Diferencia entre revisiones de «El abuso de la casuística»

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Y junto a eso, la distinción aristotélica entre conocimiento teórico o especulativo y conocimiento práctico. La ciencia ética pertenece a éste segundo tipo; y, por lo tanto, no trata de conseguir el rigor propio de la geometría, sino la valoración aproximada de la medicina. Es frecuente en Jonsen y Toulmin la referencia a la analogía entre el conocimiento médico y el ético: ambos llegan siempre a un juicio “'''razonable'''”, más que a un juicio “'''exacto'''” <ref>{{cita libro|apellidos=Grodin|nombre=M.A|título=Meta Medical Ethics|año=1995|editorial=Kluwer Academic Publishers|páginas=19|ubicación=Dordrech}}</ref>.
Y junto a eso, la distinción aristotélica entre conocimiento teórico o especulativo y conocimiento práctico. La ciencia ética pertenece a éste segundo tipo; y, por lo tanto, no trata de conseguir el rigor propio de la geometría, sino la valoración aproximada de la medicina. Es frecuente en Jonsen y Toulmin la referencia a la analogía entre el conocimiento médico y el ético: ambos llegan siempre a un juicio “'''razonable'''”, más que a un juicio “'''exacto'''” <ref>{{cita libro|apellidos=Grodin|nombre=M.A|título=Meta Medical Ethics|año=1995|editorial=Kluwer Academic Publishers|páginas=19|ubicación=Dordrech}}</ref>.


La casuística se propone como un punto intermedio entre el “'''absolutismo'''” de la teoría moral y el “relativismo” que podría resultar al considerar la falta de acuerdo entre esas mismas teorías <ref>{{cita libro|apellidos=Wildes|nombre=K.W.|título=Moral Acquaintances. Methodology in Bioethics|páginas=83}}</ref>.Seguiría la vía aristotélica entre el relativismo de los sofistas
La casuística se propone como un punto intermedio entre el “'''absolutismo'''” de la teoría moral y el “relativismo” que podría resultar al considerar la falta de acuerdo entre esas mismas teorías <ref>{{cita libro|apellidos=Wildes|nombre=K.W.|título=Moral Acquaintances. Methodology in Bioethics|páginas=83}}</ref>.Seguiría la vía aristotélica entre el relativismo de los sofistas
de su época, y el absolutismo con que '''Platón''' los rebate <ref>{{cita libro|apellidos=Mackler|nombre=A.L.|título=Cases an Judgments in Ethical Reasoning. An Appraisal of Contemporary Casuistry and Holistic Model for the Mutual Support of Norms and Case Judgments|año=1992|páginas=144}}</ref>.
de su época, y el absolutismo con que '''Platón''' los rebate <ref>{{cita libro|apellidos=Mackler|nombre=A.L.|título=Cases an Judgments in Ethical Reasoning. An Appraisal of Contemporary Casuistry and Holistic Model for the Mutual Support of Norms and Case Judgments|año=1992|páginas=144}}</ref>.


==Notas==
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Revisión del 23:50 28 feb 2013

Paradójicamente, el punto de partida de Albert R. Jonsen y Stephen Toulmin para proponer la recuperación del estudio de la casuística, y de su posible uso en ámbito clínico, es el mismo de Beauchamp y Childress:la ya conocida National Commission for the Protection of Human Subjects of Biomedical and Behavioral Research[1].

Jonsen y Toulmin fueron miembros de la Comisión, y con ocasión de aquellos trabajos constataron que, aunque los once componentes de dicho grupo no coincidían en cuanto a planteamientos éticos globales, eran capaces de ponerse de acuerdo al examinar algunas cuestiones particulares. Fue entonces cuando creció su interés por el estudio de la moral a partir de los casos, a diferencia de la tendencia general en los años Setenta, que consideraba las cuestiones morales englobándolas siempre dentro de una teoría ética concreta y bien definida [2].

