Transhumanismo

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El Transhumanismo, ahora llamado Humanity+, es una ideología filosófica que nace en la última década del siglo XX y propone una superación de la naturaleza humana, en sus capacidades físicas y psíquicas, que supondrá una nueva especie humana, un paso del humano al posthumano

Introducción

El desarrollo tecnológico especialmente en el área de la computación, y el desarrollo de la biomedicina de modo notable en el área de la genética han abierto grandes expectativas sobre el futuro del ser humano.

El movimiento transhumanista recoge algunas de estas expectativas con un horizonte común: no hay límites a lo que se pueda llegar. Más en concreto se afirma que se ha iniciado un camino que va a ir más allá (trans) de lo que es el ser humano (humanismo) para llegar a un nuevo tipo de ser que no se describe sino que tan sólo se le da el nombre de posthumano. En su versión más radical este posthumano será inmortal, sin ningún sufrimiento y que vivirá en paz con todos. La variación que suponga respecto el ser humano actual, nos es desconocida.

Al basarse sólo en un horizonte común se pueden encontrar grupos o personas que se mueven en áreas muy diversas de la ciencia, y que al mismo tiempo tienen expectativas distintas. Por eso en ocasiones se puede encontrar aplicado el término de transhumanismo a planteamientos científicos o filosóficos que son muy diferentes, o que proponen una mayor o menor radicalidad en sus afirmaciones.

Aunque la ciencia necesita hacer hipótesis para avanzar, fácilmente se puede pasar de lo que son datos de la ciencia, a lo que es ensoñación o ciencia ficción pero que se tiene la esperanza de alcanzar.

Adela Cortina recuerda que el limite de las ciencias es la experiencia actual o posible y una afirmación que rebase el limite de la experiencia puede ser verdadera o falsa pero en cualquier caso no es científica porque no hay modo científico de comprobarla[1]

Antonio Diéguez por su parte dice: Me temo que se presta demasiada atención a fantasías que algunos confunden con la ciencia solo porque las va propagando alguien que quizás hizo algunos trabajos científicos interesantes en su día, pero que no por ello puede considerarse ni muchos menos portavoz oficial de la ciencia, y así se crean expectativas que están por completo fuera de lo que cabe razonablemente esperar en función de nuestros conocimientos, pero también en función de nuestras condiciones biológicas y psicológicas.[2]

El transhumanismo no es una corriente importante porque tenga muchos seguidores sino por la gravedad de las cuestiones que suscita en torno al ser humano[3]

Rediseño del ser humano

Los proponentes del transhumanismo no solo piensan y desean un hombre sin determinados condicionantes, o con capacidades potenciadas, sino que admiten la posibilidad de nuevos seres diferentes que irían más allá dell propio hombre. No es solo, pues, un mejoramiento lo que se admite, sino una recreación o rediseño del hombre, realizada por el propio hombre, y todo ello con la ayuda de la ciencia y la técnica. La modernidad proponía la potenciación de lo que consideramos positivo en el hombre para llegar a ser un hombre autónomo, maduro y emancipado, el transhumanismo, dentro de la postmodernidad quiere llegar a seres completamente distintos a partir del ser humano[4].

El transhumanismo se presenta como la superación de las utopías de mejora del ser humano[2]. Moore afirma que el Transhumano enfatiza el modo en el que el transhumanismo va mucho más allá del humanismo, tanto en medios como en fines. El humanismo tiende a confiar exclusivamente en los refinamientos educativos y culturales para mejorar la naturaleza humana, en tanto que los transhumanistas quieren aplicar la tecnología a la superación de los límites impuestos por nuestra herencia biológica y genética. Los transhumanistas no ven la naturaleza humana como un fin en sí mismo, y como perfecta, ni como poseedora de ningún derecho a nuestra lealtad. Por el contrario, no es más que un punto en un camino evolutivo y podemos aprender a reconfigurarla de formas que estimemos como deseables y valiosas. Mediante la aplicación meditada y cuidadosa, pero también audaz, de la tecnología a nosotros mismos, podemos llegar a ser algo que ya no podemos describir adecuadamente como humano; podemos llegar a ser posthumanos[5].

Definición

Ya a finales del siglo XX el término Transhumanismo fue explicado por Nick Bostrom como:

"el movimiento intelectual y cultural que afirma la posibilidad y la conveniencia de mejorar fundamentalmente la condición humana a través de la razón aplicada, especialmente a través del desarrollo y la puesta a disposición de tecnologías para eliminar el envejecimiento y mejorar en gran medida las capacidades intelectuales, físicas y psicobiológicas del ser humano"[6] .

También, como

"el estudio de las ramificaciones, promesas y potenciales peligros de las tecnologías que nos permitirán superar las limitaciones humanas fundamentales, y el estudio relacionado con los aspectos éticos involucrados en el desarrollo de dichas tecnologías"[6]

O haciendo hincapié en el aspecto ético:

“un movimiento cultural, intelectual y científico que afirma el deber moral de mejorar las capacidades físicas y cognitivas de la especie humana, y de aplicar al hombre las nuevas tecnologías, para que se puedan eliminar aspectos no deseados y no necesarios de la condición humana, como son: el sufrimiento, la enfermedad, el envejecimiento y hasta la condición mortal”[7]

El transhumanismo busca mejorar la naturaleza humana, superando sus limitaciones y prolongando su existencia mediante la aplicación de la razón, la ciencia y la tecnología. En este camino hacia el futuro necesita de una etapa intermedia (transhumano o humano +) para llegar al posthumano (humano ++)[8].

Para lograrlo, promueve tres propuestas:

  1. Que las tecnologías para el “mejoramiento” o enhancement humano deben estar ampliamente disponibles;
  2. Que los individuos deben tener el derecho a transformar sus propios cuerpos como ellos deseen;
  3. Que los padres deberán tener el derecho a elegir qué tecnologías usar al decidir tener niños[9].

La puesta en práctica del transhumanismo se apoyaría en cuatro áreas convergentes: NBIC[10]:

  1. Nanotecnología,
  2. Biotecnología,
  3. Tecnologías de la información;
  4. Ciencias del conocimiento[11].

Bostrom precisa la diferencia entre "transhumano" y "posthumano". El primero sería un ser en transformación hasta llegar al segundo. El posthumano sería un ser con una esperanza de vida superior a los 500 años; capacidades intelectuales dos veces superiores al máximo que el hombre actual puede tener, y dominio y control de los impulsos de los sentidos, sin padecimiento psicológico. Se diferenciará completamente del ser humano, tendrá un cuerpo conforme a sus deseos y podría engendrar copias de sí mismo[12]. La presencia de posthumanos no implicaría que ya no hubiera humanos[13].

De todas formas los términos transhumano y posthumano se suelen utilizar con frecuencia indistintamente.

Modalidades

El movimiento transhumanista está lejos de ser uniforme en sus planteamiento, en los medios que promociona, o en los horizontes que imagina. Por eso ha que estudiar cada planteamiento para conocer lo que defiende. En general podemos distinguir tres modalidades generales.

1.Transhumanismo cultural e ideología de género

Artículo principal: Género

El transhumanismo cultural suele preferir llamarse posthumanismo. Es el pensamiento que proviene de autores como Foucault, Derrida y Deleuze que mantienen la superación del humanismo, del hombre, tal como ha sido entendido hasta ahora con una naturaleza que sirve para interpretar existencias. Sería necesario superar todas las dicotomías como organismo/máquina, natural/artificial, animal/humano, mente/cuerpo, masculino/femenino, hecho/ficción, naturaleza/cultura[2], para construirse de nuevo.

