Edición de «Principio de autonomía»

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[[Archivo:principles.jpg|150px|thumb|Principles of Biomedical Ethics|alt=principles of biomedical ethics]]El '''principio de autonomía''' es el primero de los principios en la '''[[Principialismo|Bioética principialista]]'''. Es un principio que tiene sus raíces en la filosofía moderna, y que en el ámbito sanitario se introduce como contraposición al multisecular paternalismo médico. Éste tiende a considerar al paciente más como un sujeto necesitado de ayuda que como un individuo autónomo capaz de tomar decisiones por sí mismo<ref>{{cita publicación|apellido=Pellegrini|nombre=E.D|título=The Metamorphosis of Medical Ethics|publicación=JAMA|fecha=1993|número=269|páginas=1067}}</ref>.Aparece por tanto como un verdadero límite moral para las personas que trabajan en ámbito sanitario: les impide tratar a los sujetos autónomos con menor consideración de la que merecen<ref>{{cita publicación|apellido=Childress|nombre=J.F|título=The Place of Autonomy in Bioethics|publicación=Hastings Center Report|fecha=1990|volumen=20|número=1|páginas=12}}</ref>.
[[Archivo:principles.jpg|150px|thumb|Principles of Biomedical Ethics|alt=principles of biomedical ethics]]El '''principio de autonomía''' es el primero de los principios en la '''[[Principialismo|Bioética principialista]]'''. Es un principio que tiene sus raíces en la filosofía moderna, y que en el ámbito sanitario se introduce como contraposición al multisecular paternalismo médico. Éste tiende a considerar al paciente más como un sujeto necesitado de ayuda que como un individuo autónomo capaz de tomar decisiones por sí mismo<ref>{{cita publicación|apellido=Pellegrini|nombre=E.D|título=The Metamorphosis of Medical Ethics|publicación=JAMA|fecha=1993|número=269|páginas=1067}}</ref>.Aparece por tanto como un verdadero límite moral para las personas que trabajan en ámbito sanitario: les impide tratar a los sujetos autónomos con menor consideración de la que merecen<ref>{{cita publicación|apellido=Childress|nombre=J.F|título=The Place of Autonomy in Bioethics|publicación=Hastings Center Report|fecha=1990|volumen=20|número=1|páginas=12}}</ref>.


Beauchamp y Childress hablan del '''sujeto autónomo''' como de aquél cuya autorregulación, siguiendo su significado etimológico, está libre tanto del control y la injerencia de otros, como de limitaciones internas (por ejemplo, el defecto psíquico o la falta de conocimiento de la realidad sobre la que tiene que decidir)<ref>{{cita libro|apellidos=Childress|nombre=J.F|título=Cross Cultural Perspectives in Medical Ethics: Readings|fecha=1989|editorial=Jones & Bartlett|editor=R.M Veatch|páginas=235|ubicación=Boston}}</ref>. La acción autónoma posee para estos autores tres características: '''intencionalidad, conocimiento y ausencia de constricción'''. Las dos últimas admitirían una cierta gradualidad, mientras que la intencionalidad no (o una acción es intencional, o no lo es). Este concepto de autonomía no tendría por qué entrar en conflicto con el de autoridad. Sin embargo es frecuente la experiencia en ámbito sanitario de la contraposición entre la autonomía del paciente y la autoridad del médico. Beauchamp y Childress escriben que generalmente el [[Deontología médica|dominio médico]] esos casos ha ido más allá de lo razonable <ref>{{cita libro|apellidos=Childress|nombre=J.F|título=Principles of Biomedical Ethics|fecha=1979|editorial=Oxford University Press|páginas=59-60|ubicación=New York}}</ref>.
Beauchamp y Childress hablan del '''sujeto autónomo''' como de aquél cuya autorregulación, siguiendo su significado etimológico, está libre tanto del control y la injerencia de otros, como de limitaciones internas (por ejemplo, el defecto psíquico o la falta de conocimiento de la realidad sobre la que tiene que decidir)<ref>{{cita libro|apellidos=Childress|nombre=J.F|título=Cross Cultural Perspectives in Medical Ethics: Readings|fecha=1989|editorial=Jones & Bartlett|editor=R.M Veatch|páginas=235|ubicación=Boston}}</ref>.
La acción autónoma posee para estos autores tres características: '''intencionalidad, conocimiento y ausencia de constricción'''. Las dos últimas admitirían una cierta gradualidad, mientras que la intencionalidad no (o una acción es intencional, o no lo es). Este concepto de autonomía no tendría por qué entrar en conflicto con el de autoridad. Sin embargo es frecuente la experiencia en ámbito sanitario de la contraposición entre la autonomía del paciente y la autoridad del médico. Beauchamp y Childress escriben que generalmente el dominio médico esos casos ha ido más allá de lo razonable <ref>{{cita libro|apellidos=Childress|nombre=J.F|título=Principles of Biomedical Ethics|fecha=1979|editorial=Oxford University Press|páginas=59-60|ubicación=New York}}</ref>.
==Ambito de actuación del principio de autonomía==
==Ambito de actuación del principio de autonomía==


