santidad de la Vida’ es la base del Imperativo Bioético de 1927 de Jahr, mientras que Kant basó su Imperativo Categórico de 1788 en lo que él llamó la ‘Santidad de la Ley Moral’: ‘La ley moral es sagrada (inviolable). La persona no es sagrada, pero la humanidad que hay en su persona debe ser reconocida como tal. Todo en la creación, si uno quiere y tiene poder sobre ello, puede ser utilizado como un medio; solo el ser humano y con él todo ser inteligente es un fin en sí mismo. Es él el sujeto de la ley moral, que es sagrada, basada en la autonomía de su voluntad’ [Kant: A 156]. Es interesante observar la justeza con que Jahr cita a las nuevas publicaciones científicas para desarrollar una respuesta ética a la información científica más reciente.

Una nueva virtud fundamental de la ética

El Imperativo bioético se basa en evidencias históricas, y otras, que muestran que la ‘compasión es un fenómeno empírico establecido, propio del alma humana’. Sin embargo, existe un ‘amor erróneo’ y uno ‘verdadero’. La vieja dama que engorda a su caniche mientras deja sufrir a sus sirvientes muestra un amor y una compasión falsos, similares a los de aquellos que practican la corrupción, el favoritismo y el trato injusto hacia sus semejantes. No debe haber conflicto entre la compasión por todas las formas de vida y la compasión por los semejantes. Jahr sostiene que la protección del animal tiene un efecto positivo en la conducta ética hacia los seres humanos, la educación popular y la educación pública. Dice además que aún aquellos que no aceptan el razonamiento bioético, deberían aceptar la protección del animal como parte de la cultura de una conducta civilizada y moral entre humanos.

El principio de una nueva Regla de Oro

El Imperativo Bioético refuerza y completa el reconocimiento moral y los deberes hacia los semejantes contenido en el imperativo Kantiano y sostiene que debería ser observado por respeto a la cultura humana y a las obligaciones morales entre los seres humanos. El Imperativo Bioético, basado en la compasión y el amor, no puede permitirse el lujo kantiano de ser solo formal. Sin embargo, el Imperativo Bioético es riguroso y categórico en su exigencia de hacer elecciones morales deliberadamente pragmáticas, situacionales y prudentes en cuanto al respeto de todas las formas de vida. La regla de oro es la de no promover ningún principio por sobre los otros, sino mas bien equilibrar los principios en función de las situaciones y los participantes involucrados.


La ética y una nueva regla del cuidado de la salud personal

El Imperativo bioético incluye obligaciones para con el propio cuerpo y alma en tanto seres vivos. Para Jahr, que se interesaba principalmente en los aspectos más amplios del reconocimiento y la enseñanza de virtudes y principios bioéticos, los deberes morales hacia el propio cuerpo y alma constituyen un puente hacia la medicina bioética y hacia la ética de la salud pública en un sentido contemporáneo. Son asimismo un puente hacia los objetivos interactivos e interrelacionados y hacia los enfoques sobre la salud y la higiene personal y pública, y la moral personal y pública.

La ética y una nueva regla sobre el cuidado de la salud pública

El pastor Jahr expresa un punto de vista crítico y casi conservador sobre los temas de salud pública asociados a los cambios morales y culturales durante las décadas de 1920 y de 1930 del siglo XX. Oponiéndose fuertemente al espíritu de la época [zeitgeist ], Jahr dice que cumplir con las obligaciones para con uno mismo es también un deber para con los demás y con la salud pública. Subraya la interacción estrecha entre el cuidado de la salud personal y el cuidado de la salud pública.


La ética y una nueva regla de administración global

Jahr amplía el quinto mandamiento ‘no matarás’ transfromándolo en una regla universal y ética de cuidado positivo y anticipado de la salud y de la vida en el planeta como formando parte de un cosmos viviente: ‘Todo esto muestra la importancia universal del quinto mandamiento, que debe ser utilizado para toda forma de vida. La reescritura del Quinto Mandamiento resulta para el Imperativo Bioético en: ¡Respeta a cada ser viviente, en principio como un fin en sí mismo y trátalo, de ser posible, como tal!’.


Ética corporativa

El Imperativo bioético debe reconocer, proteger y cultivar la lucha por la vida que se da entre las diferentes formas de vida y los entornos de vida naturales y culturales. Por consiguiente, el entorno social necesita la misma atención que los biotopos naturales. Para esto Jahr utiliza el término popular en ese momento de biozoemose [Wörterbuch der philosophischen Begriffe, ed. Eisler, 4. ed., 1927, vol. 1, 226], que R. H. France aplicó a los entornos vivos. Por lo tanto, su modelo bioético de formas de vida interactivas en un entorno vivo – ya sea este natural, social, económico o político – debería incluir a las instituciones sociales, como las de la atención de la salud. Jahr no elaboró en detalle estos tipos de formas de vida que están constituidos por individuos y por grupos, pero que tienen sus propios intereses en la vida, el éxito, el reconocimiento y la supervivencia. Esas formas de vida desarrollarán su propia ética y sus propias actitudes de identidad personal, corporativa o institucional y serán un buen o un mal vecino corporativo dentro de sus respectivos vecindarios. En consecuencia, el Imperativo bioético universal puede también aplicarse a campos especializados de la ética de la atención en salud, como es el caso de los funcionamientos internos de las guardias hospitalarias y de otras instituciones de servicio y producción. Las instituciones de las distintas especialidades del cuidado de la salud interactúan, sirven, compiten y luchan con otras vidas institucionales y tienen cada una sus propias reglas internas y los individuos reales que con sus diversas capacidades pertenecen a esas instituciones. Para Jahr, tanto la ética de la bioética y del entorno, la de las corporaciones e instituciones, la social y la sexual, tienen que seguir los mismos principios y virtudes de responsabilidad y respeto hacia las formas de vida naturales y aquellas creadas por los hombres.

