Edición de «Dolor»

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Tiene causas: como puede ser un trauma o una [[enfermedad]], separables del dolor (una enfermedad puede no hacerse sentir). No es una sensación del alma, o de la mente, ni del cuerpo volumétrico o masivo, '''sino del cuerpo sensibilizado'''. Es, entonces, una sensación psicosomática.
Tiene causas: como puede ser un trauma o una enfermedad, separables del dolor (una enfermedad puede no hacerse sentir). No es una sensación del alma, o de la mente, ni del cuerpo volumétrico o masivo, '''sino del cuerpo sensibilizado'''. Es, entonces, una sensación psicosomática.


=== Acercamiento histórico ===
=== Acercamiento histórico ===
Dos escenarios han contribuido al menos en Occidente a la interpretación del dolor presentes en la cultura occidental. Se trata de la '''concepción greco-romana y de la concepción judeocristiana.'''  
Dos escenarios han contribuido al menos en Occidente a la interpretación del dolor presentes en la cultura occidental. Se trata de la '''concepción greco-romana y de la concepción judeocristiana.'''  
* En el '''mundo greco-romano el dolor:''' era interpretado como una experiencia natural y en cierto sentido fatal y trágica que no podía ser desterrada del mundo. Según los antiguos griegos, la naturaleza humana con sus procesos de generación y corrupción llevan pareja la felicidad, el dolor y la [[muerte]]. Es la misma naturaleza la que genera y ulteriormente desemboca en el dolor y la muerte. En relación con este poder de la naturaleza, el mundo greco-romano señala que el hombre solo puede cargar con el peso del dolor. Como mucho puede gobernarlo con su arte, con su ciencia, pero '''nunca eliminarlo de su [[vida]]'''.
* En el '''mundo greco-romano el dolor:''' era interpretado como una experiencia natural y en cierto sentido fatal y trágica que no podía ser desterrada del mundo. Según los antiguos griegos, la naturaleza humana con sus procesos de generación y corrupción llevan pareja la felicidad, el dolor y la [[muerte]]. Es la misma naturaleza la que genera y ulteriormente desemboca en el dolor y la muerte. En relación con este poder de la naturaleza, el mundo greco-romano señala que el hombre solo puede cargar con el peso del dolor. Como mucho puede gobernarlo con su arte, con su ciencia, pero '''nunca eliminarlo de su vida'''.


* En el '''contexto judeo-cristiano:''' el dolor es considerado no tanto como un evento natural sino como un evento histórico. El dolor como experiencia humana y no solo fuerza natural, puede ser gobernado e incluso superado. Según el mundo judío y cristiano, existe dolor en el mundo por la culpa de origen. No es, por tanto, consecuencia del destino o del recorrido natural de lo creado, sino que es fruto de la libertad del hombre, que ciertamente es un misterio. Por eso, a través de la libertad, el misterio del dolor aparece en el mundo, pero según la visión judeo-cristiana también el '''dolor es capaz de salir de este mundo''' y de no tener la última palabra.  
* En el '''contexto judeo-cristiano:''' el dolor es considerado no tanto como un evento natural sino como un evento histórico. El dolor como experiencia humana y no solo fuerza natural, puede ser gobernado e incluso superado. Según el mundo judío y cristiano, existe dolor en el mundo por la culpa de origen. No es, por tanto, consecuencia del destino o del recorrido natural de lo creado, sino que es fruto de la libertad del hombre, que ciertamente es un misterio. Por eso, a través de la libertad, el misterio del dolor aparece en el mundo, pero según la visión judeo-cristiana también el '''dolor es capaz de salir de este mundo''' y de no tener la última palabra.  
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# Como '''experiencia''' '''cotidiana''' que se va acumulando progresivamente en la vida (en las de todos los hombres sin excepción antes o después).
# Como '''experiencia''' '''cotidiana''' que se va acumulando progresivamente en la vida (en las de todos los hombres sin excepción antes o después).
# Como '''experiencia''' '''límite''', aguda e imprevista.  
# Como '''experiencia''' '''límite''', aguda e imprevista.  
Ambos se relacionan y hacen siempre que el hombre se interrogue por las cuestiones capitales de su vida: ¿Quién soy, qué debo hacer, a qué estoy llamado a participar, qué sentido tiene la vida, la muerte...?  