El contenido del '''principio de autonomía''' supone sin duda la mayor novedad de la [[Que es la Bioética (definición)|bioética]] con respecto a la ética médica clásica, que estuvo siempre centrada sobre la beneficencia (y no-maleficencia).Viene utilizado fundamentalmente para resolver las cuestiones entorno al consentimiento informado y al rechazo de determinados servicios sanitarios, tanto en la atención médica habitual como en el ámbito de la investigación<ref>{{cita libro|título=Principles of Biomedical Ethics|fecha=1979|páginas=57}}</ref>una cierta “obligación” de los pacientes a decidir sobre aquellas cuestiones relacionadas con su itinerario diagnóstico y terapéutico <ref>{{cita libro|apellidos=Scheider|nombre=Carl E.|título=The Practice of Autonomy: Patients, Doctors, and Medical Decision|fecha=1998|editorial=Oxford University Press}}</ref>. Beauchamp y Childress no hablan de '''“deber”''' sino de '''“derecho”''' del paciente a tomar dichas decisiones, después de haber sido informado de modo conveniente.
El contenido del '''principio de autonomía''' supone sin duda la mayor novedad de la bioética con respecto a la ética médica clásica, que estuvo siempre centrada sobre la beneficencia (y no-maleficencia).Viene utilizado fundamentalmente para resolver las cuestiones entorno al consentimiento informado y al rechazo de determinados servicios sanitarios, tanto en la atención médica habitual como en el ámbito de la investigación<ref>{{cita libro|título=Principles of Biomedical Ethics|fecha=1979|páginas=57}}</ref>una cierta “obligación” de los pacientes a decidir sobre aquellas cuestiones relacionadas con su itinerario diagnóstico y terapéutico <ref>{{cita libro|apellidos=Scheider|nombre=Carl E.|título=The Practice of Autonomy: Patients, Doctors, and Medical Decision|fecha=1998|editorial=Oxford University Press}}</ref>. Beauchamp y Childress no hablan de '''“deber”''' sino de '''“derecho”''' del paciente a tomar dichas decisiones, después de haber sido informado de modo conveniente.


Concretamente, distinguen dos contenidos del [[principio de autonomía]]:  
Concretamente, distinguen dos contenidos del [[principio de autonomía]]: uno de enunciado '''negativo''', que dice que las acciones autónomas no deben ser controladas por otros<ref>{{cita libro|título=Principles of Biomedical Ethics|fecha=1979|páginas=64}}</ref>;el segundo, de carácter '''positivo''', indica que se han de respetar las visiones y derechos de los individuos, mientras sus pensamientos y acciones no supongan un serio daño para otras personas <ref>{{cita libro|título=Principles of Biomedical Ethics|fecha=1979|enlaceautor=64}}</ref>.Mediante el proceso de la especificación, antes estudiado, se llega a reglas más concretas. Y así, por ejemplo, el respeto a la autonomía obliga entre otras cosas, «''a decir la verdad, a respetar la vida privada de los demás, a proteger la información confidencial y a obtener el consentimiento para las intervenciones sobre los pacientes''» <ref>{{cita libro|título=ibid;|páginas=65}}</ref>.
* Uno de enunciado '''negativo''', que dice que las acciones autónomas no deben ser controladas por otros<ref>{{cita libro|título=Principles of Biomedical Ethics|fecha=1979|páginas=64}}</ref>.
* El segundo, de carácter '''positivo''', indica que se han de respetar las visiones y derechos de los individuos, mientras sus pensamientos y acciones no supongan un serio daño para otras personas <ref>{{cita libro|título=Principles of Biomedical Ethics|fecha=1979|enlaceautor=64}}</ref>.
Mediante el proceso de la especificación, antes estudiado, se llega a reglas más concretas. Y así, por ejemplo, el respeto a la autonomía obliga entre otras cosas, «''a decir la verdad, a respetar la vida privada de los demás, a proteger la información confidencial y a obtener el consentimiento para las intervenciones sobre los pacientes''» <ref>{{cita libro|título=ibid;|páginas=65}}</ref>.


