Diferencia entre revisiones de «Principios de ética biomédica»

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y estaba dirigido en primer lugar a los profesionales de la salud, incluyendo médicos, enfermeras, investigadores y estudiantes; así como a los que se ocupan de '''política sanitaria'''.Por tanto, los principios habían de ser fácilmente comprensibles por parte de estos profesionales,de modo que pudieran ser utilizados sin necesidad de poseer una específica formación filosófica.En segundo lugar se ofrecían también a filósofos y teólogos.Y quizá haya sido en este campo donde han conseguido su mayor difusión, ya que el ámbito filosófico domina actualmente la '''bioética norteamericana'''. De todas formas,los “'''principios de la bioética'''” también han calado de modo significativo en la literatura médica general<ref>{{cita publicación|apellido=Donnely|nombre=W|título=From Principles to Principals: the New Direction in Medical Ethics|publicación=Theoretical Medicine and Bioethics|año=1994|volumen=15|páginas=141-48}}</ref>.
y estaba dirigido en primer lugar a los profesionales de la salud, incluyendo médicos, enfermeras, investigadores y estudiantes; así como a los que se ocupan de '''política sanitaria'''.Por tanto, los principios habían de ser fácilmente comprensibles por parte de estos profesionales,de modo que pudieran ser utilizados sin necesidad de poseer una específica formación filosófica.En segundo lugar se ofrecían también a filósofos y teólogos.Y quizá haya sido en este campo donde han conseguido su mayor difusión, ya que el ámbito filosófico domina actualmente la '''bioética norteamericana'''. De todas formas,los “'''principios de la bioética'''” también han calado de modo significativo en la literatura médica general<ref>{{cita publicación|apellido=Donnely|nombre=W|título=From Principles to Principals: the New Direction in Medical Ethics|publicación=Theoretical Medicine and Bioethics|año=1994|volumen=15|páginas=141-48}}</ref>.


Puede decirse que la bioética de los años Ochenta ha sido fundamentalmente“'''principialista'''” <ref>{{cita publicación|apellido=DeGrazia|nombre=D|título=Moving Forward in Bioethical Theory: Theories, Cases and Specified Principlism|publicación=The Journal of Medicine and Philosophy|año=1992|número=17|páginas=518}}</ref>. No sólo por el uso de los cuatro
Puede decirse que la bioética de los años Ochenta ha sido fundamentalmente“'''principialista'''” <ref>{{cita publicación|apellido=DeGrazia|nombre=D|título=Moving Forward in Bioethical Theory: Theories, Cases and Specified Principlism|publicación=The Journal of Medicine and Philosophy|año=1992|número=17|páginas=518}}</ref>. No sólo por el uso de los cuatro principios propuestos por estos autores en artículos y libros,sino también por su empleo en dictámenes de Comités de bioética, tanto de Estados Unidos como de Europa.También en los Noventa ha continuado teniendo la primacía <ref>{{cita publicación|apellido=DeGrazia|nombre=D|título=Common Morality, Coherence and the Principles of Biomedical Ethics|publicación=Kennedy Institute of Ethics Journal|año=2003|número=13|páginas=219}}</ref>,aunque ha debido enfrentarse a una serie de críticas que han conseguido minar, al menos en parte, su total dominio del ámbito bioético <ref>{{cita publicación|apellido=Devettere|nombre=R.J|título=The Principled Approach: Principles, Rules, and Actions|publicación=Meta Medical Ethics,|año=1995|páginas=27}}</ref>.El resultado ha sido una mayor profundización y una mejor comprensión de los principios y de su aplicación.
 
 
 
Aunque algunas de las objeciones que se hacen al sistema son profundas, como tendremos ocasión de ver más adelante,la mayoría de los autores son de la opinión de que los principios sobrevivirán,siempre que se adapten a las necesidades del actual contexto ético y biomédico<ref>{{cita libro|apellidos=Gracia|nombre=D|título=Primum non nocere. El principio de no-maleficencia como fundamento de la Ética Médica|año=1995|editorial=Real Academia Nacional de Medicina|páginas=76|ubicación=Madrid}}</ref>.
 
 
 
 
 
En un artículo aparecido en 1993, Edmund D. Pellegrino escribía que el principialismo seguía siendo útil ya que proporcionaba la fuente de la que derivan y dónde se justifican las líneas de acción específica. O dicho de otro modo, las obligaciones y normas
 
que están presentes en cualquier sistema ético. Además, continuaba Pellegrino, las serias limitaciones que se le atribuyen están
 
también presentes en las alternativas que se han ido proponiendo<ref>{{cita publicación|título=The Metamorphosis of Medical Ethics|publicación=JAMA|año=1993|número=269|páginas=1158-62}}</ref>.Concluía diciendo que la bioética estaba entonces en una
 
fase de replanteamiento de los principios.