Ambos se relacionan y hacen siempre que el hombre se interrogue por las  cuestiones capitales de su vida: ¿quién soy, qué debo hacer, a qué estoy llamado a participar, qué sentido tiene la vida, la muerte...?  
[[Archivo:Conocimiento del dolor.jpg|miniaturadeimagen|En el dolor hay algo de misterio. Hay algo de misterio en el dolor y solo a través de la experiencia dolorosa se puede conocer lo que este sea.]]
[[Archivo:Conocimiento del dolor.jpg|miniaturadeimagen|En el dolor hay algo de misterio. Hay algo de misterio en el dolor y solo a través de la experiencia dolorosa se puede conocer lo que este sea.]]
Lo primero que posible a señalar es que se está ante una cuestión más compleja en general de todas las disciplinas científicas, entendiendo por estas no solo las experimentales. Hoy en día se trata del dolor en los hospitales y en las consultas y se focaliza la atención en el dolor más que en los dolores. Ciertas ciencias que se ocupan competentemente del dolor como la psicología, la medicina, la antropología etc, deben recalar igualmente  en la importancia de la experiencia del dolor porque el dolor no es cuestión de cifras, de niveles, de fallos orgánicos,  que también. En este sentido, el '''dolor''' encurva al '''hombre''', le aprisiona en el sufrimiento y le '''cuestiona sobre su propia existencia'''.  
Lo primero que posible a señalar es que se está ante una cuestión más compleja en general de todas las disciplinas científicas, entendiendo por estas no solo las experimentales. Hoy en día se trata del dolor en los hospitales y en las consultas y se focaliza la atención en el dolor más que en los dolores. Ciertas ciencias que se ocupan competentemente del dolor como la psicología, la medicina, la antropología etc, deben recalar igualmente  en la importancia de la experiencia del dolor porque el dolor no es cuestión de cifras, de niveles, de fallos orgánicos,  que también. En este sentido, el '''dolor''' encurva al '''hombre''', le aprisiona en el sufrimiento y le '''cuestiona sobre su propia existencia'''.  
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Afrontar el dolor es aceptar la condición de finitud en el horizonte de la vida. El dolor pertenece al misterio del hombre, es más, el dolor es un misterio como titulaba una de las obras de Laín: ''Mysterium Doloris''. Solo '''ante el dolor el hombre cae en la cuenta''' o mejor discrimina en lo que es realmente importante y lo que en el fondo no lo es, aunque en muchas ocasiones es posible verse por las cosas superficiales e intrascendentes de la vida. Porque en el fondo el hombre es el único animal que busca un porqué. Por eso deber del médico es también ayudar a buscar el sentido de la vida en el hombre doliente.  
Afrontar el dolor es aceptar la condición de finitud en el horizonte de la vida. El dolor pertenece al misterio del hombre, es más, el dolor es un misterio como titulaba una de las obras de Laín: ''Mysterium Doloris''. Solo '''ante el dolor el hombre cae en la cuenta''' o mejor discrimina en lo que es realmente importante y lo que en el fondo no lo es, aunque en muchas ocasiones es posible verse por las cosas superficiales e intrascendentes de la vida. Porque en el fondo el hombre es el único animal que busca un porqué. Por eso deber del médico es también ayudar a buscar el sentido de la vida en el hombre doliente.  


El hombre que no encuentra un sentido a su vida se muere de dolor. Preguntarse por el sentido de la vida no es o debería ser consecuencia sintomática de sufrir una enfermedad, sino que su propia naturaleza le empuja a ello. Le empuja a preguntarse por las cosas fundantes. Esa necesidad existencial la tiene que colmar el hombre desde su interior. No puede ser colmada o cerrada en falso por la sociedad de consumo que le rodea y que le puede ofrecer una respuesta momentáneamente satisfactoria. El dolor puede ayudar a la [[persona]] a encontrar el sentido de su '''existencia''' y '''paradójicamente''' a '''encontrarse''' con la '''felicidad'''. Porque la felicidad implica un encuentro siempre. Cierto y verdad es que el encuentro pueden producirse con el dinero, con el placer, con el éxito, pero estas situaciones nunca son finales, son siempre mediales.  