El feminismo más radical, representado por Monique Wittig, Gayle Rubin, y Judith Buttler han desarrollado este planteamiento desde la perspectiva del cuerpo, el sexo y el género. Con estas autoras desaparece cualquier realidad que sustente a la persona. Atribuir un carácter performativo fuerte (que construye toda la realidad) al lenguaje constituye el principal instrumento de análisis de la realidad que se utiliza en estos estudios. Es más, el lenguaje sustituye a la realidad[14]. También se confía en él para deconstruir la cultura actual y alcanzar la indeterminación originaria de la realidad humana, dejando que cada individuo, sea cual sea su identidad biológica, siga su propio camino sin ser esclavo de estas máscaras preconstituidas[15].

Se va a atribuir al feminismo golpear el aspecto misógino del sujeto pero con ello colaborar al éxito de otros aspectos opresivos. El sujeto debe ser golpeado en su totalidad y declarado muerto. Solo queda ocuparse de sus fragmentos[14] Sin ninguna sustancia que lo haga permanente, el sí mismo se convierte en el efecto temporal del cruce de las múltiples identidades que lo posicionan en un sitio, más o menos ventajoso, en el sistema social y simbólico[14].

No es que desaparezca el sí mismo. Pero ya no existe con un contenido que lo explique: ya no es un qué. Es un quien encerrado en su irreductibilidad individual que no forma parte de ninguna identidad general y que es indefinible[16].

Este planteamiento tiene un punto clave con el desarrollo de la teoría Queer y la publicación del Manifiesto Cyborg de Donna Harraway (1984)[17]. En la visión de Donna Haraway: "los cuerpos no nacen; son fabricados (...) Uno no nace organismo. Los organismos son fabricados". " Cualquier objeto o cualquier persona puede ser razonablemente pensado en términos de montaje y desmontaje. No hay arquitecturas naturales que limiten el sistema del diseño(...) Lo que pasa por una unidad, un "uno",  resulta muy problemático, no es algo permanentemente dado"[17].

Se trata de ir a una sociedad sin sexos y sin géneros, en la que el ideal del “nuevo” ser humano estaría representado por una hibridación que rompiera la estructura dual hombre–mujer, masculino–femenino. Una sociedad, por tanto, sin reproducción sexual, sin paternidad y sin maternidad. La sociedad así construida estaría confiada únicamente a la ciencia, la biomedicina, la biotecnología y la ingeniería genética. El origen y final del existir humano se debería solo a la acción de la ciencia y de la tecnología, las cuales permitirían lograr ese transhumanismo en el que quedaría superada su propia naturaleza (posthumanismo).

Se entiende bien que la negación de cualquier realidad preexistente a la configuración de uno mismo según la propia elección, es una plataforma de pensamiento muy adecuada para aceptar el transhumanismo que permitirá cualquier modificación del ser humano con la única medida ética de la propia elección y el no dañar a otros. Judith Buttler aporta la idea de performatividad que implica la negación del cuerpo como un datum biológico y lo concibe como una entidad maleable, una naturaleza líquida que puede ser modelada a voluntad. Donna Haraway en su Manifiesto Cyborg ha puesto en evidencia esta relación entre ideología de género y transhumanismo[18].

2. Biológico

El mejoramiento biológico forma parte de los deseos naturales del ser humano. Este mejoramiento viene por una parte mediante la curación de enfermedades, por otra mejorando la biología de la especie humana. Los caminos para esta mejora biológica han sido impedir la transmisión de los genes esterilizando a los menos perfectos, acabar con la vida de los menos "capaces". Pero junto a este camino se ha abierto con fuerza la posibilidad de mejoramiento o enhacement, término frecuentemente utilizado en este movimiento.

Soluciones eugenésicas

En las primeras décadas del siglo XX, no sólo racistas e ideólogos de derechas sino también un número de progresistas sociales de izquierdas se preocuparon por los efectos de la medicina y las redes de seguridad social sobre la calidad del patrimonio genético humano. Creyeron que la sociedad moderna permitía sobrevivir a muchos individuos “no aptos” -individuos que habrían perecido en periodos anteriores- y temían que esto llevara a un deterioro de la especie.

Como resultado, muchos países (incluyendo los Estados Unidos, Canadá, Australia, Suecia, Dinamarca, Finlandia, y Suiza) implementaron programas eugenéticos promocionados por el estado, los cuales infringieron los derechos individuales en diferentes grados. En los Estados Unidos, entre 1907 y 1963 unos 64000 individuos fueron esterilizados a la fuerza bajo las leyes de eugenesia. Las principales víctimas del programa americano fueron los discapacitados mentales, pero los sordos, los ciegos, los epilépticos, los deformados físicamente, los huérfanos y los sin-techo fueron también seleccionados en ocasiones[19].

También modernamente se practica el aborto terapéutico que en buena parte es una medida eugenésica.

Mejoramiento genético directo. La Biología Sintética

Haldane(1924) había anunciado que la Biología sería el motor del desarrollo del mundo en este siglo[20]. Lo que en ese momento pareció pura ciencia ficción, se hizo posible cuando en 1972 Paul Berg logró cambiar las características de un microorganismo (un bacteriófago) combinando su material genético con el de un virus tras el descubrimiento de las endonucleasas de restricción[21].

Dos hitos importantes han sido la secuenciación del genoma humano -año 2000-, y el desarrollo de técnicas de terapia génética. Dentro de estas técnicas la CRISPR-Cas9 ha supuesto un paso muy importante por su poco coste y su facilidad de uso. Esta biología que analiza los diversos componentes de los seres vivos, ha permitido desarrollar la llamada ingeniería genética que actúa a nivel molecular.

Junto al desarrollo de esta biología analítica ha ido surgiendo un nuevo tipo de biología. En el terreno experimental, el desarrollo de la ingeniería genética y la posibilidad de manipular no ya reacciones o elementos concretos, sino células o procesos celulares complejos, han abierto la puerta a otra disciplina que cambiará sin duda nuestro conocimiento de lo vivo y sus límites: la Biología Sintética[22]. Podemos entender esta como el diseño y fabricación de componentes y sistemas biológicos que no existen en la naturaleza, así como las técnicas que permiten introducir modificaciones en los diseños de los sistemas biológicos ya existentes. El objetivo final es la creación de nuevos organismos capaces de responder a determinados estímulos de una forma programada, controlada y fiable. Esto es posible mediante la introducción de secuencias de ADN que codifican nuevos genes, muy a menudo procedentes de otras especies distintas de aquella sobre la que se actúa. Así, ocurre a menudo que una célula bacteriana es modificada genéticamente añadiendo genes extraños, ya sean estos procedentes de virus, otras bacterias o humanos. Estos nuevos genes y las nuevas regulaciones genéticas asociadas a ellos son capaces de inducir nuevos comportamientos (funciones) en las células que los reciben, permitiendo su reprogramación[22].

El impresionante avance en el campo de la Biología Sintética durante la última década ha sido en gran medida consecuencia de aplicar una visión propia de la ingeniería en un contexto diferente como es un sistema biológico. Concebir los circuitos genéticos como circuitos de interruptores que activan o desactivan la expresión de un gen ha permitido desarrollar dispositivos como circuitos biestables (que pueden encontrarse en dos posibles estados, como una bombilla encendida o apagada) o circuitos osciladores que a priori parecen más propios de la Electrónica que de la Biología. En la actualidad, se ha llegado a crear circuitos capaces de tomar decisiones no triviales en función de las señales que reciben del entorno de acuerdo con un programa preestablecido, algo que sin lugar a dudas podemos definir como computación[22].