Revisión del 00:34 28 feb 2013

En el año 1979 apareció la primera edición del libro de Beauchamp y Childress [1].En poco más de dos décadas ha llegado a la quinta, que difiere bastante de aquella primera no sólo en extensión, sino también en la distribución y contenido de las diferentes partes del texto.Utilizan el término biomedical ethics para referirse a un tipo de ética aplicada, que a diferencia del documento Belmont, amplía su objeto de estudio a todo el arco de cuestiones éticas en ámbito biomédico.

Trata de la relación médico-paciente, de los problemas éticos en torno al inicio y al final de la vida, de los trasplantes de órganos, del tratamiento de enfermos mentales graves.Según sus autores sirven también para el resto de cuestiones médicas que por falta de espacio no han podido señalar explícitamente en el libro[2].

El número de principios se amplía a cuatro, pues recoge los tres del Documento Belmont(respeto de las personas, beneficencia y justicia) desgajando del principio de beneficencia otro que denominan no-maleficencia[3].

El texto se proponía, como puede leerse en el prefacio a la primera edición,«ofrecer un análisis sistemático de los principios morales que deberían aplicarse en biomedicina»[4], y estaba dirigido en primer lugar a los profesionales de la salud, incluyendo médicos, enfermeras, investigadores y estudiantes; así como a los que se ocupan de política sanitaria.Por tanto, los principios habían de ser fácilmente comprensibles por parte de estos profesionales,de modo que pudieran ser utilizados sin necesidad de poseer una específica formación filosófica.En segundo lugar se ofrecían también a filósofos y teólogos.Y quizá haya sido en este campo donde han conseguido su mayor difusión, ya que el ámbito filosófico domina actualmente la bioética norteamericana. De todas formas,los “principios de la bioética” también han calado de modo significativo en la literatura médica general[5].

Puede decirse que la bioética de los años Ochenta ha sido fundamentalmente“principialista[6]. No sólo por el uso de los cuatro principios propuestos por estos autores en artículos y libros,sino también por su empleo en dictámenes de Comités de bioética, tanto de Estados Unidos como de Europa.También en los Noventa ha continuado teniendo la primacía [7],aunque ha debido enfrentarse a una serie de críticas que han conseguido minar, al menos en parte, su total dominio del ámbito bioético [8].El resultado ha sido una mayor profundización y una mejor comprensión de los principios y de su aplicación.


Aunque algunas de las objeciones que se hacen al sistema son profundas, como tendremos ocasión de ver más adelante,la mayoría de los autores son de la opinión de que los principios sobrevivirán,siempre que se adapten a las necesidades del actual contexto ético y biomédico[9].



En un artículo aparecido en 1993, Edmund D. Pellegrino escribía que el principialismo seguía siendo útil ya que proporcionaba la fuente de la que derivan y dónde se justifican las líneas de acción específica. O dicho de otro modo, las obligaciones y normas

que están presentes en cualquier sistema ético. Además, continuaba Pellegrino, las serias limitaciones que se le atribuyen están

también presentes en las alternativas que se han ido proponiendo[10].Concluía diciendo que la bioética estaba entonces en una

fase de replanteamiento de los principios.






Notas

  1. Beuchamp, T.L (1979). Principles of Biomedical Ethics. New York: Oxford University Press. 
  2. Gillon, R. (2003). «Ethics Needs Principles —Four can Encompass the Rest— and Respect for Autonomy Should Be “First Among Equals». Journal of Medical Ethics (29): 308. 
  3. Beuchamp, T.L; G.Russo (1995). «Principi della bioetica: autonomia, beneficialità, giustizia». Bioetica fondamentale e generale 6: 93-91. 
  4. Principles of Biomedical Ethics. 1979. p. 7. 
  5. Donnely, W (1994). «From Principles to Principals: the New Direction in Medical Ethics». Theoretical Medicine and Bioethics 15: 141-48. 
  6. DeGrazia, D (1992). «Moving Forward in Bioethical Theory: Theories, Cases and Specified Principlism». The Journal of Medicine and Philosophy (17): 518. 
  7. DeGrazia, D (2003). «Common Morality, Coherence and the Principles of Biomedical Ethics». Kennedy Institute of Ethics Journal (13): 219. 
  8. Devettere, R.J (1995). «The Principled Approach: Principles, Rules, and Actions». Meta Medical Ethics,: 27. 
  9. Gracia, D (1995). Primum non nocere. El principio de no-maleficencia como fundamento de la Ética Médica. Madrid: Real Academia Nacional de Medicina. p. 76. 
  10. «The Metamorphosis of Medical Ethics». JAMA (269): 1158-62. 1993.