El hombre que no encuentra un sentido a su vida se muere de dolor. Preguntarse por el sentido de la vida no es o debería ser consecuencia sintomática de sufrir una enfermedad, sino que su propia naturaleza le empuja a ello. Le empuja a preguntarse por las cosas fundantes. Esa necesidad existencial la tiene que colmar el hombre desde su interior. No puede ser colmada o cerrada en falso por la sociedad de consumo que le rodea y que le puede ofrecer una respuesta momentáneamente satisfactoria. El dolor puede ayudar a la persona a encontrar el sentido de su '''existencia''' y '''paradójicamente''' a '''encontrarse''' con la '''felicidad'''. Porque la felicidad implica un encuentro siempre. Cierto y verdad es que el encuentro pueden producirse con el dinero, con el placer, con el éxito, pero estas situaciones nunca son finales, son siempre mediales.  


El dolor y la enfermedad se encargan de desnudar la adventicia estructura que en torno a ellas el hombre construye. No conviene huir o silenciar lo fundante; es cuestión de tiempo, cuanto antes el hombre encuentre el '''verdadero sentido de la vida''' podrá ser más feliz.  
El dolor y la enfermedad se encargan de desnudar la adventicia estructura que en torno a ellas el hombre construye. No conviene huir o silenciar lo fundante; es cuestión de tiempo, cuanto antes el hombre encuentre el '''verdadero sentido de la vida''' podrá ser más feliz.  
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== La visión religiosa ==
== La visión religiosa ==
Solo el cristianismo tiene una explicación que se concentra no en una doctrina sino en un concreto hecho histórico: la Persona de Jesucristo clavada en la Cruz. El hecho de que Dios asumiese todo tipo de dolores, físicos y psíquicos, hace al menos preguntarse: ¿Qué sentido tiene el dolor cuando en esa proporción es asumido por Jesús? ¿Qué sentido y por qué así de esa forma, no se podría haber concluido de otra forma?, ante esta pregunta, la siguiente reflexión de [[Juan Pablo II]]: <blockquote>''”Dios que además de Omnipotente es Sabiduría y Amor, desea, por así decirlo, justificarse ante la historia del hombre. No es el Absoluto que está fuera del mundo. ¡No, absolutamente no! Dios no es solamente alguien que está fuera del mundo, feliz de Ser el Sí mismo, el más sabio y omnipotente. Su sabiduría y omnipotencia se ponen, por libre elección, al servicio de la criatura. Si en la historia humana está presente el sufrimiento, se entiende entonces porqué su omnipotencia se manifestó con la omnipotencia de la humillación mediante la Cruz. El escándalo de la Cruz sigue siendo la clave de interpretación del gran misterio del sufrimiento, que pertenece de modo tan integral a la historia del hombre. En eso concuerdan incluso los críticos contemporáneos del cristianismo. Incluso ellos ven que Cristo crucificado es una prueba de la solidaridad de Dios con el hombre que sufre”<ref>{{Cita libro|apellidos=Juan Pablo II|nombre=|enlaceautor=|título=Cruzando el umbral de la esperanza|url=|fechaacceso=|año=1994|editorial=PLAZA &amp; JANES|isbn=9788401326042|editor=|ubicación=Barcelona|página=224|idioma=|capítulo=}}</ref>.'' </blockquote>
Solo el cristianismo tiene una explicación que se concentra no en una doctrina sino en un concreto hecho histórico: la Persona de Jesucristo clavada en la Cruz. El hecho de que Dios asumiese todo tipo de dolores, físicos y psíquicos, hace al menos preguntarse: ¿qué sentido tiene el dolor cuando en esa proporción es asumido por Jesús? ¿Qué sentido y por qué así de esa forma, no se podría haber concluido de otra forma?, ante esta pregunta, la siguiente reflexión de Juan Pablo II: <blockquote>''”Dios que además de Omnipotente es Sabiduría y Amor, desea, por así decirlo, justificarse ante la historia del hombre. No es el Absoluto que está fuera del mundo. ¡No, absolutamente no! Dios no es solamente alguien que está fuera del mundo, feliz de Ser el Sí mismo, el más sabio y omnipotente. Su sabiduría y omnipotencia se ponen, por libre elección, al servicio de la criatura. Si en la historia humana está presente el sufrimiento, se entiende entonces porqué su omnipotencia se manifestó con la omnipotencia de la humillación mediante la Cruz. El escándalo de la Cruz sigue siendo la clave de interpretación del gran misterio del sufrimiento, que pertenece de modo tan integral a la historia del hombre. En eso concuerdan incluso los críticos contemporáneos del cristianismo. Incluso ellos ven que Cristo crucificado es una prueba de la solidaridad de Dios con el hombre que sufre”<ref>{{Cita libro|apellidos=Juan Pablo II|nombre=|enlaceautor=|título=Cruzando el umbral de la esperanza|url=|fechaacceso=|año=1994|editorial=PLAZA &amp; JANES|isbn=9788401326042|editor=|ubicación=Barcelona|página=224|idioma=|capítulo=}}</ref>.'' </blockquote>
[[Archivo:Social.jpg|miniaturadeimagen|Cuando se cae en la cuenta de que uno no tiene en sí su origen, ni en sus manos, está su fin, puede hacer de su vida donación, puede caminar en la senda del don.]]
