Diferencia entre revisiones de «Alimentación artificial»

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=== Pacientes terminales con muerte inminente ===
=== Pacientes terminales con muerte inminente ===
En estadios finales de la enfermedad, cuando la muerte es inminente, y se ha llegado a una fase agónica, resulta del todo inapropiado plantearse la cuestión de la hidratación (y nutrición) por via artificial<ref>{{Cita publicación|url=|título=Nutrition and hydratation at the end of life|apellidos=Devalois|nombre=B|apellidos2=Broucke|nombre2=M.|fecha=2015|publicación=Presse Médicale|volumen=44|número=4|páginas=428-434|fechaacceso=|doi=|pmid=}}</ref>  
En estadios finales de la enfermedad, cuando la muerte es inminente, y se ha llegado a una fase agónica, '''resulta del todo inapropiado''' plantearse la cuestión de la hidratación (y nutrición) por via artificial<ref>{{Cita publicación|url=|título=Nutrition and hydratation at the end of life|apellidos=Devalois|nombre=B|apellidos2=Broucke|nombre2=M.|fecha=2015|publicación=Presse Médicale|volumen=44|número=4|páginas=428-434|fechaacceso=|doi=|pmid=}}</ref>  


=== Paciente terminales no con muerte inminente ===
=== Paciente terminales no con muerte inminente ===


En las situaciones en que la nutrición artificial es considerada como arma terapéutica, en general, no debe ser administrada en situaciones irreversibles ni a pacientes terminales. Cuando la nutrición es considerada como medida de mantenimiento de las necesidades normales en un paciente que no puede utilizar la vía oral, debería tenerse en cuenta que la '''nutrición''', además de '''medida''' de '''mantenimiento''', contribuye a alargar la [[Vida|'''vida''']], cosa que no se observa con todas las medidas consideradas de mantenimiento. El gran dilema está precisamente en que la nutrición e hidratación artificial, por sí mismas sin otras consideraciones, son etiquetadas por unos como tratamiento y por otros como cuidado básico humano.
El paciente no es susceptible de ningún tratamiento para curar la enfermedad que padece, pero no está obligatoriamente en situación de [[muerte]] inminente. Y en estas circunstancias la nutrición artificial, sin pretender curar (que no lo hace), alargará las expectativas de [[vida]] si se usa, y las disminuirá en el hipotético caso de que se niegue. Si un paciente pudiese fallecer por desnutrición y no por otra causa, es un candidato para recibir soporte nutricional parenteral y enteral.


Desde el punto de vista intelectual, la '''nutrición''' e '''hidratación''' artificial son un '''tratamiento''' '''médico'''. Sin embargo, la práctica diaria sugiere lo contrario y la opinión cultural tiene un gran peso en ello. Si es considerada un tratamiento médico, como tal debe ser analizada y aquí entra ya otro concepto que es el de medicina o [[Futilidad|tratamiento fútil]]. Si es considerada como un cuidado básico humano, estarían obligados a administrarla por decencia humana.
En esos casos, hay que sopesar los '''beneficios esperados y los posibles perjuicios''' de la medida terapéutica. Entre los '''beneficios''' de la hidratación asistida se encuentra{{harvnp|Requena Meana|2017 |p=81}}:
* el prolongar la vida del enfermo,
* el alivio de algunos síntomas ligados a la deshidratación,
* una mejoría de la calidad de vidal.
Los '''daños''' asociados al aporte de líquidos, que sobrevienen sobre todo cuando se realiza por vía parenteral:
* posibles edemas,
* ascitis,
* problemas ligados a la incontinencia,
 
* efectos secundarios de la intervención quirúrgica (cuando la haya), y del mantenimiento dela vía<ref>ROYAL DUTCH MEDICAL ASSOCIATION, Guideline for palliative sedation, (2009), p. 39.</ref>.
En los pacientes con '''demencia avanzada''' este último problema es importante, pues en no pocos casos, obligan a limitar física o farmacológicamente los movimientos del enfermo para impedir que se arranque la sonda<ref>J. M.TENO ; S. L. MITCHELL; S. K. Kuo; P. L. GOZALO; R. L. RHODES - J. C. LIMA - V. Mor, Decision-making and outcomes of feeding tube insertion: a five-state study»(2011), Journal of the American Geriatrics Society, (59)5, pp. 881-886</ref>.


