Edición de «Metabioética»

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== Introducción ==
== Introducción ==
[[Archivo:Examinar.jpg|miniaturadeimagen|Habla de un estudio que debería ser un diálogo multidisciplinar, ya que supone las diversas ciencias actuales de la vida y de la salud.]]
[[Archivo:Examinar.jpg|miniaturadeimagen|Habla de un estudio que debería ser un diálogo multidisciplinar, ya que supone las diversas ciencias actuales de la vida y de la salud.]]
La definición contenida en la primera edición de la ''Encyclopedia of Bioethics'', elaborada por Reich y admitida actualmente como clásica en el mundo bioético, afirma que la bioética es "'''''el estudio sistemático de la conducta humana en el ámbito de las ciencias de la [[vida]] y de la [[salud]], cuando tal conducta es examinada a la luz de los valores y principios morales'''"''.  
La definición contenida en la primera edición de la ''Encyclopedia of Bioethics'', elaborada por Reich y admitida actualmente como clásica en el mundo bioético, afirma que la bioética es "'''''el estudio sistemático de la conducta humana en el ámbito de las ciencias de la [[vida]] y de la [[salud]], cuando tal conducta es examinada a la luz de los valores y principios morales'''"''. Pues bien, según esta definición, el saber bioético es un saber práctico, no en el sentido que tenga una finalidad simplemente práctica, renunciando a fundamentarse desde el punto de vista teórico, sino en el sentido que estudia una praxis humana: las intervenciones en el campo de la ciencia de la vida y de la salud, categoriza los criterios éticos capaces de orientarla. Es decir, la bioética es formalmente una rama o subdisciplina del saber ético que trata de responder a la pregunta moral de cuáles son los límites del hombre sobre la vida tanto humana como no humana.  


Pues bien, según esta definición de Reich, el saber bioético es un '''saber práctico''', no en el sentido que tenga una finalidad simplemente práctica, renunciando a fundamentarse desde el punto de vista teórico, sino en el sentido que estudia una praxis humana: "las intervenciones en el campo de la ciencia de la vida y de la salud, categoriza los criterios éticos capaces de orientarla". 
Responder a dicha pregunta supondría identificar los valores y principios que orienten la conducta humana en el campo de la vida y de la salud. La ciencia, desde sus propias categorías, no sería suficiente para responder los interrogantes axiológicos y ontológicos que ello conlleva. Para ello, es necesario acudir a la filosofía y más concretamente a la '''filosofía''' '''moral''', de ahí se podría decir que esta es '''indispensable''' en el ámbito de la '''metodología''' '''interdisciplinar''' de la [[Bioética (definición)|bioética]].  
 
Concordando con lo anterior, la bioética es formalmente una rama o '''subdisciplina''' del '''saber ético''' que trata de responder a la pregunta moral de cuáles son los límites del hombre sobre la vida tanto humana como no humana.  
 
La ciencia, desde sus propias categorías, no sería suficiente para responder los interrogantes axiológicos y ontológicos que ello conlleva. Para ello, es necesario acudir a la filosofía y más concretamente a la '''filosofía''' '''moral''', de ahí se podría decir que esta es '''indispensable''' en el ámbito de la '''metodología''' '''interdisciplinar''' de la [[Bioética (definición)|bioética]].  


Establecida la necesidad de la filosofía, sería importante determinar cuál papel debe desempeñar ésta en la bioética, apareciendo así el problema de la fundamentación o metabioética. Problema que no se debería pasar por alto por dos razones fundamentales es:
Establecida la necesidad de la filosofía, sería importante determinar cuál papel debe desempeñar ésta en la bioética, apareciendo así el problema de la fundamentación o metabioética. Problema que no se debería pasar por alto por dos razones fundamentales es:
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== Las teoría éticas ==
== Las teoría éticas ==
Las teorías éticas contemporáneas son muchas y diferentes, de ahí que los autores a la hora de abordar dicho problema propongan para una '''mayor comprensión''', agruparlas en función de compartir algunos fundamentos.
Las teorías éticas contemporáneas son muchas y diferentes, de ahí que los autores a la hora de abordar dicho problema propongan para una mayor comprensión, agruparlas en función de compartir algunos fundamentos. También al momento de estudiar las diferentes teorías éticas que con más frecuencia aparecen en el mundo bioético, sería sencillo agruparlas en '''función''' del '''seguimiento''' o no de la '''racionalidad''' ética '''empírica'''.  
 