Ética terminológica: una nueva regla para el uso terminológico en Bioética

Hay otro aspecto que podemos tomar de la reflexión de Jahr: la necesidad de contar con una terminología clara y precisa. Jahr acuñó el término Bioética, por un lado, para permitir un razonamiento claro e inconfundible y para resolver nuestras relaciones con las formas vivas de la realidad, diferentes de las formas no vivas; por otro lado, para ayudar a la ciencia y la tecnología modernas y sus aplicaciones a seguir un camino de responsabilidad moral. No es ni lógico ni profesionalmente correcto usar un término tan amplio como Bioética para temas más precisos y puntuales como la Ética Médica. Sin embargo, debemos definir más precisamente lo que decimos cuando hablamos de ética clínica, de ética en la investigación médica, de ética en el cuidado de los enfermos mentales, de ética en la ley, en la política, - solo por nombrar algunos de los campos especializados de los que Espinoza dijo en su Etica ‘omne esse verum quod valde clare et distincte percipio’ (solo son verdaderos los temas que percibimos clara y distintamente). Idea a la que Wittgenstein agregó ‘allí donde uno no puede hablar, debe permanecer en silencio’. Una terminología confusa conduce a investigaciones, objetivos y acciones confusas, no solo en la ciencia sino también en las humanidades, incluyendo la ética. Si algo pueden la ética y las actitudes de todos los días aprender de la ciencia, debe ser el hecho de que la precisión en la definición es una prioridad y una condición para una conceptualización clara y un trabajo provechoso, tanto para la comunicación y la cooperación como para el desarrollo futuro.


Ética de la diferenciación: una nueva regla

Cuando acuñó el término Bioética, Jahr estaba siguiendo la diferenciación en la terminología de la mayoría de las ciencias modernas, la psicología y la fisiología en particular, que habían desarrollado el término bio-psiquis –actualmente en desuso– para analizar las formas vivas de la naturaleza diferenciadas de otras formas no vivas de la naturaleza. Hay distintos términos disponibles para distintos temas, campos y problemas: bioética, ética médica,ética de las políticas de salud, ética hospitalaria, ética biomédica, ética de la investigación médica, ética del médico, ética de enfermería, ética de la atención en salud, ética de la salud pública, ética de la prevención, ética de la genética, ética de la consulta, ética del medioambiente, ética animal, ética global – solo por nombrar unos pocos.


Ética integrativa

Una nueva regla de interacción: para Jahr, la actituad ética hacia los animales y aquella que debemos a lo social son campos diferentes, pero que interactúan y se integran, reuniendo distintas formas y matices del Imperativo bioético y describiendo la multiplicidad de obligaciones éticas en el siglo XXI.
Algunas de estas obligaciones son recíprocas entre los seres humanos, otras más o menos paternalistasde cuidado compasivo y profesional del débil, del frágil y del incompetente; otras tienen que ver con la protección de las plantas y los animales como co-criaturas, otras con el alivio o con la creación de entornos naturales y sociales para el hábitat humano, incluso la +Tierra (geos) como una vivienda en sí-misma.
Esas obligaciones morales y esas oportunidades se superpondrán y deberán superponerse e interactuar en diferentes modelos éticos, filosóficos y culturales de ética personal, profesional o institucional – la ética médica, por ejemplo, debe incluir la prevención, el tratamiento, la atención y la investigación. Es allí donde la bioética debe proveer el respeto y las obligaciones hacia todas las formas de vida y la ética ambiental debe aceptar la responsabilidad sobre el medioambiente natural y el manipulado por el hombre, y velar por su supervivencia sustentable y su salud.
Ya se ha desarrollado un nuevo campo, la geo-ética, que estudia las razones de los cambios globales naturales o producidos por el hombre, y las responsabilidades frente a esos cambios, para la protección y la promoción de la viday de la culturaen relación con el medioambiente y las instituciones. Jahr ya tenía una interpretación personal de los modelos individuales, cooperativos, conflictivos y colectivos de la voluntad de vivir, incluyendo la resistencia al cambio o el ansia de cambiar y sugirió nuevos métodos para el estudio, el diseño y la protección del medioambiente y las organizaciones. Solo se necesita la aplicación universal prudente y razonable del Imperativo bioético, para una acertada aplicación del ethos en las dimensiones ambiental, ecológica y de la responsabilidad personal y corporativa de las instituciones.

Citas

  1. Martin Sass, Hans (2011). «El pensamiento bioético de Fritz Jahr 1927-1934». aesthethika 6 (2): 20-33. ISSN 1553-5053. Consultado el 2 de septiembre de 2011.