La Biología Sintética constituye la esperanza de los transhumanistas para conseguir "mejorar las cualidades que han caracterizado a nuestra especie y para añadir otras nuevas que puedan ser deseadas"[2]. "Incluso dar lugar a una especie nueva y mejorada, a la que ya se ha querido bautizar con el nombre de Homo excelsior[2]".

Savulescu llega a decir:

No hay razón para que no podamos crear humanos con la visión de un halcón, el oído y el olfato de un perro, el sonar de un murciélago, el equilibrio y la gracia de un gato, la velocidad de un guepardo e incluso la capacidad de generar energía mediante la fotosíntesis a partir de la luz del sol. No hay razón, en principio, por la que los "posthumanos" no puedan beneficiarse de los genes del reino de los seres vivos[23]

Soluciones farmacológicas

La biomedicina será una de las áreas que más se beneficiarán de estos avances en campos como la terapia génica o la regeneración de tejidos. Puede incluso permitir la obtención de los denominados fármacos inteligentes, formados por una envuelta sintética que contiene una molécula diagnóstica capaz de detectar indicadores patológicos y tomar la decisión de liberar o no el fármaco. No obstante, el campo de posibles aplicaciones es tan grande como la capacidad para imaginarlo[22].

Los fármacos han sido considerados tradicionalmente como remedios para enfermedades: tenían un fin terapéutico. Actualmente también es patente su capacidad de mejora de la atención y del rendimiento intelectual, de la memoria a corto plazo de de la capacidad de planificación, del estado general del ánimo, y muchas otras. A nivel de rendimiento deportivo está muy discutido el uso de determinados compuestos, y asistimos a una carrera entre la capacidad de detección y su uso.

Es muy amplio todavía el papel que las medicinas tienen en el aspecto curativo, paliativo o mejorativo. Sin embargo los transhumanistas consideran que es un papel temporal, porque la solución final está en la modificación genética que haga permanentes esas mejoras[2].


3. Posthumanismo tecnocientífico

Desde el punto de vista de la tecnociencia en el ámbito transhumanista hay una creencia común: se busca alcanzar la eliminación de la barrera que separa el ser hombre del ser máquina (lo real y lo virtua), de tal manera que haya una fusión de las cualidades de ambos, y se llegue a un volcado de la información de la mente del hombre -que es lo que se consideraría "ser hombre"- en una máquina.

Inteligencia artificial (IA) y Robótica

Estamos ante un desarrollo de sistemas de software y hardware que replican algunas características de la forma de actuar inteligente del hombre. No se trata sólo de calcular más rápido, sino también de aprender, e incluso de tomar algunas decisiones. A un nivel básico ya se ha conseguido, por ejemplo: la máquina es capaz de ganar al hombre en una partida de ajedrez. El desafío está en si es capaz de sustituir al hombre que toma decisiones en el ejercicio de la libertad, con consciencia y voluntad. En este punto se advierte una divergencia entre los diversos autores: los que buscan sencillamente la mejora técnica de las máquinas, y los transhumanistas que imaginan un mundo posthumano en el que la máquina posee una inteligencia con las características de la humana pero infinitamente más desarrollada.

En un primer momento, el desarrollo de sistemas inteligentes desató la fantasía dando lugar a una serie de profecías sobre el futuro de la relación de los hombres con las máquinas. Jastrow anunció para 1995 el nacimiento de una nueva vida de origen computacional. Moravec o Minsky anunciaron una situación de arrumbamiento del hombre por la máquina, de una forma más o menos aceptada. La fijación de fechas fallidas: 2000, 2010, ha puesto de manifiesto la fantasía e irrealidad de estas predicciones[2]. Kurzweil, a semejanza de Moore, habló de la ley de Rendimientos Acelerados: un crecimiento exponencial hasta llegar a la Singularidad (2045) momento de "culminación de la fusión entre nuestra existencia y nuestro pensamiento biológico con nuestra tecnología, dando lugar a un mundo que seguirá siendo humano pero que trascenderá nuestras raíces biológicas. En la post-singularidad no habrá distinción entre humano y máquina o entre realidad física y virtual"[24].

La ley de Moore -la capacidad computacional se duplica cada dos años-, que ha sido una tendencia cumplida en los últimos años y con ello el crecimiento de la velocidad de los computadores, ha dejado de verificarse[25]. Intel ha sacrificado velocidad por eficiencia energética[26]. Pero aunque se mantuviese ese crecimiento exponencial de capacidades de computación, se puede observar que hay una ralentización en la incorporación de nuevas tecnologías respecto a lo que ocurrió en la segunda mitad del siglo XX. Y en último caso tampoco el desarrollo de la computación está claro que pueda dar lugar a una inteligencia como la tiene el cerebro humano[27] [28][29][30].

Los ingenieros y científicos que se dedican a la IA suelen adoptar una posición de prudente reserva. En 2006 la revista IA Magazine publicó un artículo titulado: Inteligencia artificial: los próximos 25 años[31]. En él, veinticinco investigadores relevantes en el campo de la IA expresen su opinión sobre los avances que se han producido y se van a producir en dicho campo. Ninguno de ellos menciona la creación de una superinteligencia general. Varios se limitan a presentar avances técnicos parciales en sus propias áreas de investigación -procesamiento de lenguaje natural, aprendizaje automático, reconocimiento de imágenes, procesamiento de datos masivos, robots situados, etc.-, y echan de menos una mayor integración entre dichas áreas.

Y en el informe de 2016 del One Hundred Year Study on Artificial Intelligence (AI100)[32] de la universidad de Stanford se dice: "Los aterradores retratos futuristas de la inteligencia artificial que dominan en películas y novelas, y conforman la imaginación popular, son ficticios. En realidad, la IA está ya cambiando casi enteramente nuestra vida diaria, mejorando nuestra salud, seguridad y productividad. A diferencia de lo que sucede en las películas, no hay en el horizonte ninguna raza de robots sobrehumanos, y probablemente ni siquiera son posibles".

cuatro áreas convergentes: NBI:

  1. Nanotecnología,
  2. Biotecnología,
  3. Tecnologías de la información;
  4. Ciencias del conocimiento.
  • Neurociencia: el problema mente/alma y cerebro: ¿Hay diferencia o no? ¿todo se reduce a funcionamiento neurocerebral? ¿dónde colocar en un acercamiento tal la voluntad, la conciencia, la libertad, la responsabilidad, la decisión, la calibración de los impulsos externos e internos, la interpretación de las informaciones adquiridas y, sobre todo, el origen del pensamiento, del simbolismo, de la religión, del arte y, en última instancia, del «yo».? (Ravasi)
  • IA y robótica. La singularidad: cuando 2045 la máquina tomara el control del planeta y superará al hombre
  • Nanotecnología
  • Comunicación


Características

Evolucionismo

Algunos ven que el deterioro corporal y la muerte son fallos biológicos en la selección natural. Esta debería haber encontrado caminos de regeneración y reparación de estructuras. ¿Es un fallo en la cadena de la evolución? Algunos explican que en este caso la selección natural se produce indirectamente, porque la mejor transmisión de los genes se da al llegar a la madurez sexual que es donde preferentemente ocurre la reproducción. La selección natural se produciría principalmente en estos momentos, lo que ocurra posteriormente al individuo no afecta a la selección por la menor o nula transmisión de genes en años posteriores[2]. Por tanto sí tendríamos selección natural, aunque esta no afectaría a la prolongacón de la vida.