[[Archivo:Social.jpg|miniaturadeimagen|Cuando se cae en la cuenta de que uno no tiene en sí su origen, ni en sus manos, está su fin, puede hacer de su vida donación, puede caminar en la senda del don.]]
El misterio del hombre, de todo hombre y de todo el hombre, como recordaba el mismo Papa siempre que tenía ocasión solo se esclarece a la luz del misterio del Verbo Encarnado<ref>{{Cita publicación|url=http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19651207_gaudium-et-spes_sp.html|título=GAUDIUM ET SPES|apellidos=Concilio Vaticano II|nombre=|fecha=|publicación=7 de diciembre de 1965|fechaacceso=31 de julio de 2020|doi=|pmid=}}</ref> y crucificado. El misterio del hombre recibe entonces luz del misterio de Cristo. Por ello, la Pasión de Jesucristo es el posible lugar de referencia del hombre doliente. Cristo en la carne de cada hombre se muestra doliente, sufriente, inocente. Así se perpetúa a través de los tiempos y permanece en la historia. Hasta ese punto incomprensible ha querido Dios que cada persona se uniera a su Hijo, queriendo asociar el sufrimiento y dolor al suyo de su Pasión. Es ya un gozo inexplicable el poder correr la misma suerte. Entonces, el dolor y el sufrimiento cambian radicalmente de perspectiva y la vida, el sentido de la vida, es radicalmente mutado. Deductivamente el cuerpo humano dolorido experimenta una espiritualización, es más, una divinización, como ocurrió en el cuerpo del Crucificado. Por eso la lógica divina todopoderosa y sabia, apunta que para '''vivir y vivir en plenitud hay que morir'''. El hombre nace para morir, pero el morir humano es para vivir en plenitud. Pero no cabe deducir que todo ocurre porque Dios ama, vive de amor, crea por amor, prepara todo por amor y muere de amor. El amor trasciende y limpia el dolor. Esto es completamente compatible en la lucha contra el dolor y la enfermedad.  
El misterio del hombre, de todo hombre y de todo el hombre, como recordaba el mismo Papa siempre que tenía ocasión solo se esclarece a la luz del misterio del Verbo Encarnado<ref>{{Cita publicación|url=http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19651207_gaudium-et-spes_sp.html|título=GAUDIUM ET SPES|apellidos=Concilio Vaticano II|nombre=|fecha=|publicación=7 de diciembre de 1965|fechaacceso=31 de julio de 2020|doi=|pmid=}}</ref> y crucificado. El misterio del hombre recibe entonces luz del misterio de Cristo. Por ello, la Pasión de Jesucristo es el posible lugar de referencia del hombre doliente. Cristo en la carne de cada hombre se muestra doliente, sufriente, inocente. Así se perpetúa a través de los tiempos y permanece en la historia. Hasta ese punto incomprensible ha querido Dios que cada persona se uniera a su Hijo, queriendo asociar el sufrimiento y dolor al suyo de su Pasión. Es ya un gozo inexplicable el poder correr la misma suerte. Entonces, el dolor y el sufrimiento cambian radicalmente de perspectiva y la vida, el sentido de la vida, es radicalmente mutado. Deductivamente el cuerpo humano dolorido experimenta una espiritualización, es más, una divinización, como ocurrió en el cuerpo del Crucificado. Por eso la lógica divin a todopoderosa y sabia, apunta que para '''vivir y vivir en plenitud hay que morir'''. El hombre nace para morir, pero el morir humano es para vivir en plenitud. Pero no cabe deducir que todo ocurre porque Dios ama, vive de amor, crea por amor, prepara todo por amor y muere de amor. El amor trasciende y limpia el dolor. Esto es completamente compatible en la lucha contra el dolor y la enfermedad.  