== Paciente irreversible y paciente terminal ==
== Paciente irreversible y paciente terminal ==

Revisión del 19:52 10 may 2020

Introducción

La nutrición enteral[1] supone una medida terapéutica que cada vez adquiere una mayor importancia tanto en el medio hospitalario como en el extrahospitalario. En la actualidad, nadie pone en duda la importancia de alimentar a los enfermos y el beneficio que comporta en su recuperación funcional[2].

De entre los casos de limitación del esfuerzo terapéutico con una persona la posibilidad de no suministrar nutrición o de retirarla es uno de los que tiene más carga emocional. En efecto puede parecer que se deja a la persona morir de hambre o de sed. Sin embargo no estamos en el mismo caso que negar a alguien la comida o la bebida, pues esto no plantearía problemas éticos. El caso de la posibilidad o no de nutrición artificial plantea diversos problemas médicos y, por tanto, también éticos.

De todas formas suele separarse la nutrición y la hidratación porque plantean problemas distintos. Por tanto se debe atender a cada caso para tomar decisiones médicas y éticas.

En cualquier caso esta toma de decisiones se complica cuando en una sociedad está admitida la eutanasia y se lleva a cabo una sedación profunda terminal retirando después la nutrición con el fin de acabar con la vida de la persona [3].

Puede ser común que en la asistencia diaria se planteen cuestiones con difícil respuesta, como ¿estas medidas forman parte fundamental, por tanto obligatoria, del tratamiento de pacientes terminales o en estado vegetativo permanente?, ¿puede un enfermo denegar este cuidado o tratamiento como parte de su soporte vital?, ¿son necesarios los tratamientos nutricionales cuando clínicamente suponen un “tratamiento fútil”, es decir, completamente ineficaz? Estas y otras cuestiones constituyen problemas éticos, que requieren análisis para la toma de una decisión adecuada en cada caso concreto[4].

Definiciones

El aporte de líquidos y nutrientes cuando no es posible o se hace muy difícil ingerirlos por boca se conoce como "nutrición e hidratación artificial" (que traduce literalmente el término que ha triunfado en lengua inglesa: artificial nutrition and hydratation). En otras ocasiones se habla de "nutrición e hidratación asistida" ( que también corresponde al término inglés: clinical assisted nutrition/hydratation).

Al tratar de esta cuestión las guías inglesas (tanto la de la British Medical Association como la del General Medical Council) insisten en la necesidad de separar la cuestión de la existencia de la hidratación de aquella referida a la nutrición, pues implica situaciones clínicas distintas en la mayoría de los casos. Desde el punto de vista ético-médico la gestión de la nutrición asistida tiene menos importancia, en el sentido que -a diferencia de la hidratación- difícilmente su limitación anticipara la muerte del paciente[5].

Cuidado o terapia

Con frecuencia se ha planteado la discusión de si la alimentación artificial era un cuidado o una terapia. Esta distinción tiene un valor ilustrativo porque parece que si se trata de un cuidado existe una obligación moral de ponerlo. Mientras que la calificación de terapia estaríamos ante un caso en el que la respuesta ética estaría en función de la proporcionalidad de este tratamiento.

Ciertamente es distinto, desde el punto de vista médico y también moral, realizar la intervención quirúrgica necesaria para instalar una gastrostomía (PEG: percutaneous endoscopic gastrostomy), que la suministración posterior de alimentos por esa vía. En el primer caso, se trata de una pequeña intervención quirúrgica que requiere de personal médico especializado[6], mientras que en el segundo caso cualquier individuo con un mínimo de instrucción puede encargarse de hacerlo. En todo caso, lo importante es determinar si aquello está médicamente indicado o no[7].

Toma de decisiones

Los diferentes tipos de alimentación son Nutrición enteral por sonda nasogástrica, Nutrición enteral por sonda nasoenteral y Enterostomía

¿Cuándo se debe plantear la hidronutrición asistida? Aunque la respuesta no es única, resulta bastante claro que la cuestión se plantea cuando existe una imposibilidad o una dificultad importante para la deglutición. Esta situación se presenta fundamentalmente en algunas enfermedades neurológicas y en cierto tumores del cuello.