También al momento de estudiar las diferentes teorías éticas que con más frecuencia aparecen en el mundo bioético, sería sencillo agruparlas en '''función''' del '''seguimiento''' o no de la '''racionalidad''' ética '''empírica'''.  


==== Teorías empíricas ====
==== Teorías empíricas ====
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Dentro de estas, es posible situar aquellas teorías que aceptan la racionalidad práctica defendida por Hume<ref>{{Cita publicación|url=http://filosoficas.unam.mx/~gmom/papers/Hume.pdf|título=Naturalismo y racionalidad práctica en la teoría de la acción de Hume|apellidos=Ortiz Millán|nombre=Gustavo|fecha=19 de noviembre de 2007|publicación=Filosoficas|fechaacceso=11 de mayo de 2020|doi=|pmid=}}</ref>, asumiendo una posición escéptica en el campo ético y defendiendo que no es posible un conocimiento de los '''valores''' '''éticos'''.  
Dentro de estas, es posible situar aquellas teorías que aceptan la racionalidad práctica defendida por Hume<ref>{{Cita publicación|url=http://filosoficas.unam.mx/~gmom/papers/Hume.pdf|título=Naturalismo y racionalidad práctica en la teoría de la acción de Hume|apellidos=Ortiz Millán|nombre=Gustavo|fecha=19 de noviembre de 2007|publicación=Filosoficas|fechaacceso=11 de mayo de 2020|doi=|pmid=}}</ref>, asumiendo una posición escéptica en el campo ético y defendiendo que no es posible un conocimiento de los '''valores''' '''éticos'''.  


El punto de partida es transferir el '''axioma científico''' a todos los ámbitos de la realidad, afirmando que la única fuente de verdad es el conocimiento científico y, por tanto, la única epistemología es la científica, rechazando cualquier otro conocimiento y más concretamente el metafísico.  
El punto de partida es transferir el axioma científico a todos los ámbitos de la realidad, afirmando que la única fuente de verdad es el conocimiento científico y, por tanto, la única epistemología es la científica, rechazando cualquier otro conocimiento y más concretamente el metafísico. Opta claramente por una racionalidad científica para la que el concepto de verdad es por definición contingente. En esa esfera, la proposición “'''no hay verdades absolutas'''” es correcta. No existe una verdad práctica en sentido estricto: la razón práctica no pronuncia juicios de verdad/falsedad (descriptivos), sino solo juicios que pueden ser o no capaces de indicar qué acto conduce a la satisfacción.
 
Es por ello que se opta claramente por una racionalidad científica para la que el concepto de verdad es por definición contingente. En esa esfera, la proposición “'''no hay verdades absolutas'''” es correcta.  
 
'''No existe una verdad práctica''' en sentido estricto: la razón práctica no pronuncia juicios de verdad/falsedad (descriptivos), sino solo juicios que pueden ser o no capaces de indicar qué acto conduce a la satisfacción.
 
Una vez situado en dicho plano epistemológico, el plano axiológico o del bien es lógico: si no hay verdades definitivamente auténticas, no se ve cómo puede haber valores definitivamente valiosos. Si no es posible el conocimiento del fin en el acto humano, esto implica que solo queda la voluntad como fuente de la moral, pudiendo afirmarse que el '''bien''' del '''hombre''' es '''aquello''' que '''elige'''. Lo bueno es algo que cada individuo decide por sí mismo.  


La [[ética]], no tendrá otra función más que la de lograr la armonía de los deseos e intereses de los miembros de la comunidad, quedando esta restringida a una teoría de la tolerancia o ética social, concebida de un modo extrínseco y meramente organizativo. Es decir, si no es posible una metafísica o pensamiento sustantivo capaz de fundamentar unos principios racionales, solo queda una '''ética procedimental''', fundamentada en el consenso, en el caso del contractualismo o del coste-beneficio, entendido como placer para el utilitarismo.  
Una vez situado en dicho plano epistemológico, el plano axiológico o del bien es lógico: si no hay verdades definitivamente auténticas, no se ve cómo puede haber valores definitivamente valiosos. Si no es posible el conocimiento del fin en el acto humano, esto implica que solo queda la voluntad como fuente de la moral, pudiendo afirmarse que el '''bien''' del '''hombre''' es '''aquello''' que '''elige'''. Lo bueno es algo que cada individuo decide por sí mismo. La [[ética]], no tendrá otra función más que la de lograr la armonía de los deseos e intereses de los miembros de la comunidad, quedando esta restringida a una teoría de la tolerancia o ética social, concebida de un modo extrínseco y meramente organizativo. Es decir, si no es posible una metafísica o pensamiento sustantivo capaz de fundamentar unos principios racionales, solo queda una ética procedimental, fundamentada en el consenso, en el caso del contractualismo o del coste-beneficio, entendido como placer para el utilitarismo.  