El transhumanismo va más allá. Debemos dejar la evolución biológica y pasar a la evolución tecnológica. Lo que el transhumanismo defiendo es que hemos de abandonar la pasividad a la que nos hemos visto sometidos en el proceso evolutivo darwiniano, que nos ha hecho tal como somos, unos primates parlantes e inteligentes, pero sometidos a múltiples limitaciones que podrían ser superadas tecnológicamente. Ha llegado la hora de que el ser humano tome el control de su propia evolución y haga de ella una evolución dirigida o diseñada. La evolución biológica, basada en la selección de variaciones aleatorias, habría así finalizado para nosotros. Comenzaría en su lugar la evolución basada en la tecnología[2].

Max Moore, uno de los principales teóricos del transhumanismo, al definir este movimiento afirma que se trata de continuar y acelerar la evolución de la vida inteligente, más allá de su forma humana actual y sus limitaciones humanas[33].

El azar ya no guía nuestra evolución sino que nosotros elegimos y podemos crear diversas especies desde el hombre evolucionado. Incluso habría la obligación moral de aplicar estas innovaciones. El físico Freeman Dyson ha apuntado correctamente que la emergencia de la Biología Sintética marca el final de la evolución darwiniana tal y como la conocíamos. Mediante una intervención en los mecanismos reguladores naturales, podemos acceder a todo un universo de posibilidades, muchas de las cuales jamás habrían sido alcanzadas por la evolución natural[22],

Enfermedad, vejez y muerte

A veces se confunde la propuesta transhumanista de inmortalidad, con la que hacen varias religiones sobre la vida eterna. Inmortalidad y vida eterna son conceptos distintos. El primer se refiere a no morir en el estado actual de la persona. El segundo implica pasar por la muerte para legar a un estado distinto donde se vive fuera del tiempo, en la eternidad.

La inmortalidad, en el sentido de no morir es una de las afirmaciones clave del transhumanismo. Tan sólo un accidente externo podría acabar con esta inmortalidad, y no en todos los casos; sería necesario que realmente no se pudiesen reparar o duplicar los órganos, o que en el caso del cyborg se destruyese la memoria y no hubiese copias.

¿Es posible evitar la muerte?

Los procesos de envejecimiento y la muerte de los individuos de cualquier especie es un hecho.

La evitabilidad de la senescencia vendría más bien por la mejora en el conocimiento de los procesos del envejecimiento[34]. Este conocimiento ¿permitiría en un futuro alcanzar la inmortalidad?. Aubrey de Grey así lo piensa: propone que para 2030 las personas de 90 años vivirán como ahora las de 50, y a partir de ahí, se bajará la edad biológica y se alcanzará la inmortalidad[35]. Otros han querido demostrar la falta de valor científico de esta afirmación y poniendo el límite de la vida humana en los 125-130 años[36][37].

Ante esto afirman que ya ha nacido el primer ser humano que alcanzará los 1000 años. Cuando cumpla ochenta, la medicina habrá avanzado hasta el punto de poder prolongar la vida unas decenas de años, y cuando alcance esta edad ya se conocerán los fármacos para revertir la edad de las células incluidas las del cerebro[35].

La esperanza de no morir ha desarrollado entre algunos humanistas el compromiso de la crionización bien sea de todo el cuerpo o del cerebro. Uno de los pioneros del transhumanismo fue Fereidoun M. Esfandiary[38] (15 de octubre de 1930- 8 de julio de 2000). Cambió su nombre por FM-2030 con la esperanza de llegar a centenario. Por eso cuando en el 200 murió de un cáncer de páncreas pidió ser criogenizado por la Alcor Life Extension Foundation[39] que tiene 170 pacientes crionizados (mayo 2019). También Max Moore, que fue presidente y director de esta Fundación ha pedido que se criogenice su cerebro[40].

Por supuesto otro modo de evitar la muerte, en opinión de los transhumanistas, sería la unión con la máquina[2].

Un futuro utópico

El futuro que plantea el transhumanismo es distinto del que plantean las religiones, especialmente la católica. En estas se da una trascendencia y, tras la muerte, un cambio en el estado de la persona, para entrar en la eternidad, donde no existe el tiempo[41].

El transhumanismo promete evitar la muerte y vivir aquí en la tierra -del modo que sea: biológico o computacional- sin término. No hay muerte. Hay un vivir infinito en el tiempo[41].

El transhumanismo se convierte así en el único proyecto de salvación laica, pretendidamente realizable aquí, en este mundo, capaz de atraer fieles seguidores en un número considerable, a los que les hace recuperar la confianza en el poder de la mente humana como garante del progreso material y de un futuro mejor, al tiempo que no los obliga a ninguna renuncia inmediata, ni a cambiar demasiado sus formas actuales de vida y de pensamiento[2].

Es un tipo de salvación-felicidad distinta de la que prometen las religiones, y a través de medios distintos, pero salvación-felicidad al fin y al cabo. Por este motivo algunos han considerado el transhumanismo como una nueva religión que viene a superar los fallos de las demás. Es más deberían dejarse atrás las "religiones arcaicas" que "ofrecían consuelos frente a la muerte", para adoptar esta nueva religión que nos permite superar la muerte. Sería necesario "elaborar narraciones transhumanistas" que sustituyan a las religiosas[42].

Bostrom habla de dos aspectos concretos de felicidad que se podrán conseguir[43]:

  • Bienestar emocional de por vida a través de la recalibración de los centros de placer. Los productos farmacéuticos actualmente en desarrollo prometen dar a un número creciente de personas "normales" la opción de reducir drásticamente la incidencia de emociones negativas en sus vidas. El sujeto no se sentirá "drogado" y permitira una constante elevación del estado de ánimo indefinidamente sostenible sin ser adictivo. David Pearce aboga y predice una era post-darwiniana en la que toda experiencia aversiva será reemplazada por gradientes de placer más allá de los límites de la experiencia humana normal. La "ingeniería del paraíso" puede convertirse en una posibilidad práctica.
  • Pastillas de personalidad. Las drogas y la terapia génica producirán mucho más que un placer unidimensional superficial. También pueden modificar la personalidad. Pueden ayudar a superar la timidez, eliminar los celos, aumentar la creatividad y mejorar la capacidad de empatía y profundidad emocional. Piensa en toda la predicación, el ayuno y la autodisciplina a las que las personas se han sometido a lo largo de los siglos para intentar ennoblecer su carácter. En breve, será posible lograr los mismos objetivos mucho más a fondo al tragar una píldora de cóctel diaria.


Progreso: técnico y ético

Antropología

Los diversos planteamientos transhumanistas participan de forma más explícita o implícita de una visión de lo que es ser humano que reduce la realidad de la persona a unas manifestaciones muy concretas y que tiene algunos rasgo comunes[12]:

  • El ser humano es sólo materia, es decir sólo hay cuerpo.

    El hombre, por lo tanto, es considerado como un mecanismo material complejo, que funciona como una máquina (piénsese en el hombre-máquina supuesto por J-O. De la Mettrie), y no sorprende que se hable de la posibilidad de crear ciertos seres, en los que la cibernética y la nanotecnología sustituirían completamente a la naturaleza humana, llevando al hombre hacia una especie de ser artificial o “post-humano”. Si somos totalmente materia, y si logramos un día entender perfectamente cómo funciona el hombre, ¿qué dificultad encontraremos para hacer un hombre artificial? Ya en la película Blade Runner se plantea la pregunta de la diferencia entre el ser humano y el replicante producido artificialmente. Llegará un momento, piensan los transhumanistas, en que podremos hacer unas réplicas humanas perfectas, idénticas al hombre, pero artificiales[12].