Como subrayan Beauchamp y Childress en más de una ocasión,este principio es uno más entre los de la ética biomédica, y en ningún caso superior al resto<ref>{{cita libro|título=Principles of Biomedical Ethics|fecha=1979|páginas=57}}</ref>.Será siempre un '''principio prima facie''' y en ocasiones deberá ceder ante otras consideraciones morales que en un caso determinado tomen primacía sobre la elección autónoma del paciente. Por ejemplo ante un posible daño para el paciente, o a terceros, o ante la falta de recursos económicos que impida llevar a cabo una determinada elección.
Como subrayan Beauchamp y Childress en más de una ocasión,este principio es uno más entre los de la ética biomédica, y en ningún caso superior al resto<ref>{{cita libro|título=Principles of Biomedical Ethics|fecha=1979|páginas=57}}</ref>.Será siempre un '''principio prima facie''' y en ocasiones deberá ceder ante otras consideraciones morales que en un caso determinado tomen primacía sobre la elección autónoma del paciente. Por ejemplo ante un posible daño para el paciente, o a terceros, o ante la falta de recursos económicos que impida llevar a cabo una determinada elección.


Es por ejemplo el caso de un paciente con un carcinoma incurable e inoperable, que pregunta al [[médico]] si tiene cáncer. Éste responde que está tan sano como diez años atrás. «'''Esta mentira niega al paciente la información''' que puede necesitar para determinar su curso de acción futuro, por tanto infringe el principio del respeto a la autonomía. Aunque se trata de un punto controvertido, dicha mentira podría ser justificada (sopesándola con el principio de beneficencia)»<ref>{{cita libro|título=Principles of Biomedical Ethics|fecha=1979|páginas=67}}</ref>.
Es por ejemplo el caso de un paciente con un carcinoma incurable e inoperable, que pregunta al médico si tiene cáncer. Éste responde que está tan sano como diez años atrás. «'''Esta mentira niega al paciente la información''' que puede necesitar para determinar su curso de acción futuro, por tanto infringe el principio del respeto a la autonomía. Aunque se trata de un punto controvertido, dicha mentira podría ser justificada (sopesándola con el principio de beneficencia)»<ref>{{cita libro|título=Principles of Biomedical Ethics|fecha=1979|páginas=67}}</ref>.