Determinado el orden epistemológico y axiológico, vemos que este depende, a su vez, de otro anterior: el orden ontológico. De hecho, la prescripción ética no podría dispensarse del aval ontológico, ya que los planos ontológicos, epistemológicos y axiológicos son interdependientes. Los discursos sobre el ser, sobre la verdad y sobre el bien se involucran recíprocamente. Por tanto, la fundamentación de la '''[[ética]]''' ha de situarse en el '''nivel''' '''ontológico''' (realidad de Dios y/o realidad del hombre).  
Determinado el orden epistemológico y axiológico, vemos que este depende, a su vez, de otro anterior: el orden ontológico. De hecho, la prescripción ética no podría dispensarse del aval ontológico, ya que los planos ontológicos, epistemológicos y axiológicos son interdependientes. Los discursos sobre el ser, sobre la verdad y sobre el bien se involucran recíprocamente. Por tanto, la fundamentación de la '''[[ética]]''' ha de situarse en el '''nivel''' '''ontológico''' (realidad de Dios y/o realidad del hombre).  
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En las teorías éticas empíricas, a la hora de fijar la idea de naturaleza humana, se puede observar que el punto de partida será la '''negación''' '''teórica''' o '''práctica''' de '''Dios'''. Es decir, parten de una ontología secularizada, lo que implica que a la hora de la fundamentación no tiene nada que ver esa realidad suprema que los creyentes llaman Dios.  
En las teorías éticas empíricas, a la hora de fijar la idea de naturaleza humana, se puede observar que el punto de partida será la '''negación''' '''teórica''' o '''práctica''' de '''Dios'''. Es decir, parten de una ontología secularizada, lo que implica que a la hora de la fundamentación no tiene nada que ver esa realidad suprema que los creyentes llaman Dios.  


Hay una indiferencia o un rechazo a todo pensamiento teocéntrico y una absolutización del pensamiento antropológico para el que la afirmación del hombre conlleva una negación del misterio de Dios. Descartada la apertura a la trascendencia que supone la afirmación de un Dios creador, solo queda el ser del hombre, que a su vez, viene determinado por el único conocimiento posible: el conocimiento empírico. En este planteamiento, la comprensión ontológica de la persona viene dada por el '''análisis''' '''empírico''' del dato vivencial de la '''realidad''' '''humana'''.
Hay una indiferencia o un rechazo a todo pensamiento teocéntrico y una absolutización del pensamiento antropológico para el que la afirmación del hombre conlleva una negación del misterio de Dios. Descartada la apertura a la trascendencia que supone la afirmación de un Dios creador, solo queda el ser del hombre, que a su vez, viene determinado por el único conocimiento posible: el conocimiento empírico. En este planteamiento, la comprensión ontológica de la persona viene dada por el '''análisis''' '''empírico''' del dato vivencial de la '''realidad''' '''humana'''. El ser personal del hombre viene determinado a partir de los actos por los que se expresa la personalidad humana (la racionalidad, la autoconsciencia, el probar placer y dolor, etc.), separándose así de la concepción ontológica que hace descender el valor de la persona, no a sus actos o a alguna modalidad psicológica y empírica, sino a la estructura ontológica misma del hombre.  
 
El ser personal del hombre viene determinado a partir de los '''actos''' por los que se '''expresa''' la '''personalidad''' '''humana''' (la racionalidad, la autoconsciencia, el probar placer y dolor, etc.), separándose así de la concepción ontológica que hace descender el valor de la persona, no a sus actos o a alguna modalidad psicológica y empírica, sino a la estructura ontológica misma del hombre.  


