Imagen corporal y cáncer
La imagen corporal la entendemos como la expresión subjetiva del individuo, que a través de la mente representa su cuerpo, y va a depender de la autoestima y el autoconcepto, en el mantenimiento y sus modificaciones presentes o futuras, porque incidirá en la autoimagen. Y se traslada a la presentación social, como una tarjeta de presentación, en muchos de los casos.
La percepción de la imagen corporal también estará sujeta a conceptos de cánones de belleza, y estos son cambiantes según el estilo de vida o los medios de comunicación, debido a que estamos sumergidos en una cultura de la imagen, o de culto de la imagen. La edad y el género también pueden contribuir a dar más valor a estos aspectos.
En el caso del cáncer la apariencia física se cuestiona por la persona afectada, por lo tanto, la imagen corporal se ve reflejada por los diversos tratamientos, como la quimioterapia, la radioterapia o tratamiento con medicación terapia substitutoria. Además de posibles intervenciones quirúrgicas, con su correspondiente cicatriz o cicatrices.
Un papel importante corresponde a la enfermera gestora de casos asistenciales en el ámbito privado o público que se encuentra con la gestión de personas que transitan por la enfermedad del cáncer. La prevalencia de esta enfermedad en España de unos 277.394 casos en el 2020, similar al 2019.
El lenguaje estandarizado, lenguaje de enfermería propio, se ve descrito en los cuidados para el trastorno de la imagen corporal. Un ejemplo de este lenguaje sería la continuidad de la permeabilidad cutánea, por el deterioro de la integridad cutánea. O la confusión en la imagen corporal del yo físico.
La gestión puede suceder en el momento que la persona verbaliza una ayuda en los cuidados de la imagen corporal, más allá de la ayuda psicológica.
La imagen corporal y el cáncer se dan la mano, en ese momento, y se puede proyectar en el espejo una imagen, o una percepción de ésta, de desajuste.
La ayuda de la enfermera gestora de la imagen corporal puede ser clave, y puede empezar con la escucha activa, o de iniciar procedimientos de mejora del autocuidado de la piel, o bien dirigir a un banco de pelucas según los cambios, o momentos a solucionar de manera consensuada y ética.
Los posibles cambios se pueden camuflar u ocultar bajo la ropa, como son la colostomía o mastectomía, o bien porque pueden ser más internos, el ejemplo sería la colectomía, histerectomía...
Los que pueden generar más ansiedad son los que son visibles, aquellos que un maquillaje queda insuficiente en la cobertura del 100 % de la piel, como serían las cicatrices faciales, alopecia, color de la piel, alteraciones cutáneas, cambio de peso o pérdida de una zona facial.
El día 4 de febrero es el día Mundial del Cáncer.