El mismo Jesús se encargó en muchos casos de eliminarla con su poder divino. Pasó la mayor parte de su etapa pública con los enfermos y los que sufrían por la enfermedad cuya sociedad judía de la época consideraba malditos y apestados. En cambio, para Jesús eran sus preferidos. Por lo tanto, el hombre separa lo que es dolor en sí, de lo que se puede sacar del dolor y aquello en lo que el dolor puede acabar convertido. Lo primero es y será siempre horrible, lo segundo y lo tercero pueden llegar a ser maravillosos. A partir de aquí, el sufrimiento será trastocado radicalmente: el '''dolor puede ser vinculado al amor.''' Dios no es impasible ante el dolor sino que lo asume y le da sentido.  
El mismo Jesús se encargó en muchos casos de eliminarla con su poder divino. Pasó la mayor parte de su etapa pública con los enfermos y los que sufrían por la enfermedad cuya sociedad judía de la época consideraba malditos y apestados. En cambio, para Jesús eran sus preferidos. Por lo tanto, el hombre separa lo que es dolor en sí, de lo que se puede sacar del dolor y aquello en lo que el dolor puede acabar convertido. Lo primero es y será siempre horrible, lo segundo y lo tercero pueden llegar a ser maravillosos. A partir de aquí, el sufrimiento será trastocado radicalmente: el '''dolor puede ser vinculado al amor.''' Dios no es impasible ante el dolor sino que lo asume y le da sentido.  
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Dios no calla ante el dolor, el sufrimiento o la muerte, sino que responde precisamente ante su última Palabra. Jesús no explica teóricamente el sufrimiento, sino que da sentido y orientación a todo; da un sentido a la existencia de todo. Para Jesús, la causa del sufrimiento última es la ausencia del reino de Dios<ref>{{Cita web|url=https://www.biblegateway.com/passage/?search=Lucas+13%3A10-17&version=RVR1960|título=Lucas 13:10-17}}</ref>. La presencia del mal, del dolor y del sufrimiento indican que aún no ha llega do en plenitud el reino de Dios<ref>{{Cita web|url=https://www.bibliacatolica.com.br/biblia-latinoamericana/evangelio-segun-san-juan/9/|título="Evangelio según San Juan, 9 "}}</ref>. En Jesús se ve un Dios que no se goza del dolor que padece el hombre. Jesús acude a todos los lugares donde está el mal que hace sufrir a los hombres, y no se queda resignado, lucha contra ese mundo de dolor y sufrimiento; es más, Él mismo asume las debilidades, contingencias del mundo y del hombre. '''Jesús asumirá el dolor''' pero no para eternizarlo, sino '''para transfigurarlo''', para transformar todo el dolor y cruces de la historia que acabarán para siempre en la Parusía.  
Dios no calla ante el dolor, el sufrimiento o la muerte, sino que responde precisamente ante su última Palabra. Jesús no explica teóricamente el sufrimiento, sino que da sentido y orientación a todo; da un sentido a la existencia de todo. Para Jesús, la causa del sufrimiento última es la ausencia del reino de Dios<ref>{{Cita web|url=https://www.biblegateway.com/passage/?search=Lucas+13%3A10-17&version=RVR1960|título=Lucas 13:10-17}}</ref>. La presencia del mal, del dolor y del sufrimiento indican que aún no ha llega do en plenitud el reino de Dios<ref>{{Cita web|url=https://www.bibliacatolica.com.br/biblia-latinoamericana/evangelio-segun-san-juan/9/|título="Evangelio según San Juan, 9 "}}</ref>. En Jesús se ve un Dios que no se goza del dolor que padece el hombre. Jesús acude a todos los lugares donde está el mal que hace sufrir a los hombres, y no se queda resignado, lucha contra ese mundo de dolor y sufrimiento; es más, Él mismo asume las debilidades, contingencias del mundo y del hombre. '''Jesús asumirá el dolor''' pero no para eternizarlo, sino '''para transfigurarlo''', para transformar todo el dolor y cruces de la historia que acabarán para siempre en la Parusía.  