La consecuencia de una '''ontología''' '''científica''' y antimetafísica es la '''exclusión''' de toda referencia a la '''espiritualidad''' de la persona. El ser humano es un cuerpo sin espíritu. Se conoce el cuerpo humano prescindiendo completamente del hecho que sea expresión, encarnación, lenguaje de una persona absolutamente única e irrepetible. En el momento en que se tiene un cuerpo que no es visto como persona, este puede ser siempre visto como útil, como posible objeto de uso para los propios objetivos o para los fines de otros. Nada impide la manipulación de embriones para uso terapéutico, ni el uso de cualquier técnica de reproducción que proporcione buen “material biológico” para curar a los seres humanos autoconscientes o un buen “objeto deseado” para satisfacer los deseos paternales de los mismos.  
La consecuencia de una '''ontología''' '''científica''' y antimetafísica es la '''exclusión''' de toda referencia a la '''espiritualidad''' de la persona. El ser humano es un cuerpo sin espíritu. Se conoce el cuerpo humano prescindiendo completamente del hecho que sea expresión, encarnación, lenguaje de una persona absolutamente única e irrepetible. En el momento en que se tiene un cuerpo que no es visto como persona, este puede ser siempre visto como útil, como posible objeto de uso para los propios objetivos o para los fines de otros. Nada impide la manipulación de embriones para uso terapéutico, ni el uso de cualquier técnica de reproducción que proporcione buen “material biológico” para curar a los seres humanos autoconscientes o un buen “objeto deseado” para satisfacer los deseos paternales de los mismos.  
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Se caracteriza por una recuperación de la razón en el ámbito de la metafísica, que viene llamada a individuar los principios y los criterios del actuar en la naturaleza personal del hombre, en cuanto que esta indica la '''dirección''' de su '''autorrealización'''. En oposición al empirismo ético se afirma el conocimiento de la verdad metafísica, lo que supone que es posible conocer los valores y atribuir la calificación de verdaderas o falsas a las proposiciones morales, consintiendo así una justificación última de las mismas.  
Se caracteriza por una recuperación de la razón en el ámbito de la metafísica, que viene llamada a individuar los principios y los criterios del actuar en la naturaleza personal del hombre, en cuanto que esta indica la '''dirección''' de su '''autorrealización'''. En oposición al empirismo ético se afirma el conocimiento de la verdad metafísica, lo que supone que es posible conocer los valores y atribuir la calificación de verdaderas o falsas a las proposiciones morales, consintiendo así una justificación última de las mismas.  
[[Archivo:Camino.jpg|miniaturadeimagen|La realidad induce, guía y provoca el juicio moral.]]
 
Desde el punto de vista epistemológico, se defiende la existencia de una verdad objetiva y racional, que impide que la justificación sea solo un fenómeno social e histórico. No basta el conocimiento empírico, sino que la racionalidad humana debe reposar sobre cimientos metafísicos. Es decir, hay un marco referencial ''a priori'' que permite establecer una relación permanente y neutral entre el sujeto que conoce y la realidad conocida. Hay una verdad objetiva que es la base del sistema de referencia. Con palabras de Zubiri es posible decir que hay una verdad dada por la aprehensión de la realidad que lanza a la razón a su conocimiento lejos de la aprehensión. La verdad brota de la realidad antes que del conocimiento. El '''hombre''' por su '''inteligencia''' está '''abierto''' a la '''realidad''' y la '''conoce''' '''actualizándola'''. Más que una adecuación, es una afirmación, una actualización de aquella en este.
Desde el punto de vista epistemológico, se defiende la existencia de una verdad objetiva y racional, que impide que la justificación sea solo un fenómeno social e histórico. No basta el conocimiento empírico, sino que la racionalidad humana debe reposar sobre cimientos metafísicos. Es decir, hay un marco referencial ''a priori'' que permite establecer una relación permanente y neutral entre el sujeto que conoce y la realidad conocida. Hay una verdad objetiva que es la base del sistema de referencia. Con palabras de Zubiri es posible decir que hay una verdad dada por la aprehensión de la realidad que lanza a la razón a su conocimiento lejos de la aprehensión. La verdad brota de la realidad antes que del conocimiento. El '''hombre''' por su '''inteligencia''' está '''abierto''' a la '''realidad''' y la '''conoce''' '''actualizándola'''. Más que una adecuación, es una afirmación, una actualización de aquella en este. La realidad, por tanto, induce, guía y provoca el juicio moral. Hay como una estrella polar de la racionalidad humana que es compartida por todos los seres racionales y es exigible por tanto a todos los que viven en sociedad.


