Dolor fetal

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¿Sufre el feto al ser abortado? Esta es una pregunta que muchos consideran clave no sólo para el conocimiento del hijo, sino también para fijar fechas de posibilidad de abortar.

El desarrollo de la ecografía en la década de 1970, supone un hito importante en la observación del feto. En ese tiempo el doctor Nathanson, partidario y promotor del aborto, tuvo la oportunidad de observar un aborto en tiempo real. Esto lo llevó a reconsiderar sus puntos de vista sobre el aborto.​ Es a menudo citado diciendo que el aborto es «el holocausto más atroz en la historia de Estados Unidos». Escribió el libro Abortando en Estados Unidos (Aborting America) donde se expone por primera vez lo que llamó "los inicios deshonestos del movimiento aborto", por las citas falsas de muertes maternas por abortos ilegales.

En 1984, dirigió y narró la película titulada El Grito Silencioso (The Silent Scream), en cooperación con el Comité Nacional por el Derecho a la Vida (National Right to Life Committee), En este vídeo se pueden observar los movimientos de un feto de 12 semanas al ser abortado mediante succión: aceleración del ritmo cardíaco, movimientos de la boca que sugerían aullidos, violentas contracciones de su cuerpo e intento de huida.

Una encuesta llevada a cabo en 1988 entre los anestesistas ingleses e irlandeses mostró que ordinariamente el 60% no estimaba que sus pacientes neonatales sintiesen dolor durante una intervención, actuancdo en consecuencia. Solamente el 10% prescribía opiáceos sistemicos en caso de cirugías mayores[1].

Anand[2] describió que cerca de las seis semanas de gestación se establece la sinapsis entre las fibras sensitivas y neuronas receptivas del asta dorsal de la médula espinal; a las siete semanas hay percepción sensitiva peribucal por la presencia de mecanorreceptores polimodales, y aproximadamente a las 11 semanas estos mecanorreceptores se van distribuyendo hacia el resto de la cara.

A las 15 semanas hay sensibilidad en hombros y cadera; a las 20 semanas hay sensibilidad en toda la superficie cutánea y de mucosas. A las ocho semanas suele ocurrir la formación de la neocorteza, a partir de las 13 semanas se inicia la diferenciación morfológica de las neuronas del asta dorsal de la médula espinal, y de las 15 a las 17 semanas se forma la subplaca, que es una estructura anatómica transitoria en el cerebro fetal que contiene la maquinaria necesaria para procesar la información tálamo-cortical[3].

De las 20 a las 24 semanas se inician las conexiones tálamo-corticales y la sinaptogénesis, y de las 24 a las 28 semanas las vías anatómicas de la nocicepción ya están presentes. Se considera que posterior a que ya están funcionando las conexiones tálamo-corticales durante las semanas 29 a 30, ya está establecida la capacidad de percepción consciente[4].

A las 30 semanas, las vías nerviosas relacionadas con la nocicepción en médula espinal y tallo cerebral están mielinizadas por completo hasta el tálamo; a las 37 semanas, la mielinización es completa. La mielinización no es un requisito para la percepción del dolor, ya que las fibras amielínicas conducen perfectamente los impulsos nociceptivos, pero con una menor velocidad de conducción[5].

El Dr. Jean Wright, anestesiólogo especializado en Medicina Pediátrica de Cuidados Críticos, también confirmó la existencia de dolor fetal durante el testimonio ante el Congreso. “[Un] feto no nacido después de 20 semanas de gestación, tiene todos los requisitos previos de anatomía, fisiología, hormonas, neurotransmisores y corriente eléctrica para cerrar el circuito y crear las condiciones necesarias para percibir el dolor. De manera similar a explicar el cableado eléctrico a una nueva casa, explicaríamos que el circuito se completa desde la piel hasta el cerebro y viceversa ”, dijo[6].

El testimonio del Dr. Anand a favor de la presencia de dolor fetal llevó a que en 25 estados de los EE.UU. se promulgase una ley que exige a los médicos informar acerca del dolor fetal más allá de la semana 20 de edad gestacional y ofrecer analgesia.Y desde el año 2010 está prohibido el aborto en el estado de Nebranska a partir de la semana 20 de gestación para evitar el dolor fetal.