La obligación de respetar las decisiones autónomas de los demás pierde su vigencia cuando los sujetos son '''incapaces de realizar dichas decisiones'''. Los autores citan en este grupo a los infantes, a los suicidas irracionales y a los tóxico dependientes <ref>{{cita libro|título=Principles of Biomedical Ethics|fecha=1979|páginas=65}}</ref>.
La obligación de respetar las decisiones autónomas de los demás pierde su vigencia cuando los sujetos son '''incapaces de realizar dichas decisiones'''. Los autores citan en este grupo a los infantes, a los suicidas irracionales y a los tóxico dependientes <ref>{{cita libro|título=Principles of Biomedical Ethics|fecha=1979|páginas=65}}</ref>.
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===Revelación (''disclosure'')===
===Revelación (''disclosure'')===
El segundo elemento del [[consentimiento informado]] lo constituye la información que recibe el paciente o sujeto de investigación. Existen varios '''modelos para comunicar al paciente''' los datos necesarios, de modo que entienda cuál es su patología y qué posibilidades terapéuticas pueden plantearse. Del mismo modo en el caso del protocolo de experimentación, habrá que explicar el tipo de estudio que se quiere desarrollar y cuáles son los riesgos y beneficios para los participantes, etc.  
El segundo elemento del [[consentimiento informado]] lo constituye la información que recibe el paciente o sujeto de investigación. Existen varios '''modelos para comunicar al paciente''' los datos necesarios, de modo que entienda cuál es su patología y qué posibilidades terapéuticas pueden plantearse. Del mismo modo en el caso del protocolo de experimentación, habrá que explicar el tipo
* El primer modelo se apoya sobre el criterio de la '''práctica profesional''' (''professional practice standard''). Incluye la información que una comisión de expertos en la materia considera oportuna, según la patología o experimentación de que se trate.  
de estudio que se quiere desarrollar y cuáles son los riesgos y beneficios para los participantes, etc. El primer modelo se apoya sobre el criterio de la práctica profesional (''professional practice standard''). Incluye la información que una comisión de expertos en la materia considera oportuna, según la patología o experimentación de que se trate. Otro criterio es el de la persona razonable(''reasonable person standard''). Proporciona la información necesaria para que una persona razonable sea capaz de entender los aspectos fundamentales de la patología, o de los medios terapéuticos disponibles.El tercero es el llamado criterio subjetivo (''subjective standard''). Según los autores sería preferible a los anteriores ya que no establece a priori la información que se ha de dar para cada entidad nosológica. Dependerá en cada caso del individuo que se presenta en la consulta. A primera vista, éste último modelo parece superior a los dos primeros; sin embargo, puede «resultar insuficiente para cubrir las cuestiones legales y éticas»<ref>{{cita libro|título=Principles of Biomedical Ethics|fecha=1979|páginas=83}}</ref>.
* Otro criterio es el de la '''persona razonable'''(''reasonable person standard''). Proporciona la información necesaria para que una persona razonable sea capaz de entender los aspectos fundamentales de la patología, o de los medios terapéuticos disponibles.  
* El tercero es el llamado '''criterio subjetivo''' (''subjective standard'').  
Según los autores sería preferible a los anteriores ya que no establece a priori la información que se ha de dar para cada entidad nosológica. Dependerá en cada caso del individuo que se presenta en la consulta. A primera vista, éste último modelo parece superior a los dos primeros; sin embargo, puede «resultar insuficiente para cubrir las cuestiones legales y éticas»<ref>{{cita libro|título=Principles of Biomedical Ethics|fecha=1979|páginas=83}}</ref>.


Relacionada con la anterior está la cuestión de la '''omisión intencional de información'''. También conocida como privilegio terapéutico, tomando un término del ámbito jurídico. Se trata de callar ciertas informaciones sobre el estado de salud o sobre posibles resultados de ciertas pruebas diagnósticas o terapéuticas, por miedo a provocar un daño grave al paciente. Los ejemplos se podrían multiplicar, ya que el privilegio terapéutico ha sido una herramienta multisecular del buen hacer médico. Sin embargo, en el contexto actual de respeto a la autonomía hay que dar una justificación a este modo de proceder, ya que el sujeto autónomo tiene derecho a recibir toda la información disponible sobre su estado de [[salud]] y sobre las posibilidades reales de los tratamientos disponibles. Beauchamp y Childress explican que el privilegio terapéutico en realidad no contradice el principio de respeto a la autonomía, sino que más bien lo protege, ya que revelar en esos casos toda la información disponible, podría conducir al sujeto a un estado en el que fuera incapaz de realizar una decisión autónoma <ref>{{cita libro|título=Principles of Biomedical Ethics|fecha=1979|páginas=84}}</ref>.
Relacionada con la anterior está la cuestión de la '''omisión intencional de información'''. También conocida como privilegio terapéutico, tomando un término del ámbito jurídico. Se trata de callar ciertas informaciones sobre el estado de salud o sobre posibles resultados de ciertas pruebas diagnósticas o terapéuticas, por miedo a provocar un daño grave al paciente. Los ejemplos se podrían multiplicar, ya que el privilegio terapéutico ha sido una herramienta multisecular del buen hacer médico. Sin embargo, en el contexto actual de respeto a la autonomía hay que dar una justificación a este modo de proceder, ya que el sujeto autónomo tiene derecho a recibir toda la información disponible sobre su estado de [[salud]] y sobre las posibilidades reales de los tratamientos disponibles. Beauchamp y Childress explican que el privilegio terapéutico en realidad no contradice el principio de respeto a la autonomía, sino que más bien lo protege, ya que revelar en esos casos toda la información disponible, podría conducir al sujeto a un estado en el que fuera incapaz de realizar una decisión autónoma <ref>{{cita libro|título=Principles of Biomedical Ethics|fecha=1979|páginas=84}}</ref>.