Pacientes terminales con muerte inminente

En estadios finales de la enfermedad, cuando la muerte es inminente, y se ha llegado a una fase agónica, resulta del todo inapropiado plantearse la cuestión de la hidratación (y nutrición) por via artificial[8]

Paciente terminales no con muerte inminente

El paciente no es susceptible de ningún tratamiento para curar la enfermedad que padece, pero no está obligatoriamente en situación de muerte inminente. Y en estas circunstancias la nutrición artificial, sin pretender curar (que no lo hace), alargará las expectativas de vida si se usa, y las disminuirá en el hipotético caso de que se niegue. Si un paciente pudiese fallecer por desnutrición y no por otra causa, es un candidato para recibir soporte nutricional parenteral y enteral.

En esos casos, hay que sopesar los beneficios esperados y los posibles perjuicios de la medida terapéutica. Entre los beneficios de la hidratación asistida se encuentra[9]:

  • el prolongar la vida del enfermo,
  • el alivio de algunos síntomas ligados a la deshidratación,
  • una mejoría de la calidad de vidal.

Los daños asociados al aporte de líquidos, que sobrevienen sobre todo cuando se realiza por vía parenteral:

  • posibles edemas,
  • ascitis,
  • problemas ligados a la incontinencia,
  • efectos secundarios de la intervención quirúrgica (cuando la haya), y del mantenimiento dela vía[10].

En los pacientes con demencia avanzada este último problema es importante, pues en no pocos casos, obligan a limitar física o farmacológicamente los movimientos del enfermo para impedir que se arranque la sonda[11].

Paciente irreversible y paciente terminal

Debería diferenciarse entre enfermo en situación irreversible y enfermo terminal:

  • El paciente terminal, está definido desde el punto de vista legal como de muerte inminente o que se espera ocurra en un período de tiempo relativamente corto.
  • El paciente en situación irreversible, no es susceptible de ningún tratamiento para curar la enfermedad que padece, pero no está obligatoriamente en situación de muerte inminente. Y en estas circunstancias la nutrición artificial, sin pretender curar (que no lo hace), alargará las expectativas de vida si se usa, y las disminuirá en el hipotético caso de que se niegue. Si un paciente pudiese fallecer por desnutrición y no por otra causa, es un candidato para recibir soporte nutricional parenteral y enteral.

Cuando el paciente sufre el deterioro neurológico, la alimentación artificial debe ser administrada. Durante este tiempo es fundamental aprovisionar al paciente de forma que se le aseguren la cobertura de los requerimientos diarios de energía, macro y micronutrientes. La alimentación artificial solo se suspenderá cuando el paciente sea diagnosticado de estado vegetativo permanente y el equipo de cuidado del mismo tenga evidencia de que el paciente desea interrumpir la nutrición y la hidratación. Todo paciente tiene derecho a rechazar la nutrición instrumentada y no siempre debe formar parte de los cuidados paliativos, pero siempre que se establezca un modelo de omisión o retirada de sonda nasogástrica debe existir la opción de dar alimentos y bebidas por la boca.

Se podría considerar el valor simbólico y humanitario que la alimentación y la hidratación tienen como prueba de cuidado, atención y respeto al enfermo, ya que con independencia de su valor terapéutico pueden tener una repercusión positiva sobre el paciente estimulando una sensación de bienestar.

La nutrición artificial aplicada para cubrir las necesidades basales mínimas y la hidratación, es una medida ordinaria, que debe ser mantenida en todas las situaciones. El hecho de que haya que administrarse por medio de sonda gástrica, no le quita el carácter de medida ordinaria, ya que muchos de estos pacientes podrían ser también alimentados proporcionándoles la comida manualmente (depositándola en la faringe), ya que conservan el reflejo de deglución y protegen la vía aérea mediante la tos, aunque en otros casos la medida se utiliza como “prótesis digestiva”. El hecho de hacerlo por sonda es por la mayor seguridad y comodidad. Esta solución sería aplicable en las situaciones de

Para los pacientes no reactivos a los que se les puede aplicar la alimentación e hidratación artificiales sin entrar en conflicto con gastos exageradamente costosos o complicados, estas deben considerarse como algo ordinario y proporcionado, y, por tanto, éticamente obligatorio. La alimentación e hidratación artificiales no son siempre y sin excepción una obligación ética para con los pacientes en estado vegetativo persistente o en ausencia de reacción como consecuencia de un estado de coma, o en cualquier otra condición clínica. La alimentación e hidratación artificiales pueden no continuarse a causa de la desproporción coste-beneficio, pero no debido a la condición de discapacidad del paciente por considerar que tiene una dignidad inferior a otras personas. Esto implica que los pacientes y sus familias tienen la responsabilidad de valorar con atención los beneficios y costes de las opciones de tratamiento y cuidados, a la luz de su situación personal. Es responsabilidad del personal médico informar, en un contexto adecuado, al paciente o a la familia de las opciones y de los beneficios y costes de cada opción.