Sus investigaciones les condujeron a la gran tradición casuística presente en la Teología moral católica durante varios siglos, y en ella centraron su atención. El resultado de estas investigaciones fue el libro The Abuse of Casuistry que apareció en 1988.Se trata de un texto sobre la historia de la casuística, sus orígenes, su época de esplendor y su crisis, hasta la casi desaparición del ámbito de la enseñanza de la moral. Al final de este repaso los autores esbozan un posible camino para recuperar esta herramienta de razonamiento que, a su parecer,es preferible a otras propuestas actuales de ética aplicada.

El libro toma título de una frase de aquel otro del obispo de Oxford, Kenneth E. Kirk, Conscience and its Problems. An Introduction to Casuistry, publicado en 1927. Es el último que Jonsen y Toulmin encontraron sobre esta materia. En sus casi cuatrocientas páginas, el libro de Kirk hace un repaso de los problemas de conciencia y su relación con el análisis casuístico; concluyendo que, aunque ha existido un abuso en el empleo de la casuística, no toda casuística ha sido un abuso[3].

El objetivo que Jonsen y Toulmin se fijaron a la hora de escribir su libro fue despertar el interés por la casuística y fomentar un cierto debate sobre su utilidad en el panorama actual. Podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que lo han conseguido ampliamente [4].Son muchos los trabajos que en estos quince años han aparecido sobre la “nueva casuística” (neo-casuistry), como en ocasiones la denomina Jonsen, e innumerables los artículos que aplican su método a la resolución de cuestiones de bioética. La razón por la que hemos escogido The Abuse of Casuistry como libro de referencia, aun sin ser un texto específicamente de bioética,está en el hecho de que resulta difícil encontrar un sólo artículo que trate de la casuística en bioética y no lo cite [5].

A pesar de la mala fama que tenía, y sigue teniendo, el término “casuística” en algunos ámbitos de la filosofía moral y también en el lenguaje común, estos autores han querido resucitarla manteniendo provocativamente ese mismo título [6].La razón está en que con el estudio realizado pudieron comprobar lo que al inicio era sólo una intuición, una hipótesis de trabajo: «la casuística histórica representa un camino completo para pensar los problemas morales y su mala reputación apareció por el abuso de su método»[7].

Como tendremos ocasión de ver más adelante, se trata de la reacción ante el predominio de una ética que durante muchos años estuvo demasiado centrada en las teorías morales y en sus cuestiones epistemológicas. Cuestiones que se han englobado bajo el término “metaética".y que han visto con un cierto desprecio los problemas morales específicos, como si se tratara de un universo caótico, poco sistemático en el cual no valiera la pena centrar demasiados esfuerzos[8].Este ambiente llegó en los años Sesenta a un interés casi exclusivo por las cuestiones de fundamentación y sistematización. Según el recorrido histórico realizado por Toulmin aparecieron entonces dos grandes grupos de autores de ética: los dogmáticos y los relativistas. Su estudio concluye que en este panorama la medicina salvó la ética porque la «obligó a volver al caso»[9].

Antes de adentrarnos en el contenido del libro, queremos insistir en que, a diferencia de aquél de Beauchamp y Childress, el de Jonsen y Toulmin no es un texto de ética biomédica, sino de historia de la ética. La propuesta que allí se hace se ha aplicado después al campo específico de la medicina, la economía, la ética política, etc. En este segundo momento, de carácter aplicativo, es Jonsen el que ha contribuido de manera más decisiva, ya que son pocos los trabajos de Toulmin. Por tanto, lo que en Principles of Biomedical Ethics estaba unido (las cuestiones generales de su propuesta ética y su aplicación al campo médico), aquí lo estudiaremos dividido en dos partes. Por un lado, la recuperación de la casuística para cualquier ética aplicada; y posteriormente, su uso en el campo bioético, sobre todo a partir de los escritos de Jonsen.

¿Existe una alternativa a la tiranía de principios?

Los principios en la bioética han conseguido la supremacía en el estudio de los problemas bioéticos particulares. Jonsen y Toulmin, que están interesados fundamentalmente en la decisión moral concreta y no en la abstracta teoría de la experiencia moral, hablan de una “tiranía de los principios”. Según ellos, con suma facilidad los principios caen en un rigorismo tiránico al intentar generalizar las reglas, dejando de lado importantes matices de los casos [10].

