Historia de la Bioética en Latinoamérica
En los años 80 y comienzos de los 90 comenzaba a enseñarse esta nueva disciplina, la Bioética, en algunas Universidades de Latinoamérica, después de su andadura inicial en el ámbito norteamericano y con un cierto retraso. Es el momento del "trasplante", en palabras de Alfonso Llano: "Argentina, primero, luego, en su orden, Colombia, Chile, México, Brasil y demás países latinoamericanos, trasplantaron la Bioética a Iberoamérica, sin atender a las diferencias de ‘tierras’ y sin preguntarse si dicha ‘planta’ ‘pegaría’ en países de tierras tan distintas, o si este ‘nuevo medicamento’ era apto para curar los males, tan diferentes, de estos pueblos" [1].
La nueva disciplina se presentaba con unas características propias, reflejo de la situación de la sociedad norteamericana de ese momento:
- La interdisciplinariedad: el diálogo entre las ciencias empíricas y las humanísticas.
- El debate ético en una sociedad plural, basado en la tolerancia.
- La elaboración de una teoría de fundamentación apoyada en unos principios claros y concretos.
- La aplicación efectiva de esos principios en el ámbito clínico, con dos aspectos prácticos importantes:
- Una metodología de análisis de casos clínicos que ayudaba efectivamente a los profesionales de la salud a la hora de resolver conflictos dilemas éticos en un mundo cada vez más conflictivo, de cambio de rol profesional y social, y de cambio de modelo de relación médico-paciente.
- La creación de comités de ética asistencial o ética clínica, en el interior de los hospitales, que han difundido el interés por la Bioética, su enseñanza, y son hoy día un instrumento "institucionalizado" al servicio de la calidad de atención en salud y de la humanización de la relación clínica, aún con todos los problemas que su puesta en marcha en nuestros países y sus actividades llevan consigo, dentro de sistemas de salud bastante burocráticos, rígidos y, en cierto modo, todavía autoritarios.
La situación de la sanidad, el enfoque de la relación médico-paciente fuertemente paternalista y también el enfoque social de la salud en la mayoría de los países de Latinoamérica contrastaba enormemente con la de Estados Unidos, y eso puede explicar el retraso y el peculiar enfoque inicial de la bioética en nuestra región. "No sobra advertir que al hacer el ‘trasplante’ de la Bioética norteamericana -médica, principialista, utilitarista- a los países iberoamericanos no se tuvo en cuenta este contraste, desconocimiento que puede explicar las muchas dificultades que se experimentaron en esta primera etapa, para la aceptación, estudio y difusión de la Bioética en Iberoamérica. Más concretamente, trasplantar la Bioética norteamericana, ocupada en una biotecnología de avanzada e inspirada en una ética anglosajona, a estos países poco desarrollados tecnológicamente, y culturalmente influenciados por una moral heterónoma católica, con una tradición médica, hipocrática y paternalista, no podía menos de encontrar serias dificultades" [2] y sobre todo, una cierta indiferencia y recelos iniciales. y sobre todo, una cierta indiferencia y recelos iniciales.
Sin embargo, las propias características de la nueva disciplina explican la gran difusión de la Bioética en el ámbito clínico y su efectividad en la sociedad norteamericana, y también su difusión e influjo cada vez más creciente en Latinoamérica. No entraré aquí a detallar los inicios de la Bioética en cada uno de los países de nuestra región, pero sí es preciso mencionar algunas personas e instituciones.Sin embargo, las propias características de la nueva disciplina explican la gran difusión de la Bioética en el ámbito clínico y su efectividad en la sociedad norteamericana, y también su difusión e influjo cada vez más creciente en Latinoamérica. No entraré aquí a detallar los inicios de la Bioética en cada uno de los países de nuestra región, pero sí es preciso mencionar algunas personas e instituciones.
José Alberto Mainetti, de la Fundación José María Mainetti, en Gonnet, cerca de la ciudad de La Plata, Argentina, tiene el mérito de haber iniciado el movimiento de la humanización de la medicina, en la década del 70. En 1972 fundó el Instituto de Humanidades Médicas, que pronto difundió sus ideales humanísticos en el Cono Sur de Latino América, a través de la revista Quirón y desde los 80 estuvo en permanente relación con el Kennedy Institute of Ethics de la Universidad de Georgetown, en Washington. Poco después, a finales de los 80, se fundó también en Argentina la Escuela Latinoamericana de Bioética (ELABE), que organizó durante unos diez años un Programa de Enseñanza de la Bioética. José Alberto Mainetti, de la Fundación José María Mainetti, en Gonnet, cerca de la ciudad de La Plata, Argentina, tiene el mérito de haber iniciado el movimiento de la humanización de la medicina, en la década del 70. En 1972 fundó el Instituto de Humanidades Médicas, que pronto difundió sus ideales humanísticos en el Cono Sur de Latino América, a través de la revista Quirón y desde los 80 estuvo en permanente relación con el Kennedy Institute of Ethics de la Universidad de Georgetown, en Washington. Poco después, a finales de los 80, se fundó también en Argentina la Escuela Latinoamericana de Bioética (ELABE), que organizó durante unos diez años un Programa de Enseñanza de la Bioética [3].