Voluntades previas

Si el paciente dejó expresada claramente su voluntad de no querer ser alimentado en el caso de encontrarse en una situación irreversible, parece razonable que el deseo debe ser respetado y solo deben ser mantenidas aquellas medidas de higiene y comodidad compatibles con la dignidad humana. Sin embargo, es importante añadir que para cumplirse dicha decisión, debe exigirse que las directivas sobre limitación de tratamiento hagan mención expresa de alimentación e hidratación, ya que la mayoría de los enfermos que en nuestro medio han dado instrucciones en este sentido, suelen referirse a tratamientos invasivos, como la ventilación artificial o a medicamentos, pero desean seguir siendo alimentados e hidratados.

Texto de referencia

  • Collazo, Eliseo (Mayo 2012). «Voz:Alimentación Artificial». Simón Vázquez, Carlos, ed. Nuevo Diccionario de Bióetica (2 edición) (Monte Carmelo). ISBN 978-84-8353-475-5.
  • Requena Meana, Pablo (2017). ¡Doctor, no haga todo lo posible! De la limitación a la prudencia terapéutica. Comares. ISBN 9788490455739. 

Otras voces

Bibliografía

  • Schuftan, C. (1983). Ethics and Ideology in the Battle Against Malnutrition. Capítulo 7 en: Nutrition in the Community. Ed. D.S. McLaren. John Wiley & Sons Ltd. 
  • Mora Acevedo, Rafael (1992). Soporte Nutricional Especial. Bogotá: Panamericana. pp. P. 53-4. ISBN 84-7978-430-X. 
  • García Sainz Cáncer, M. Apoyo Nutricional y Ética. Robles Gris J. 
  • Ochoa, F. (1995). «29». Apoyo Nutricio en Cáncer (1ª edición). México: Interamericana Mc Graw Hill. pp. 302-305. ISBN 968-25-2283-8. 
  • Castillo Valery, Alfredo; Mugarra Torca, Xavier (1991). Ética, Política, Derecho y Situaciones de Muerte. Caracas: Ediciones Rectorado, Universidad Central de Venezuela. pp. 95-99. ISBN 9800005374. 
  • Emanuel, Ezekiel (1988, Febrero 01). «A Review of the Ethical and Legal Aspects of Terminating Medical Care». The American Journal of Medicine 84: 291-301. doi:10.1016/0002-9343(88)90428-7. 

Referencias

  1. Administración de los nutrientes en el aparato digestivo
  2. Ostabal Artigas, ML (Octubre 2002). «La nutrición enteral». Medicina Integral 40 (7): 310-317. Consultado el 02-05-2020. 
  3. Requena Meana, 2017, pp. 79-80.
  4. Collazo, Eliseo (Mayo 2012). «Voz:Alimentación Artificial». Simón Vázquez, Carlos, ed. Nuevo Diccionario de Bióetica (2 edición) (Monte Carmelo). ISBN 978-84-8353-475-5
  5. Requena Meana, 2017, p. 80.
  6. P. Bragagnini Rodríguez, Y. González Ruiz, R. Fernández Atuán, N. González Martínez-Pardo, P. Burgués Prado, J. Elías Pollina (2016). «Enterostomías, ¿son tan simples como parecen?». Cirugía Pediátrica (29): 8-14. Consultado el 05-05-2020. 
  7. Requena Meana, 2017, pp. 80-81.
  8. Devalois, B; Broucke, M. (2015). «Nutrition and hydratation at the end of life». Presse Médicale 44 (4): 428-434. 
  9. Requena Meana, 2017, p. 81.
  10. ROYAL DUTCH MEDICAL ASSOCIATION, Guideline for palliative sedation, (2009), p. 39.
  11. J. M.TENO ; S. L. MITCHELL; S. K. Kuo; P. L. GOZALO; R. L. RHODES - J. C. LIMA - V. Mor, Decision-making and outcomes of feeding tube insertion: a five-state study»(2011), Journal of the American Geriatrics Society, (59)5, pp. 881-886