La solidaridad de Jesús es tal que le lleva a la muerte, pero tras la muerte, la resurrección como signo de victoria, de vida. El dolor ha quedado aniquilado. Ya no habrá más muerte, ni dolor, ni lágrimas porque el primer mundo ha pasado... todo lo hago nuevo<ref>{{Cita web|url=https://www.biblegateway.com/passage/?search=Apocalipsis+21%3A4&version=LBLA|título=Apocalipsis 21:4}}</ref>. Ante el dolor el creyente espera. Puede mantenerse en la esperanza a pesar del sufrimiento. Quien cree en Jesús todavía no está en la plenitud. Tiempo de lágrimas, de pruebas pero antesala del triunfo definitivo, porque la pascua vive triunfante para siempre. Él es la plenitud para siempre. Por ello, el creyente, a pesar del dolor no desespera ante la confianza que le da la bondad y el poder de Dios, que transformará la vida de cada uno como transformó la vida de Jesús. Dios consuela con la gracia en la desgracia. '''Dios protege del sufrimiento aunque no libera de él.''' Todo hombre pasa o pasará por Getsemaní, pero está llamado a no sufrir desesperanza porque sabe que Dios está allí, para sostenerle, para acompañarle, para auxiliarle. Jesús se adelanta en el camino, pero no sustituye el caminar. Sí lo recorre con los hombres y está a su lado animándolos con su amor que es renovador y triunfador sobre el dolor y el sufrimiento. No es una resignación infantil y de hombres antiguos.  
La solidaridad de Jesús es tal que le lleva a la muerte, pero tras la muerte, la resurrección como signo de victoria, de vida. El dolor ha quedado aniquilado. Ya no habrá más muerte, ni dolor, ni lágrimas porque el primer mundo ha pasado... todo lo hago nuevo<ref>{{Cita web|url=https://www.biblegateway.com/passage/?search=Apocalipsis+21%3A4&version=LBLA|título=Apocalipsis 21:4}}</ref>. Ante el dolor el creyente espera. Puede mantenerse en la esperanza a pesar del sufrimiento. Quien cree en Jesús todavía no está en la plenitud. Tiempo de lágrimas, de pruebas pero antesala del triunfo definitivo, porque la pascua vive triunfante para siempre. Él es la plenitud para siempre. Por ello, el creyente, a pesar del dolor no desespera ante la confianza que le da la bondad y el poder de Dios, que transformará la vida de cada uno como transformó la vida de Jesús. Dios consuela con la gracia en la desgracia. '''Dios protege del sufrimiento aunque no libera de él.''' Todo hombre pasa o pasará por Getsemaní, pero está llamado a no sufrir desesperanza porque sabe que Dios está allí, para sostenerle, para acompñarle, para auxiliarle. Jesús se adelanta en el camino, pero no sustituye el caminar. Sí lo recorre con los hombrea y está a su lado animándolos con su amor que es renovador y triunfador sobre el dolor y el sufrimiento. No es una resignación infantil y de hombres antiguos.  


La plenitud de lo humano se manifiesta en Cristo perfecto Dios y perfecto hombre. De aquí le viene al hombre doliente su capacidad de hacer espacio al amor, transformando el sufrimiento con amor. '''El amor posibilita aliviar el dolor propio y ajeno''', encauzando la presencia del reino de Dios. El que ama a Dios y se deja amar por Él no solo no levanta cruces contra los demás sino que se olvida de sí en la medida que puede para servir a los demás dando lo que él gratuitamente ha recibido. En este sentido los creyentes tienen que crear caminos para atender a los no creyentes, con su solidaridad, comunicación, servicio, amor, etc. La presencia, el acompañamiento a veces duro y en no pocas ocasiones aparentemente estéril, paulatinamente irá abriendo al no creyente a preguntarse los porqué que todo hombre se plantea. La presencia, la comunicación, el diálogo son cauces de consuelo, de intimidad, de amistad. En ese recinto la transmisión de la fe sale sola porque son las obras las que hablan. En este contexto, si se puede, las palabras transmitirán la fe en el Dios de la vida y del amor. Por el oído llega la fe, con la vida, la esperanza y con el servicio al amor. Podrá ser destinatario del amor transfigurador que dé sentido al dolor y al sufrimiento y que le anticipe la felicidad con la que no había ni imaginado.
