Ética de la fecundación artificial
Desde 1978 en que el profesor Robert Edwards consiguió el nacimiento de la primera niña, Louise Bown, por fecundación in vitro, un buen número de países han acogido las diversas técnicas de fecundación artificial dentro de sus legislaciones, lo que ha contribuido a la idea de la bondad ética de estas técnicas de reproducción asistida.
Sin embargo no hay un acuerdo común sobre la eticidad de estos procedimientos. Son diversos los aspectos que plantean problemas éticos:
- Homóloga y heteróloga
- Pérdida de embriones
- Congelación de embriones
- Prácticas eugenésicas
- Daños en el embrión
Estos aspectos a su vez están muy ligados a los diversos tipos de fecundación artificial que se pueden llevar a cabo, porque no en todos los casos se llevan a cabo prácticas eugenésicas, o se congelan los embriones.
No obstante, hay un aspecto que se puede considerar el punto de partida para la valoración ética de estas técnicas: el mismo hecho de la fecundación extra corpórea. Para muchos este aspecto es irrelevante porque sólo se debe atender al fin de la fecundación: la existencia del hijo. Para otros tiene una gran importancia que el ser humano llegue a la existencia en un acto conyugal y no como resultado de un proceso técnico.