Pero, ¿existe realmente una alternativa? La respuesta de Jonsen y Toulmin en las primeras páginas del libro es positiva. «La experiencia humana ha desarrollado hace ya tiempo una serie de procedimientos razonables y efectivos para la resolución de los problemas morales que aparecen en las situaciones particulares de la vida real. Estos procedimientos se conocen como “casuística”, y aquellos que los emplean profesionalmente, “casuistas”» [11].Podríamos decir que el libro es una respuesta a la pregunta sobre la alternativa. Su objetivo, con palabras de Wildes, es doble: de una parte mostrar la relación entre los principios y los casos concretos; y de otra, establecer la primacía de éstos últimos [12].

El punto de partida del libro es la presentación del interminable debate en torno al aborto. Llevamos muchos años viendo cómo las diferentes posturas chocan sin llegar a conseguir acercamiento alguno. Se hace por tanto necesario buscar un acuerdo a un nivel distinto del de los principios o las teorías morales. Este acuerdo puede hallarse, en mayor o menor medida, a través del método casuista. Pero, ¿sobre qué presupuestos se basa? Nuestros autores presentan como punto central del discurso ético la experiencia de que el conocimiento moral es particular [13].

Y junto a eso, la distinción aristotélica entre conocimiento teórico o especulativo y conocimiento práctico. La ciencia ética pertenece a éste segundo tipo; y, por lo tanto, no trata de conseguir el rigor propio de la geometría, sino la valoración aproximada de la medicina. Es frecuente en Jonsen y Toulmin la referencia a la analogía entre el conocimiento médico y el ético: ambos llegan siempre a un juicio “razonable”, más que a un juicio “exacto[14].

La casuística se propone como un punto intermedio entre el “absolutismo” de la teoría moral y el “relativismo” que podría resultar al considerar la falta de acuerdo entre esas mismas teorías [15].Seguiría la vía aristotélica entre el relativismo de los sofistas de su época, y el absolutismo con que Platón los rebate [16].

Notas

  1. Wildes, K.W. (2000). Moral Acquaintances. Methodology in Bioethics. Notre Dame: University of Notre Dame Press. 
  2. Demarco, J.P.; R.M Fox (1982). «New Directions in Ethics». Perspectives in Biology and Medicine (25): 736-50. 
  3. Keenan, J.F. (1995). T.Shannon, ed. The Context of Casuistry. Washington: Georgetown University Press. p. 9. 
  4. Gillon, R. (1988). Encyclopedia of Applied Ethics. San Diego: Academic Press. pp. 423-24. 
  5. Jensen, N.K. (2003). «Something about the History and Future Use of Casuistry». Dan Medicinhist Arbog: 193-210. 
  6. Jonsen, A.R. (1995). «Casuistry: an Alternative or Complement to Principles?». Kennedy Institute of Ethics Journal 5: 240. 
  7. Casuistry: an Alternative or Complement to Principles?. 1995. p. 239. 
  8. Jonsen, A.R. Abuse of Casuitry. p. 108. 
  9. Toulmin, S. (1986). How Medicine Saved the Life of Ethics. New York: Routledge and Kegan Paul. p. 103. 
  10. Mackler, A.L. (1992). Cases an Judgments in Ethical Reasoning. An Appraisal of Contemporary Casuistry and Holistic Model for the Mutual Support of Norms and Case Judgments. University of Microfilms International. p. 147. 
  11. Jonsen, A.R. W. T. REICH, ed. Encyclopedia of Bioethics. p. 348. 
  12. Wildes, K.W. Moral Acquaintances. Methodology in Bioethics. p. 83. 
  13. Shannon, T. (1995). The Context of Casuistry. Georgetown University Press. p. 16. 
  14. Grodin, M.A (1995). Meta Medical Ethics. Dordrech: Kluwer Academic Publishers. p. 19. 
  15. Wildes, K.W. Moral Acquaintances. Methodology in Bioethics. p. 83. 
  16. Mackler, A.L. (1992). Cases an Judgments in Ethical Reasoning. An Appraisal of Contemporary Casuistry and Holistic Model for the Mutual Support of Norms and Case Judgments. p. 144.