La RCOG (Royal college of obstetricians and gynecologist) en Reino Unido recomienda analgesia en cirugías fetales realizadas en torno a las 24 semanas de gestación y en Francia se recomienda administrar anestesia al feto si el aborto se realiza a partir de las 24 semanas de gestación[7].

En contra de la opinión del Dr. Anand algunos sostienen que el feto no experimenta dolor debido a la falta de maduración cortical, pero para ello es suficiente (según el Dr. Anand y otros muchos) el tálamo(centro del dolor y cuyo desarrollo ocurre mucho antes que el de la corteza cerebral). Se ha comprobado también que no es necesario la presencia de los hemisferios cerebrales para responder al dolor, como ocurre p.e. en bebés anencefálicos (ausencia de corteza cerebral).

El Dr. F. Reinoso ( jefe de la Unidad de Dolor Infantil del Hospital Universitario “La Paz” de Madrid), afirma que el feto y el neonato, sienten más dolor que los niños de mayor edad y los adultos. Ello es debido a que el dolor consta de dos componentes que modulan su intensidad: uno “excitatorio” y otro “inhibitorio”. En el caso de los fetos y recién nacidos el dolor es más intenso porque, desde la semana 20 de gestación, ya está funcionando el componente “excitatorio” del dolor y, sin embargo, el componente inhibitorio (que permite modular la respuesta dolorosa) se desarrolla varias semanas o meses después de haber nacido[8].

Se conoce también, en este sentido, que en el feto y neonato existe una mayor concentración cutánea de nocirreceptores (receptores para el dolor) y una elevada producción de sustancia P(mediador bioquímico de la señal dolorosa). El feto y el neonato tienen también una menor capacidad de autobloquear la sensación dolorosa como lo haría un adulto, en el que se producen endorfinas(hormonas antidolorosas).

Según la definición de dolor de la Intenational Association for the Study of Pain (IASP), para experimentar dolor se requiere ser consciente de él y tener capacidad de explicarlo, requisitos que,lógicamente, no se pueden exigir a un nonnato. De ahí que en medicina perinatal se tenga que recurrir a los indicadores del dolor, principalmente anatómicos, neurofisiológicos, hemodinámicos, hormonales y comportamentales[9].

Por lo que acabamos de exponer, al realizar cirugía neonatal o fetal, debe administrarse a estos pequeños pacientes dosis más altas de analgésicos potentes que las utilizadas en los adultos. Y cuando los abortos (a partir de la semana 15-20 de gestación) se llevan a cabo sin anestesia general de la madre los fetos sufren un dolor intenso.

Aspectos Bioéticos

Han de ponerse todos los medios para evitar el dolor en todo ser humano con independencia de su edad o destino final(Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes, Naciones Unidas: resolución 39/46,de 10 de diciembre de 1984

Notas

  1. Cfr. De Lima, J. y otros, Infant and neonatal paín: anaesthetists perceptions and prescribing patterns: BMJ 1996; 313: 787.
  2. Anand KJ, Carr DB. The neuroanatomy, neurophysiology, and neurochemistry of pain, stress, and analgesia in newborns and children. Pediatr Clin North Am. 1989; 36: 795-822.
  3. Kostović I, Judas M. The development of the subplate and thalamocortical connections in the human fetal brain. Acta Paediatr. 2010; 99: 1119-27
  4. Lee SJ, Ralston HJ, Drey EA, Partridge JC, Rosen MA. Fetal pain: a systematic multidisciplinary review of the evidence. JAMA. 2005; 294: 947-54.
  5. Flores Muñoz, María Antonieta (2014). «Las intervenciones en el feto, el dolor y sus dil emas bioéticos». Perinatología y Reproducción Humana 28 (2): 114-118. Consultado el 23 noviembre 2019. 
  6. «Kansas To Consider Bill To Restrict Late-Term Abortions Based On Fetal-Pain Claim». 30 diciembre 2010. Consultado el 23 noviembre 2019. 
  7. «Dolor fetal.¿Sufre el feto al ser abortado?». 7 septiembre 2012. 
  8. Francisco Reinoso Barbero (14 abril 2011). «Dolor fetal. Conferencia en las I Jornadas Científicas de Derecho a Vivir». Consultado el 23 noviembre 2019. 
  9. Pardo Sáenz, José María (2011). «1: Breve apunte histórico de la medicina prenatal». El no nacido como paciente. Eunsa. ISBN 978-84-313-2743-9.