Ya en la década del 80 y sin especial conexión con Argentina, el profesor Fernando Sánchez Torres, quien había sido Decano de Medicina y Rector de la Universidad Nacional de Colombia, fundó en diciembre de 1985, el Instituto Colombiano de Estudios Bioéticos (ICEB), el cual ha mantenido desde entonces un seminario de estudios bioéticos.Ya en la década del 80 y sin especial conexión con Argentina, el profesor Fernando Sánchez Torres, quien había sido Decano de Medicina y Rector de la Universidad Nacional de Colombia, fundó en diciembre de 1985, el Instituto Colombiano de Estudios Bioéticos (ICEB), el cual ha mantenido desde entonces un seminario de estudios bioéticos.
Consolidación de la nueva disciplina en el ámbito latinoamericano
En los años 90 se consolida la Bioética como disciplina académica en bastantes países de América Latina. La publicación de un número del Boletín de la Organización Panamericana de la Salud, que luego apareció en libro, todo dedicado a la Bioética, a principios de la década del noventa, le dio presencia ‘formal’ a la Bioética. Un segundo paso fue la fundación en 1991 por Alfonso Llano, desde Colombia, de la Federación Latinoamericana de Instituciones de Bioética -FELAIBE- , "más para promover la fundación de Institutos y centros de Bioética en todos los países de Iberoamérica, que para federar lo que todavía no existía. FELAIBE organizó, a partir de su fundación, foros y asambleas en diversos países de Iberoamérica", y ha organizado ininterrumpidamente Congresos de Bioética en diversos países desde 1995.En los años 90 se consolida la Bioética como disciplina académica en bastantes países de América Latina. La publicación de un número del Boletín de la Organización Panamericana de la Salud, que luego apareció en libro, todo dedicado a la Bioética, a principios de la década del noventa, le dio presencia ‘formal’ a la Bioética. Un segundo paso fue la fundación en 1991 por Alfonso Llano, desde Colombia, de la Federación Latinoamericana de Instituciones de Bioética (FELAIBE) , "más para promover la fundación de Institutos y centros de Bioética en todos los países de Iberoamérica, que para federar lo que todavía no existía. FELAIBE organizó, a partir de su fundación, foros y asambleas en diversos países de Iberoamérica", y ha organizado ininterrumpidamente Congresos de Bioética en diversos países desde 1995.
Un tercer paso fue la fundación en Santiago de Chile, por parte de la OPS, del Programa Regional de Bioética, en estrecha colaboración con la Universidad de Chile, cuyo décimo aniversario celebramos ahora. Además del apoyo conceptual y económico a múltiples actividades organizadas por los diversos países hispanoamericanos, el Programa Regional de Bioética viene ofreciendo a profesionales de toda Latinoamérica, a partir de 1996, una Maestría en Bioética, bajo la dirección del Profesor Diego Gracia Guillén, en la que se han formado numerosos profesionales y que ha supuesto un hito importante en la difusión y profundización de la Bioética en nuestra región. Desde el 2000 el Programa Regional de Bioética de la OPS —hoy en día como Unidad de Bioética- está dirigido por el profesor Fernando Lolas StepkUn tercer paso fue la fundación en Santiago de Chile, por parte de la OPS, del Programa Regional de Bioética, en estrecha colaboración con la Universidad de Chile, cuyo décimo aniversario celebramos ahora. Además del apoyo conceptual y económico a múltiples actividades organizadas por los diversos países hispanoamericanos, el Programa Regional de Bioética viene ofreciendo a profesionales de toda Latinoamérica, a partir de 1996, una Maestría en Bioética, bajo la dirección del Profesor Diego Gracia Guillén, en la que se han formado numerosos profesionales y que ha supuesto un hito importante en la difusión y profundización de la Bioética en nuestra región. Desde el 2000 el Programa Regional de Bioética de la OPS —hoy en día como Unidad de Bioética- está dirigido por el profesor Fernando Lolas Stepke [4].
Referencias
- ↑ Llano, Alfonso (2007). «La Bioética en América Latina y en Colombia». Perspectivas de la Bioética en Iberoamérica.
- ↑ Llano, Alfonso (2007). «La Bioética en América Latina y Colombia». Perspectivas de la Bioética en Iberoamerica.
- ↑ Mainetti, Jose Alberto; Marta Lucía Peréz. «Referencias de Bioética en Argentina». Leo Pessini: 71-76.
- ↑ Lolas Stepke, Fernando (2000). Introducción: hacia una Bioética para América Latina y el Caribe. Santiago de Chile: Programa Regional de Bioética OPS/OMS. pp. 13-18.