  • Lo que llamamos mente se reduce a simples conexiones neuronales del cerebro.

No somos solo materia, sino que somos sobre todo conexiones neuronales. El día en que el hombre pueda descifrar con claridad cómo funciona el cerebro, habremos descubierto cómo funciona el hombre entero, ya que para los transhumanistas el hombre es su cerebro[12]

  • La persona se reduce a racionalidad:

Es persona solo quien aquí y ahora es capaz de razonar, no es persona, en cambio, quien no está en condición de razonar, como son: los fetos, los embriones, los discapacitados privados del uso de razón, las personas en estado vegetativo persistente o en coma. El estatuto de persona se podría atribuir también a seres no humanos, que en apariencia razonan (como son algunos primados superiores). Podrían ser personas también unas máquinas que fueran aparentemente inteligentes[12].

  • Como consecuencia no hay una naturaleza humana, un algo común a todos los seres humanos que los distinga de otros seres vivos sino una mayor o menor complejidad en las estructuras biológicas.
  • Desaparece el concepto de dignidad como la intangibilidad del ser humano, por el hecho de serlo. Se da una valoración de la posesión de unas características determinadas por la sociedad que protegen a los seres vivos, según las características que se determinen en cada momento.
  • La felicidad es sólo felicidad psicológica y esta se consigue por la perfección biológica[12], aunque en la realidad sea difícil definir lo que es perfección biológica cuando ella depende exclusivamente de los deseos que se tengan sobre el propio cuerpo o el de los hijos.

La visión del hombre que subyace en los planteamientos transhumanistas desconoce o prescinde completamente sin argumentación de las conquistas del pensamiento clásico, como, por ejemplo, las de Aristóteles, Tomás de Aquino o Kant, pero también de algunos pensadores contemporáneos, que se inspiran en los clásicos, como son R. Spaemann, A. MacIntyre, M. Nussbaum, Ricoeur  y otros. Las teorías de estos últimos son rechazadas por unos prejuicios  sin fundamento, sobre todo sin el soporte de una crítica de las teorías clásicas, que califican sin más de vacías, abstractas y carentes de sentido práctico[12].

Ética

El fin justifica los medios, o todo lo que técnicamente se puede hacer tenemos obligación moral de llevarlo a cabo

eugenesia:

Savulescu: Si cambias el funcionamiento del cerebro, cambias la conducta. Hace miles de años cogimos a los lobos y de ahí se han desarrollado muchas razas de perros distintos, pero no van a ser un lobo feroz. No somos muy distintos de los perros, tenemos un fronted cerebral que nos permiten ser más inteligentes. La fecundación artificial selectiva para mejorar la raza humana: seleccionar a embriones que serán más inteligentes. Puedes utilizar células madre para crear embriones, y seleccionar los mejores de tales. Se aumentaría el CI medio de los seres humanos. Se conseguiría una posthumanismo. En China se están haciendo cosas de estas.   La aceptación de la imperfección, la aceptación de sí mismo, y la eugenesia.

  • disposición de la vida de otros: eugenesia

equidad con los contemporáneos y con los descendientes


Mejoramiento

Mejora moral

Explora la posibilidad de la inteligencia artificial moral: cómo podría verse y qué podría lograr. En el contexto de las limitaciones duraderas de la psicología moral humana y los apremiantes desafíos inherentes a un mundo globalizado, argumentamos que una IA que podría monitorear, incitar y asesorar sobre el comportamiento moral podría ayudar a los agentes humanos a superar algunas de sus limitaciones inherentes. Dicha IA podría monitorear los factores físicos y ambientales que afectan la toma de decisiones morales, podría identificar y hacer que los agentes tomen conciencia de sus prejuicios, y podría aconsejar a los agentes sobre el curso de acción correcto, basado en los valores morales del agente. Una objeción común al concepto de mejora moral es que, dado que no se puede llegar a un acuerdo sobre la acción correcta, el proyecto de mejora moral está condenado al fracaso. Argumentamos que en la medida en que esto es un problema, es un problema para algunas intervenciones biomédicas, pero una IA moral adaptada a los agentes no solo preservaría el pluralismo de los valores morales sino que también aumentaría la autonomía del agente al ayudarlo a superar sus limitaciones psicológicas naturales. . De este modo, la inteligencia moral tiene una ventaja sobre otras formas de mejora moral biomédica[44].

Obligatoriedad de la mejora

Sin embargo, hay que distinguir: la medicina curativa es de justicia que sea para todos, la medicina mejorativa solo para algunos.

Cuestiones filosóficas y éticas

exigen a cualquier lector un planteamiento reflexivo con el fin de clarificar cuáles son las falsedades y las ambigüedades que se esconden tras el discurso transhumanista. El elenco de cuestiones epistemológicas y éticas que el autor va señalando a lo largo del libro podría resumirse en lo siguiente: la noción de tecnociencia que sostienen los transhumanistas es única, absoluta y está impregnada de valoraciones éticas que carecen de fundamentación racional. La creencia ciega en que la tecnología por sí misma es capaz de solucionar todos los problemas sociales, económicos, políticos y éticos que acompañan al desarrollo digital y biotecnológica debida a su infinita capacidad de innovación. Por último, existe una evidente confusiones entre "medios y fines" a la hora de definir la función de la tecnología con respecto a la mejora de la vida humana sobre la Tierra[45].

Críticas

Desde su creación, el transhumanismo ha recibido múltiples críticas. El filósofo y politólogo estadounidense Francis Fukuyama[46] llamó al transhumanismo la idea más peligrosa para los sistemas democráticos y lo describe como una amenaza para la esencia humana que atenta contra el principio de igualdad de todos los hombres. A su vez, Habermas lo critica al dejar a la autonomía moral del individuo sometida a interés sociales, políticos y económicos[47] . Otros sostienen que la eventual bifurcación de humanos en posthumanos llevaría a la esclavitud y al genocidio entre ambos grupos[48] o incluso que sus ideas pueden llevar a la extinción de los hombres[49][11].


Adela Cortina:

No defiende una ética utilitarista, que quiere el mayo bien para el mayor número. Pero tiene el problema de la falta de igualitaristmo

Etica de la dignidad y del reconocimiento recíproco. Etica que se hace desde el reconocimiento de los seres humanos se hacen desde el reconocimiento mutuo, es decir desde el reconocimiento intersubjetivo, de modo que el progreso debe atender a las personas y a los vinculos que les permitaan ser personas. Se trata no de una ética individulaista sino social porque reconoce desde sus entrañas que las personas no son individuos aislados. Es un punto de partida social de reconocimiento recíproco. Son importantes las personas y son imporantes los vínculos sociales que exiten entre ellos. Los seres se reconocen como dotados de dignidad y no de precio. Serrumentalizares que no se pueden inst


Historia y nombres

Antecedentes

Nick Bostrom, en su artículo llamado La historia del pensamiento transhumanista[19] remonta el origen de esta ideología tan atrás como a la Epopeya de Gilgamesh(1700 a.c.) y otras búsquedas de la inmortalidad, incluyendo la piedra filosofal[11]. También menciona numerosos filósofos como Giovanni Pico della Mirandola(Oración sobre la dignidad: 1486), Francis Bacon (Novum organum: 1620), René Descartes (Regulae ad directionem ingenii: 1701), Marqués de Condorcet (Sketch for a historical picture of the progress of the human mind: 1794), Benjamín Franklin, La Mettrie (Man a machine: 1798), Kany (¿Qué es la Ilustración? 1784). Se trata, en general, de pensadores que han buscado el mejoramiento del ser humano, y la prolongación de su vida.