El ser del hombre no viene determinado empíricamente, sino que éste viene dado en la aprehensión de la realidad que presenta como persona. El “deber” sigue de algún modo siempre el destino del “es”, ya que el ser no es otra cosa que la reactualización de la realidad en el mundo. El hombre debe ajustarse a la realidad, debe ser coherente con ella, respondiendo a ella. Precisamente porque al hombre no le es dado por naturaleza el ajustamiento a la realidad, sino que tiene que hacerlo por sí mismo, cobra sentido pedirle que lo haga, no arbitraria o subjetivamente, sino conforme a determinadas normas, conforme a determinados sistemas de preferencia. En definitiva, el '''hombre''' es un ser '''racional''' que tiene la '''capacidad''' de acoger la '''verdad''' sobre el '''bien''' y la '''verdad''' sobre las '''cosas''' '''buenas'''.  
El ser del hombre no viene determinado empíricamente, sino que éste viene dado en la aprehensión de la realidad que presenta como persona. El “deber” sigue de algún modo siempre el destino del “es”, ya que el ser no es otra cosa que la reactualización de la realidad en el mundo. El hombre debe ajustarse a la realidad, debe ser coherente con ella, respondiendo a ella. Precisamente porque al hombre no le es dado por naturaleza el ajustamiento a la realidad, sino que tiene que hacerlo por sí mismo, cobra sentido pedirle que lo haga, no arbitraria o subjetivamente, sino conforme a determinadas normas, conforme a determinados sistemas de preferencia. En definitiva, el '''hombre''' es un ser '''racional''' que tiene la '''capacidad''' de acoger la '''verdad''' sobre el '''bien''' y la '''verdad''' sobre las '''cosas''' '''buenas'''.  
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Con relación al ser del hombre, defiende una concepción metafísica de la persona en la que se afirma que en el ser humano hay un alguien que no cambia: la '''personeidad''' o el '''espíritu''' o el '''alma'''. Se sitúa, por tanto, en una perspectiva ontológica en la que el hombre es visto como un todo (''organis mo'' y ''psique'') lo que exige una complementación entre biología y filosofía.  
Con relación al ser del hombre, defiende una concepción metafísica de la persona en la que se afirma que en el ser humano hay un alguien que no cambia: la '''personeidad''' o el '''espíritu''' o el '''alma'''. Se sitúa, por tanto, en una perspectiva ontológica en la que el hombre es visto como un todo (''organis mo'' y ''psique'') lo que exige una complementación entre biología y filosofía.  


Íntimamente unido al plano ontológico y epistemológico está el antropológico, que será clave para responder a la pregunta ética. El '''ontologismo''' '''ético''' tiene claro que, para poder fundamentar con validez una ética de la vida, es necesario apoyar cualquier decisión en un modelo antropológico adecuado, que contenga una verdad coherente con el propio ser del hombre. Es esta unión entre antropología y ética una característica fundamental de estas teorías.  
Íntimamente unido al plano ontológico y epistemológico está el antropológico, que será clave para responder a la pregunta ética. El ''ontologismo'' ético tiene claro que, para poder fundamentar con validez una ética de la vida, es necesario apoyar cualquier decisión en un modelo antropológico adecuado, que contenga una verdad coherente con el propio ser del hombre. Es esta unión entre antropología y ética una característica fundamental de estas teorías. Los valores éticos indican las condiciones a través de las cuales pasa la realización del hombre en cuanto hombre. Las cuestiones éticas son en primer lugar cuestiones de sentido y de valor. Y la razón práctica es entendida como instrumento normativo, porque es considerada capaz de '''interpretar''' el '''sentido''' '''humano''' de ciertas '''elecciones'''.
 
Los valores éticos indican las condiciones a través de las cuales pasa la realización del hombre en cuanto hombre. Las cuestiones éticas son en primer lugar cuestiones de sentido y de valor. Y la razón práctica es entendida como instrumento normativo, porque es considerada capaz de '''interpretar''' el '''sentido''' '''humano''' de ciertas '''elecciones'''.
 
Se sitúa, por tanto, en la órbita de la ética clásica, afirmando que el hombre en su actuar libre debe necesariamente perseguir el fin al cual está inclinado naturalmente: la '''felicidad'''. Esto supone que la voluntad no es radicalmente libre e indiferente, sino que está constituida según su naturaleza por el deseo natural de alcanzar la felicidad, el bien. 