Ilustran la problemática con el caso de un paciente intervenido repetidamente en el abdomen por calcificaciones biliares. Durante dos años ha estado controlando los fuertes dolores provocados por su patología mediante seis inyecciones diarias de [[Analgésicos|analgésico]]. Esta situación se complica en el tiempo, pues encuentra '''cada vez más dificultad para localizar zonas de inyección'''. Todo lo anterior provoca un deterioro de su estado psíquico y acude desesperado al departamento de psiquiatría. Allí le enseñan técnicas de autocontrol, que le permiten disminuir las inyecciones diarias a cuatro. No quiere bajar de ese número, pues considera que como mínimo necesita esa dosis de analgésico. Los médicos deciden entonces ir disminuyendo la cantidad de fármaco que utiliza en cada dosis, sin decir nada al paciente. De este modo, llegan a eliminar totalmente el analgésico de las inyecciones. Después de comprobar que el control del [[dolor]] sigue siendo bueno, explican al paciente lo que han hecho. Sólo entonces se da cuenta de que con los ejercicios de auto-control es capaz de reducir los dolores a unos niveles de tolerancia mejores incluso a los que conseguía con el fármaco. A la hora de valorar el caso, los médicos que intervinieron justifican su actuación teniendo en cuenta el beneficio final para el paciente, «''aunque resulte precario justificar los medios por el fin''», piensan que, de alguna forma se contaba con un cierto consentimiento implícito o de futuro por parte del paciente. Beauchamp y Childress sostienen que resulta deficiente invocar un consentimiento de este tipo, y buscan la justificación en un admisible uso paternalista del [[placebo]]<ref>{{cita publicación|apellido=Levendusky|nombre=P|apellido2=Pankratz|nombre2=L.|título=Self-Control Techniques as an Alternative to Pain Medication|publicación=Journal of Abnormal Psychology|fecha=1975|número=84|páginas=165-68}}</ref>
Ilustran la problemática con el caso de un paciente intervenido repetidamente en el abdomen por calcificaciones biliares. Durante dos años ha estado controlando los fuertes dolores provocados por su patología mediante seis inyecciones diarias de [[Analgésicos|analgésico]]. Esta situación se complica en el tiempo, pues encuentra '''cada vez más dificultad para localizar zonas de inyección'''. Todo lo anterior provoca un deterioro de su estado psíquico y acude desesperado al departamento de psiquiatría. Allí le enseñan técnicas de autocontrol, que le permiten disminuir las inyecciones diarias a cuatro. No quiere bajar de ese número, pues considera que como mínimo necesita esa dosis de analgésico. Los médicos deciden entonces ir disminuyendo la cantidad de fármaco que utiliza en cada dosis, sin decir nada al paciente. De este modo, llegan a eliminar totalmente el analgésico de las inyecciones. Después de comprobar que el control del [[dolor]] sigue siendo bueno, explican al paciente lo que han hecho. Sólo entonces se da cuenta de que con los ejercicios de auto-control es capaz de reducir los dolores a unos niveles de tolerancia mejores incluso a los que conseguía con el fármaco. A la hora de valorar el caso, los médicos que intervinieron justifican su actuación teniendo en cuenta el beneficio final para el paciente, «''aunque resulte precario justificar los medios por el fin''», piensan que, de alguna forma se contaba con un cierto consentimiento implícito o de futuro por parte del paciente. Beauchamp y Childress sostienen que resulta deficiente invocar un consentimiento de este tipo, y buscan la justificación en un admisible uso paternalista del placebo<ref>{{cita publicación|apellido=Levendusky|nombre=P|apellido2=Pankratz|nombre2=L.|título=Self-Control Techniques as an Alternative to Pain Medication|publicación=Journal of Abnormal Psychology|fecha=1975|número=84|páginas=165-68}}</ref>