Una especie de antecedente del post-/transhumanismo fue, en torno al ya mítico Sesenta y ocho, la postmodernidad, analizada por primera vez de manera sistemática en 1979 por Jean-François Lyotard en su ensayo La condición postmoderna y profundizada en múltiples estudios posteriores, como El fin de la modernidad por Gianni Vattimo (1985) y, finalmente, por los diversos escritos de Zygmunt Bauman, a partir de la Modernidad líquida del año 2000. En esta atmósfera, los puntos firmes de la cultura del pasado se han erosionado en sus fundamentos y el edificio de la moral, de la religión, de la misma cultura con sus respectivos valores, se encamina a una desintegración irreversible, dando origen al fenómeno de la secularización[50].

El concepto y el término “transhumar” es utilizado por primera vez por Dante en su Divina Comedia[51]. Para el autor italiano transhumanar es la meta última del hombre y representa la experiencia, imposible de explicar con palabras, de ser elevado por la gracia, más allá de lo humano, hacia nuestra realización total y transcendente en Dios[52].

Primeros pasos

J.B.S. Haldane (1892-1964) pronuncia en febrero de 1923 una conferencia en Cambridge que en noviembre de ese año publicará con el título Daedalus or Science and the Future[20], donde se manifiesta con un gran optimismo respecto al desarrollo de la biología, especialmente de la genética que se emplearía para hacer a la gente más alta, más sana y más inteligente[19], y donde desarrolla su teoría de la ectogénesis donde predice la fecundación in vitro y la clonación (cuyo término inventa). Daedalus tuvo gran influencia en la literatura de ficción posterior, de modo muy claro en la novela Un mundo feliz (1932) de su amigo Aldous Huxley[53], e inició una cadena de discusiones orientadas al futuro, incluyendo The world, the flesh and the devil[54] (1929) por J.D. Bernal y el ensayo Icarus: the future of science[55] (1924) de Bertrand Russell.

Hacia 1950, Alan Turing, considerado por muchos como el padre de la computación y uno de los pioneros de la inteligencia artificial, en su artículo “Máquinas de computación e inteligencia[56], ya se estaba peguntando en su tiempo si existía la posibilidad de que en algún momento las máquinas pensaran en el mismo modo general que los seres humanos. La idea de Turing, a partir del denominado test de Turing, se basa en la suposición de que si una máquina se comporta en todos los aspectos como inteligente, entonces la respuesta es que sí es inteligente. La prueba consiste en descubrir, por medio de una entrevista a un computador y a un humano, cuál es el humano y cuál es el computador, en el caso de que el entrevistador no pueda identificar al computador, el computador gana[57].

Como concepto contemporáneo el término “transhumanismo” fue introducida por Julian Huxley en 1957[58]:

“la especie humana puede, si lo desea, trascenderse —no sólo esporádicamente, un individuo aquí de una manera, otro allí de otra forma— sino en su totalidad, como humanidad. Necesitamos un nombre para esta nueva creencia. Quizás Transhumanismo pueda servir: el hombre sigue siendo hombre pero transcendiéndose, a través de la realización de las nuevas posibilidades de y para su naturaleza humana[59].

Julian Huxley, hermano de Aldoux y primer Director general de la UNESCO, mantiene el concepto que había expuesto Dante, pero cambia el significado. Transhumanarse se ha convertido en una tarea propia del hombre: conseguir con las nuevas ciencias, como la psicología y la biología, una humanidad superior a la actual. El concepto pasaba así de significar la superación de la humanidad por la acción de una fuerza sobrenatural, a la tarea de mejoramiento personal que llevará a una nueva humanidad. Huxley habla de la superación de la humanidad en virtud de la tecnología como obra puramente humana, alejándose de la religiosidad[11].

Su concepción, con contornos ligeramente visionarios, trataba de hacer brillar un futuro de la especie humana destinado, incluso en la línea de la evolución, a trascender muchos límites actuales, dando origen a una especie de nuevo fenotipo antropológico.

Desarrollo del movimiento

La formación del movimiento transhumanista empezó en las últimas décadas del siglo XX[60]. En 1960, FM-2030 (anteriormente llamado F.M. Esfandiary), un futurista iraní-americano que dio clases sobre los «nuevas concepciones de lo Humano» en The New School for Social Research, Nueva York, empezó a identificar a las personas que adoptaban tecnologías, estilos de vida e interpretaciones del mundo que buscaban la transición a la «posthumanidad» como «transhumanos» (abreviatura de «humano transitorio»). En 1972, Robert Ettinger contribuyó a la popularización del concepto de «transhumanidad» en su libro Man into Superman. FM-2030 publicó el Upwingers Manifesto en 1973.

Los primeros autodenominados transhumanistas se reunieron a principios de la década de 1980 en la Universidad de California, que se convirtió en el centro neurálgico del pensamiento transhumanista. FM-2030 daría allí conferencias sobre su ideología de futurismo de «tercera vía», mientras que John Spencer, de la Space Tourism Society organizó muchos eventos relacionados con el transhumanismo y la exploración espacial. FM-2030, Spencer, y Vita-More se reunieron y empezaron a organizar encuentros para transhumanistas en Los Ángeles, que incluían estudiantes de los cursos de transuhmanismo de FM-2030, público de los trabajos artísticos transhumanistas de Vita-More, así como miembros de la comunidad científica, especialmente de las áreas relacionadas con el espacio y la astrofísica. En 1982 Natasha Vita-More, que casaría con Max More, escribió la Transhumanist Arts Statement, y, entre 1987 y 1994, produjo el programa de televisión «TransCentury Update» en el que no no solo habló sobre exploración espacial, sino también sobre automóviles eléctricos, extensión de vida, inteligencia artificial, factibilidad de la nanotecnología, ingeniería genética.

En 1986, K. Eric Drexler publicó su libro Engines of Creation: The Coming Era of Nantechonology, que discutía las perspectivas de la nanotecnología y el ensamblado molecular, y fundó el Foresight Institute para promocionar las tecnologías emergentes.

Las oficinas de la Alcor Life Extension Foundation fueron un punto de unión para los futuristas, pues era la primera compañía no comercial en desarrollar, abogar por y emplear la criónica. Aunque no todas las actividades de la fundación estaban explícitamente relacionadas con el transhumanismo, algunos de sus integrantes tuvieron un papel pionero en el movimiento. Uno de sus principales difusores fue Max More.

La Extropía

En 1988, el filósofo Max More fundó el Extropy Institute junto con Tom Bell en California y fue el desarrollador principal de la doctrina fundamental del transhumanismo libertario, que se publicaría en Principles of Extropy[61] en 1990, dándole una nueva definición al transhumanismo. Uso el término extropía, como antónimo de entropía, Aparentemente, el término se utilizó por primera vez en un volumen académico de 1967 sobre criogenia, y luego nuevamente en un volumen académico de cibernética de 1978. Extropy, según lo acuñado por Tom Bell y definido por Max More en 1988, es “el alcance de la inteligencia, el orden funcional, la vitalidad, la energía, la vida, la experiencia y la capacidad de un sistema vivo u organizativo, y el impulso para la mejora y el crecimiento”. Extropear no es un término técnico rigurosamente definido en filosofía o ciencia; en un sentido metafórico, simplemente expresa lo contrario de la entropía[61].