Por consiguiente, perseguir o no el fin verdadero no es indiferente para la voluntad, ni esta es refractaria a la moral. Al contrario, no persiguiendo el fin, el sujeto contradice su propia naturaleza y se corrompe; persiguiéndolo, él '''vive''' en '''modo''' '''coherente''' con su propia naturaleza práctica y alcanza la vida beata.
Se sitúa, por tanto, en la órbita de la ética clásica, afirmando que el hombre en su actuar libre debe necesariamente perseguir el fin al cual está inclinado naturalmente: la '''felicidad'''. Esto supone que la voluntad no es radicalmente libre e indiferente, sino que está constituida según su naturaleza por el deseo natural de alcanzar la felicidad, el bien. Por consiguiente, perseguir o no el fin verdadero no es indiferente para la voluntad, ni esta es refractaria a la moral. Al contrario, no persiguiendo el fin, el sujeto contradice su propia naturaleza y se corrompe; persiguiéndolo, él '''vive''' en '''modo''' '''coherente''' con su propia naturaleza práctica y alcanza la vida beata.  
[[Archivo:Bien común.jpg|miniaturadeimagen|El hacer buen uso de la libertad, es la base natura de la inclinación social, para desarrollar virtudes sociales.]]
La visión del hombre se separa de todo dualismo cartesiano y, a su vez, la aceptación de una metafísica le lleva a '''afirmar''' que la '''dimensión''' '''social''' del hombre es algo que pertenece a la misma '''naturaleza''' del ser humano.  


La virtud social de la justicia adquiere así un valor predominante sobre la libertad. El bien '''común está por encima''' del '''bien individual''', ya que defiende una base natural de la referencia hacia los otros hombres y hacia la sociedad. La persona es un ser libre, pero su libertad no significa independencia de la sociedad.  
La visión del hombre se separa de todo dualismo cartesiano y, a su vez, la aceptación de una metafísica le lleva a afirmar que la dimensión social del hombre es algo que pertenece a la misma naturaleza del ser humano. La virtud social de la justicia adquiere así un valor predominante sobre la libertad. El bien común está por encima del bien individual, ya que defiende una base natural de la referencia hacia los otros hombres y hacia la sociedad. La persona es un ser libre, pero su libertad no significa independencia de la sociedad. La persona es un ser libre en el ámbito de la vida social. Hace '''buen''' '''uso''' de su '''libertad''' cuando, sobre la base natural de su  inclinación a la vida social, '''desarrolla''' auténticas '''virtudes''' '''sociales''' que determinan al mismo tiempo la realización del '''bien''' '''común'''.  


Concluyendo, las teorías éticas ontológicas se sitúan en el ámbito de la racionalidad metafísica en la que la racionalidad práctica es el conocimiento del bien del hombre: la realización perfecta de su humanidad. El primer acto de racionalidad práctica es por consiguiente descubrir la verdad sobre el fin último del hombre. La razón práctica tiene la misión de conocer la verdad del acto humano siendo la persona capaz de realizar su auténtico fin último. Se afirma, pues, el arraigo de la libertad en las inclinaciones espontáneas del espíritu hacia la verdad y el bien. La acción del hombre debe estar justificada por un fin, que es '''independiente''' de sus '''deseos''', pues el hombre debe '''justificar''' su '''elección''', de tal forma que este debe preferir aquello que le lleve a su felicidad. Se reconoce la autoridad del sujeto sobre la propia conducta gracias a una razón capaz de reconocer un ''telos'' normativo y su respectiva exigencia virtuosa.  
Concluyendo, las teorías éticas ontológicas se sitúan en el ámbito de la racionalidad metafísica en la que la racionalidad práctica es el conocimiento del bien del hombre: la realización perfecta de su humanidad. El primer acto de racionalidad práctica es por consiguiente descubrir la verdad sobre el fin último del hombre. La razón práctica tiene la misión de conocer la verdad del acto humano siendo la persona capaz de realizar su auténtico fin último. Se afirma, pues, el arraigo de la libertad en las inclinaciones espontáneas del espíritu hacia la verdad y el bien. La acción del hombre debe estar justificada por un fin, que es '''independiente''' de sus '''deseos''', pues el hombre debe '''justificar''' su '''elección''', de tal forma que este debe preferir aquello que le lleve a su felicidad. Se reconoce la autoridad del sujeto sobre la propia conducta gracias a una razón capaz de reconocer un ''telos'' normativo y su respectiva exigencia virtuosa.  

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