Sobre la omisión de información en campo experimental, los autores relatan el estudio realizado en la Universidad de Emory (Atlanta), para investigar la prevalencia del uso de [[Drogadicción|cocaína]] en una determinada población de pacientes, y la veracidad de sus informaciones sobre el uso de droga. Sin embargo, la experimentación se presentaba a los sujetos en cuestión como un estudio sobre la prevalencia de enfermedades de transmisión sexual, y sólo para ello '''se pedía el consentimiento informado'''. A cada participante se le compensaba con una pequeña cantidad de dinero. Debían rellenar un cuestionario que contenían algunas preguntas sobre el uso de droga en los días previos a la entrevista. Al mismo tiempo se recogía una muestra de orina, en la que se estudiaba el contenido de metabolitos de la cocaína (que se pueden descubrir en los tres días siguientes a la suministración). Los investigadores justificaban su actuación diciendo que de otro modo habría sido difícil lograr enrolar a la población deseada para el estudio.
Sobre la omisión de información en campo experimental, los autores relatan el estudio realizado en la Universidad de Emory (Atlanta), para investigar la prevalencia del uso de [[Drogadicción|cocaína]] en una determinada población de pacientes, y la veracidad de sus informaciones sobre el uso de droga. Sin embargo, la experimentación se presentaba a los sujetos en cuestión como un estudio sobre la prevalencia de enfermedades de transmisión sexual, y sólo para ello '''se pedía el consentimiento informado'''. A cada participante se le compensaba con una pequeña cantidad de dinero. Debían rellenar un cuestionario que contenían algunas preguntas sobre el uso de droga en los días previos a la entrevista. Al mismo tiempo se recogía una muestra de orina, en la que se estudiaba el contenido de metabolitos de la cocaína (que se pueden descubrir en los tres días siguientes a la suministración). Los investigadores justificaban su actuación diciendo que de otro modo habría sido difícil lograr enrolar a la población deseada para el estudio.


Beauchamp y Childress comentando el caso, concluyen que «''aunque en ocasiones el consentimiento informado es innecesario,este estudio sobre el uso de cocaína no representa un ejemplo legítimo''» <ref>{{cita publicación|apellido=McNagy|nombre=S.E|apellido2=Parker|nombre2=R.M.|título=High Prevalence of Recent Cocaine Use and the Unreliability of Patients Self-Report in an Inner-City Walk-in-Clinic|publicación=JAMA|fecha=1992|número=267|páginas=1118-19}}</ref>Después de presentar el caso, señalan las condiciones que harían '''justificable la falta de información''' en un protocolo de experimentación: necesidad de plantear así el estudio para obtener información vital, exclusión de riesgos graves, conocimiento por parte de los participantes de la falta de información, y consentimiento bajo esas condiciones<ref>{{cita libro|título=Principles of Biomedical Ethics|fecha=1979|páginas=87}}</ref>.
Beauchamp y Childress comentando el caso, concluyen que «''aunque en ocasiones el consentimiento informado es innecesario,este estudio sobre el uso de cocaína no representa un ejemplo legítimo''» <ref>{{cita publicación|apellido=McNagy|nombre=S.E|apellido2=Parker|nombre2=R.M.|título=High Prevalence of Recent Cocaine Use and the Unreliability of Patients Self-Report in an Inner-City Walk-in-Clinic|publicación=JAMA|fecha=1992|número=267|páginas=1118-19}}</ref>Después de presentar el caso, señalan las condiciones que harían '''justificable la falta de información''' en un protocolo de experimentación: necesidad de plantear así el estudio para obtener información vital, exclusión de riesgos graves, conocimiento por parte de los participantes de la falta de información, y consentimiento bajo esas condiciones<ref>{{cita libro|título=Principles of Biomedical Ethics|fecha=1979|páginas=87}}</ref>.

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