En 2006, el cuerpo directivo del Extropy Institute tomó la decisión de abandonar las operaciones de la organización, declarando que su misión se había «completado esencialmente»[62]. Natasha Vita-More fue su última presidenta. Esto dejó a la WTA en posición de liderazgo de la organización del movimiento internacional transhumanista.

El Primo Posthuman

En 1996, Vita-More innovó el concepto de una prótesis de cuerpo entero. Con un equipo de expertos (Marvin Minsky (AI), Hans Moravec (robótica) y Ralph Merkle (nanotecnología)), creó el primer diseño futuro del cuerpo como un sistema portátil. Esto se conoce como Primo Posthuman, una visión para un cuerpo transhumano altamente modificado.

La Asociación Transhumanista Mundial y Humanity +

En el año 1998, bajo el impulso de Nick Bostrom y David Pearce, se crea la Asociación Transhumanista Mundial (WTA) como una estructura internacional que desarrolló un extensivo trabajo para aglutinar a los desarrolladores del transhumanismo y clarificar su posición. En 2001 y dirigido por Nick Bostrom se publicará “Transhumanismo: preguntas frecuentes”[6], con la participación de numerosos transhumanistas. También en 1998 se elaboró una Declaración Transhumanista[63] que ha sido modificada a lo largo de los años por varios autores y organizaciones. En el año 2008 la WTA se rebautizó como Humanity +, constituída como una organización educativa sin fines de lucro dedicada a elevar la condición humana y cuyo objetivo es influir profundamente en una nueva generaciónb de pensadores que se atrevan a imaginar los próximos pasos de la humanidad[64].La Declaración Transhumanista fue adoptado por la Junta de Humanity+ en marzo de 2009[63].

H + Pedia es un proyecto de Humanity + para difundir información precisa, accesible y no sensacionalista sobre el transhumanismo , incluida la extensión radical de la vida , el futurismo y otras tecnologías emergentes y su impacto en el público en general.

El filósofo David Pearce (Reino Unido, 1960) sostiene lo que él llama el "imperativo hedonista", o la obligación moral de trabajar para la abolición del sufrimiento en todos los seres vivos sensibles. "Los estados de bienestar sublime están destinados a convertirse en la norma genéticamente programada de salud mental. Se predice que la última experiencia desagradable del mundo será un evento fechado con precisión, explica en The Hedonistic Imperative. Eso incluye a la farmacología, la ingeniería genética, la nanotecnología o la neurocirugía. Pearce llama a esto "el proyecto abolicionista".

La Singularidad está cerca

Raymond Kurzweil (EEUU, 1948) es uno de los principales expertos en computación. Desde joven trabajo en desarrollar máquinas de reconocimiento de caracteres y de voz por ordenador y de ayuda para ambientes sanitarios y musicales. Ha desarrollado múltiples inventos, y es un notable impulsor de la Inteligencia artificial. Ha predicho que una máquina dotada de inteligencia artificial podría realizar todas las tareas intelectuales humanas y sería emocional y autoconsciente. Kurzweil sostiene que esa IA llegará a ser, inevitablemente, más inteligente y poderosa que la de un ser humano. Sugiere que las IA mostrarán pensamiento moral y respeto a los humanos como sus ancestros. De acuerdo a sus predicciones, la línea entre humanos y máquinas se difuminará como parte de la evolución tecnológica. Los implantes cibernéticos mejorarán en gran medida al hombre, lo dotarán de nuevas habilidades físicas y cognitivas y le permitirán interactuar directamente con las máquinas. Ha sido uno de los impulsores de Singularity University, además de Director de Ingeniería en Google desde 2012. Sus libros más importantes, La era de las máquinas inteligentes(1990) y La era de las máquinas espirituales (1998) donde hace numerosas predicciones que han tenido notable acierto. También es autor de La Singularidad está cerca. Cuando los humanos transcendamos la biología (2005) donde fija el año 2045 para la llegada de la Singularidad, un tiempo en el que la convergencia de la genética, la nanotecnología y la robótica producirán, junto al acelerado ritmo del cambio tecnológico, que la vida humana se vea transformada de forma irreversible.

El concepto de Singularidad

La Singularidad. Es uno de los conceptos principales de Kurzweil en su libro: La Singularidad está cerca, ¿Qué es la Singularidad? Es un momento en el tiempo venidero en el que el ritmo del cambio tecnológico será tan rápido y su repercusión tan profunda que la vida humana se verá transformada de forma irreversible. Comprender la Singularidad cambiará nuestra perspectiva sobre la relevancia de nuestro pasado y sus repercusiones en el futuro, ya que su comprensión cambia intrínsecamente la visión que uno tiene de la vida en general y de su propia vida en particular.”

Las tres tecnologías que darán lugar a esta singularidad son la genética, la nanotecnología y la robótica. El desarrollo de estas tres tecnologías conllevará la liberación del ser humano de sus cadenas biológicas y la consagración de la inteligencia como el fenómeno más importante de nuestro universo, afirma. A medida que esta transformación se vaya convirtiendo en realidad, el horizonte que vislumbra Kurzweil es el de que nuestra especie también se enfrentará a nuevos retos jamás antes planteados: un increíble aumento de la inteligencia no biológica, la inmortalidad y un progreso científico sin precedentes. Kurzweil fecha la Singularidad tecnológica en el 2045[65].

Para alcanzar esta Singularidad es muy importante el concepto del crecimiento exponencial. Este crecimiento es engañoso. Empieza casi imperceptiblemente y luego (si uno no se ha tomado la molestia de calcular su trayectoria) explota con furia inusitada. Antes de la mitad de este siglo, el ritmo de crecimiento de nuestra tecnología –que será indistinguible de nosotros mismos- será tan pronunciado que esencialmente parecerá vertical. Desde una perspectiva estrictamente matemática, los ritmos de crecimiento todavía serán finitos, pero tan extremos que los cambios que conllevarán parecerán romper con la estructura de la historia humana. Al menos esta será la perspectiva que se tendrá desde una humanidad no mejorada.

La Singularidad constituirá la culminación de la fusión entre nuestra existencia y pensamiento biológico con nuestra tecnología, dando lugar a un mundo que seguirá siendo humano, pero que trascenderá nuestras raíces biológicas.

Más adelante, en la post-Singularidad, incluso no habrá distinción entre humano y máquina o entre realidad física y virtual. Si se pregunta sobre lo que seguirá siendo inequívocamente humano en un mundo así, la respuesta es simplemente esta cualidad: la nuestra es la especie que inherentemente busca expandir su alcance físico y mental más allá de sus limitaciones actuales.

En el periodo siguiente a la Singularidad, la inteligencia, que tiene su origen biológico en los cerebros humanos y su origen tecnológico en la creatividad humana, comenzará a saturar la materia y energía de su medio. Esto lo conseguirá mediante la reorganización de la materia y de la energía, cosa que proporcionará un nivel óptimo de computación y que le permitirá propagarse más allá de su origen terrestre.

Lo más importante de todo es que la inteligencia que surgirá continuará formando parte de la civilización humana, que ya es una civilización humano-máquina. En otras palabras, las máquinas futuras serán humanas aunque no sean biológicas. Este será el próximo paso evolutivo, el próximo cambio de paradigma de alto nivel.