La plenitud de lo humano se manifiesta en Cristo perfecto Dios y perfecto hombre. De aquí le viene al hombre doliente su capacidad de hacer espacio al amor, transformando el sufrimiento con amor. '''El amor posibilita aliviar el dolor propio y ajeno''', encauzando la presencia del reino de Dios. El que ama a Dios y se deja amar por Él no solo no levanta cruces contra los demás sino que se olvida de sí en la medida que puede para servir a los demás dando lo que él gratuitamente ha recibido. En este sentido los creyentes tienen que crear caminos para atender a los no creyentes, con su solidaridad, comunicación, servicio, amor, etc. La presencia, el acompañamiento a veces duro y en no pocas ocasiones aparentemente estéril, paulatinamente irá abriendo al no creyente a preguntarse los porqué que todo hombre se plantea. La presencia, la comunicación, el diálogo son cauces de consuelo, de intimidad, de amistad. En ese recinto la transmisión de la fe sale sola porque son nuestras obras las que hablan. En este contexto, si se puede, las palabras transmitirán la fe en el Dios de la vida y del amor. Por el oído llega la fe, con la vida, la esperanza y con el servicio al amor. Podrá ser destinatario del amor transfigurador que dé sentido al dolor y al sufrimiento y que le anticipe la felicidad con la que no había ni imaginado.


Se incluye a modo de concluir estas líneas con la '''confidencia de un enfermo terminal''' y gran escritor castellano que deja a las claras hasta qué punto, la crudeza del dolor y del sufrimiento humanos pueden por un humano ser cambiadas cuando Dios da sentido a la vida y por tanto al dolor: <blockquote>''“jamás pido a Dios que me cure mi enfermedad. No lo pido porque me parece un abuso de confianza, pero sobre todo, porque temo que, si me quitase Dios mi enfermedad, me estaría privando de una de las pocas cosas buenas que tengo: mi posibilidad de colaborar con Él más íntimamente, más realmente. Le pido, sí, que me ayude a llevar la enfermedad con alegría; le pido  que la haga fructificar, que no la estropee yo por mi egoísmo o mi necesidad de cariño. Pero que no me la quite. Estar, vivir en el Huerto no es ningún placer, pero sí es un regalo, un don, tal vez el único que, al final de mi vida, pueda yo poner en sus manos de Padre”''<ref>{{Cita publicación|url=https://www.interrogantes.net/jose-luis-martin-descalzo-reflexiones-de-un-enfermo-en-torno-al-dolor/|título=“Reflexiones de un enfermo en torno al dolor”|apellidos=Martín Descalzo|nombre=José Luis|fecha=9 d diciembre de 2007|publicación=Interrogantes|fechaacceso=31 de julio de 2020|doi=|pmid=}}</ref>. </blockquote>Pocas veces en tan pocas líneas se puede decir tanto. El hombre que se encuentra con Cristo puede desde esa amistad poder decir y sobretodo vivir esto. '''Dios''' '''asegura''' la '''comprensión''' de la vida y también del dolor y sufrimiento cuando Él desentrañe el misterio y solo exista la luz.  
Se incluye a modo de concluir estas líneas con la '''confidencia de un enfermo terminal''' y gran escritor castellano que deja a las claras hasta qué punto, la crudeza del dolor y del sufrimiento humanos pueden por un humano ser cambiadas cuando Dios da sentido a la vida y por tanto al dolor: <blockquote>''“jamás pido a Dios que me cure mi enfermedad. No lo pido porque me parece un abuso de confianza, pero sobre todo, porque temo que, si me quitase Dios mi enfermedad, me estaría privando de una de las pocas cosas buenas que tengo: mi posibilidad de colaborar con Él más íntimamente, más realmente. Le pido, sí, que me ayude a llevar la enfermedad con alegría; le pido  que la haga fructificar, que no la estropee yo por mi egoísmo o mi necesidad de cariño. Pero que no me la quite. Estar, vivir en el Huerto no es ningún placer, pero sí es un regalo, un don, tal vez el único que, al final de mi vida, pueda yo poner en sus manos de Padre”''<ref>{{Cita publicación|url=https://www.interrogantes.net/jose-luis-martin-descalzo-reflexiones-de-un-enfermo-en-torno-al-dolor/|título=“Reflexiones de un enfermo en torno al dolor”|apellidos=Martín Descalzo|nombre=José Luis|fecha=9 d diciembre de 2007|publicación=Interrogantes|fechaacceso=31 de julio de 2020|doi=|pmid=}}</ref>. </blockquote>Pocas veces en tan pocas líneas se puede decir tanto. El hombre que se encuentra con Cristo puede desde esa amistad poder decir y sobretodo vivir esto. '''Dios''' '''asegura''' la '''comprensión''' de la vida y también del dolor y sufrimiento cuando Él desentrañe el misterio y solo exista la luz.  

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