La mayor parte de la inteligencia de nuestra civilización acabará siendo no biológica. Hacia el final de este siglo, dicha inteligencia será billones de billones de veces más potente que la inteligencia humana. Sin embargo, para contestar a las preocupaciones que se suelen escuchar, hay que decir que esto no significa el fin de la inteligencia biológica, aunque sea defenestrada de la atalaya de su superioridad evolutiva, ya que incluso las formas no biológicas derivarán de diseños biológicos.

Hasta el momento la velocidad de la luz constituye un límite infranqueable para la transmisión de información. El que podamos sortear este límite es muy especulativo, pero hay ciertos indicios que indican que esta constricción puede ser superada.

Si tan solo se produjeran pequeñas desviaciones, significaría que en último término nos podríamos aprovechar de una cierta capacidad supralumínica. El que nuestra civilización pueda impregnar el universo con su creatividad e inteligencia de forma rápida o lenta depende de la inmutabilidad de la velocidad de la luz. En cualquier caso, la materia “tonta” y los mecanismos del universo serán transformados en formas de inteligencia exquisitamente sublimes, lo cual dará lugar a la sexta era en la evolución de los patrones de información[66].

The Singularity University

Singularity University es una compañía que fue cofundada en 2008 por el Dr. Peter H. Diamandis, quien se desempeña como Presidente Ejecutivo, y Ray Kurzweil, Canciller[67] que fue quien inspiró el proyecto con su libro: La Singularidad está cerca[68]. Singularity University (SU) es una comunidad global que utiliza tecnologías exponenciales para enfrentar los mayores desafíos del mundo. La plataforma de aprendizaje e innovación de la UB permite a las personas y organizaciones con la mentalidad, el conjunto de habilidades y la red para construir soluciones innovadoras que aprovechen las tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, la robótica y la biología digital. Con nuestra comunidad de empresarios, corporaciones, organizaciones de desarrollo, gobiernos, inversionistas e instituciones académicas, la comunidad tiene los ingredientes necesarios para crear un futuro más abundante para todos[69].

SU se centra en diversas áreas de estudio:

  • Inteligencia artificial (IA) y robótica.
  • Realidad aumentada y virtual.
  • Biología sintética
  • Sistemas energéticos y medioambientales.
  • Medicina y neurociencia
  • Nanotecnología y fabricación digital.
  • Redes y sistemas informáticos.
  • Política, derecho y ética.
  • Finanzas y economia.
  • El crecimiento exponencial.

Otras instituciones

Desde 2003 el Oxford Uehiro Centre for Practical Ethics,, también en la Universidad de Oxford, pretende abordar los problemas que han desbordado las instituciones y normas tradicionales: cambio climático, destrucción ambiental, terrorismo, armas de destrucción masiva, desigualdad y pobreza globales, migración intercultural y multiculturalismo, uso excesivo de antibióticos y el mundo, difusión de enfermedades infecciosas, ingeniería genética y medios biomédicos para la extensión de la vida y el mejoramiento cognitivo y moral, y la inteligencia artificial[70].

Actualmente Julian Savulescu es su director. El campo de investigación de Savulescu es ahora el Biomejoramiento moral: Si cambias el funcionamiento del cerebro, cambias la conducta. Hace miles de años cogimos a los lobos y de ahí se han desarrollado muchas razas de perros distintos, pero no van a ser un lobo feroz. No somos muy distintos de los perros, tenemos un fronted cerebral que nos permiten ser más inteligentes. La fecundación artificial selectiva para mejorar la raza humana: seleccionar a embriones que serán más inteligentes. Puedes utilizar células madre para crear embriones, y seleccionar los mejores de tales. Se aumentaría el CI medio de los seres humanos. Se conseguiría una posthumanismo. En China se están haciendo cosas de estas[71].

En 2005 Bostrom (Suecia, 1973) fundó y sigue siendo su director del Future of Humanity Institute(FHI) de la Faculty of Philosophy and Oxford Martin School . El FHI es un instituto de investigación multidisciplinario en la Universidad de Oxford. Los académicos de FHI aportan las herramientas de matemáticas, filosofía, ciencias sociales y ciencias para abordar cuestiones generales sobre la humanidad y sus perspectivas. Trabajan en cuatro áreas: Macroestrategia, Centro de gobernanza de la Inteligencia artificial, Seguridad de los sistemas de Inteligencia artificial y Biotecnología segura[72].

Fundamentos antropológicos y éticos

Desde el punto de vista de su fundamentación filosófica, el transhumanismo se sustenta en una antropología materialista de raíz empirista por la que se concibe al hombre como algo puramente material sin ningún espacio para la realidad metafísica o trascendente. Además, la explicación del funcionamiento humano es la del neurobiologicismo funcionalista, es decir, el hombre reducido al funcionamiento, más o menos perfecto, de sus conexiones neuronales. Todo ello unido a una fe ciega en la ciencia. Además, la perspectiva ética desde la que se mueve es fundamentalmente utilitarista y liberal. En la mayor parte de los casos los autores son ateos o agnósticos. Según algunos autores estamos en la última etapa del desarrollo del homo sapiens, en la era del homo technologicus, que tiene en sus manos la posibilidad de continuar la evolución de la especie humana hacia una superior, mejor y más feliz, utilizando todos los medios tecnológicos a su alcance.


Implicaciones bioéticas

La teoría transhumanista plantea numerosas cuestiones tanto de orden teórico como práctico, sus autores no han contestado todavía a muchas de ellas. En primer lugar, la tesis transhumanista parte de un postulado todavía no demostrado, a saber, el hombre es un ser que se reduce solo y exclusivamente a sus conexiones neuronales. El fisicalismo neurobiologicista todavía no ha sido demostrado satisfactoriamente, es más, encontramos cada vez más autores que sostienen la tesis del no reduccionismo materialista del hombre. Hay otra cuestión de fondo importante: Quién me dice que cuanto más perfecto sea física y psíquicamente, que cuántas más capacidades tenga voy a ser más feliz. ¿Qué es la felicidad? ¿Qué significa ser mejor o más perfecto, quién lo determina? La respuesta a esta pregunta no estriba en una cuestión meramente material sino moral y ontológica. Ser mejor o ser feliz no depende solo de cuestiones materiales. La ecuación perfección física igual a felicidad no es siempre real, es más a veces se puede dar el caso contrario. Lo que realmente es el hombre, y lo que le hace feliz, está fuera de un cálculo meramente material. Hay después una serie de cuestiones de carácter práctico a la hora de poner por obra el plan transhumanista: selección embrionaria y eliminación eugenésica de embriones y fetos con defectos, problemas derivados de la nanotecnología aplicada al cerebro y neuroética, problemas de la crioconservación, uso de fármacos que cambien la personalidad, problemas de distribución de recursos, etc. En conclusión, aunque en teoría el transhumanismo pueda tener un fin bueno, hacer de la vida del hombre algo mejor, fin hacia el que ha tendido siempre la medicina, la ciencia y en general el progreso, este fin no puede ser alcanzado a través de cualquier medio. En el núcleo de esta teoría encontramos la pérdida del sentido del valor y la dignidad del hombre, que hacen de este un ser especial en el resto de la naturaleza, aún con sus límites y finitud. La no aceptación de la realidad humana hace que el hombre forje un futuro utópico, puramente material, que le lleva fuera de los cauces humanos, incluso programando su propio exterminio.


Bibliografía

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Enlaces externos

Referencias

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