Género

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El vocablo "género" es la forma en la que se ha traducido el término inglés "gender" [1]cuando este comienza a ser un concepto clave de movimientos sociales y culturales principalmente en los años 60-70 del siglo XX, que muestran la distinta situación social de los hombres y mujeres, y llaman la atención sobre el papel cultural que desempeña la sociedad en la asignación de roles masculinos y femeninos.

Diccionario lengua española

La extensión del uso del concepto género, está plagada de discusiones acerca de la relación entre lo biológico y lo cultural, y el papel que desempeña cada uno de estos factores en el género de la persona. En ocasiones se identifica el término género al de sexo, y en otras se los contrapone completamente, o al menos quedan sin ninguna influencia mútua.

El término "género" es el que se ha utilizado para expresiones como "violencia de género", "estudios de género", "perspectiva de género" e "ideología de género", que sin ser sinónimas sin embargo se implican unas dentro de otras y, en ocasiones, se utilizan indistintamente.

Debido al uso indiscriminado de este vocablo como de aquellos a los que se asocia, es importante procurar entender el contexto en el que se utilizan y el significado que les dan los que lo utilizan. De lo contrario se producen confusiones, debates y enfrentamientos cuyo origen está en la confusión de su comprensión.

Concepto lingüistico del término "género"[editar | editar código]

El significado del término género en español ha sufrido una evolución importante desde comienzos del siglo XXI, que ha cambiado su significado. De utilizarse sólo en el ámbito lingüístico como calificativo, ha pasado a tener un significado principalmente relacionado con la sexualidad como se ve a continuación.

El Informe de la Real Academia: 2004[editar | editar código]

En 2004, el pleno de la Real Academia Española aprueba un Informe sobre la expresión "violencia de género"[2]. En él se recoge:

  • La palabra género tiene en español los sentidos generales de ‘conjunto de seres establecido en función de características comunes’ y ‘clase o tipo’
  • En gramática significa ‘propiedad de los sustantivos y de algunos pronombres por la cual se clasifican en masculinos, femeninos y, en algunas lenguas, también en neutros’
  • Para designar la condición orgánica, biológica, por la cual los seres vivos son masculinos o femeninos, debe emplearse el término sexo
  • En inglés el termino gender se utiliza:
  • Desde el siglo XVII perdió su uso para referirse a 'clase o tipo' que será sustituido por otros términos
  • Como en español, gender se utiliza también con el sentido de ‘género gramatical’
  • También se utilizó en el sentido de sexo, pero por influencias puritanas, para evitar el término sex usaban gender
  • Con el auge de los estudios feministas, en los años sesenta del siglo xx se comenzó a utilizar en el mundo anglosajón el término gender con el sentido de ‘sexo de un ser humano’ desde el punto de vista específico de las diferencias sociales y culturales, en oposición a las biológicas, existentes entre hombres y mujeres.

El Diccionario panhispánico de dudas: 2005[editar | editar código]

Posteriormente el Diccionario panhispánico de dudas, del año 2005, tras mencionar los usos habituales de la palabra género en español, se añadía que "en los años setenta del siglo xx, con el auge de los estudios feministas, se comenzó a utilizar en el mundo anglosajón el término género (ingl. gender) con un sentido técnico específico, que se ha extendido a otras lenguas, entre ellas el español. Así pues, en la teoría feminista, mientras con la voz sexo se designa una categoría meramente orgánica, biológica, con el término género se alude a una categoría sociocultural que implica diferencias o desigualdades de índole social, económica, política, laboral, etc. Es en este sentido en el que cabe interpretar expresiones como estudios de género, discriminación de género, violencia de género, etc. Dentro del ámbito específico de los estudios sociológicos, esta distinción puede resultar útil e, incluso, necesaria"[3].

Este informe pone de manifiesto un cambio en el uso de la terminología. Hasta ese momento el término género tenía un uso gramatical y se distinguían tres géneros: masculino, femenino y neutro. Es decir, las palabras tienen género (y no sexo), mientras que los seres vivos tienen sexo (y no género). En español no existe tradición de uso de la palabra género como sinónimo de sexo[3]. Además en la tradición cultural española la palabra sexo no reduce su sentido al aspecto meramente biológico[3], sino que recoge también la consideración social.

Por eso en este Informe hay una resistencia a que la nueva acepción del término género se utilice fuera del ambiente técnico de las ciencias sociales.

En inglés, como en español, gender se utiliza también con el sentido de ‘género gramatical’. Pero, además, se documenta desde antiguo un uso traslaticio de gender como sinónimo de sex, sin duda nacido del empeño puritano en evitar este vocablo. Con el auge de los estudios feministas, en los años sesenta del siglo xx se comenzó a utilizar en el mundo anglosajón el término gender con el sentido de ‘sexo de un ser humano’ desde el punto de vista específico de las diferencias sociales y culturales, en oposición a las biológicas, existentes entre hombres y mujeres[3].

El Diccionario de 2014[editar | editar código]

En la 23 edición del Diccionario de la Lengua española el término "género" tiene ocho acepciones [4]. Entre ellas asume ya la nueva definición del término género aceptándola como uso común tal como hasta ese momento se había utilizado sólo en las ciencia sociales. Género <templatestyles src="Plantilla:Cita/styles.css"/>

Grupo al que pertenecen los seres humanos de cada sexo, entendido este desde un punto de vista sociocultural en lugar de exclusivamente biológico.
RAE

Categorías de referencia[editar | editar código]

Las principales categorías que entran en la definición de la identidad de la sexualidad humana son [5][6]:

Género en el siglo XXI
  1. Sexo biológico: que se refiere al conjunto de componentes genéticos, morfológicos y cerebrales. Se puede ser varón o mujer. Pero también se pueden dar situaciones poco habituales que se denominan intersexuales: hermafroditismo, pseudohermafroditismos, y disgenesia gonadal.
  2. Dimensión psíquica: se trata de la percepción que el indivíduo tiene de si mismo, de acuerdo o no con su sexo biológico. Se puede sentir identificado con su sexo biológico como varón o como mujer, pero también puede sentirse como encerrado en un cuerpo distinto. Se trata del fenómeno de la transexualidad.
  3. Orientación sexual: indica la tendencia del propio deseo sexual.[7]. Puede sentir una orientación: heterosexual, homosexual, bisexuales, pederasta, zoofílico y fetichista.
  4. Comportamiento sexual: que se refiere al modo en el que el sujeto vive su sexualidad.
  5. Género: es el modo en que una persona identifica o expresa su sexualidad. Generalmente se acepta que es una construcción social y cultural, y este es el punto sobre el que se dan los diversos posicionamientos: la relación de esta construcción con la realidad sexo y cuerpo. El modo en el que alguien se identifica se llama identidad de género, y la forma en que lo expresa externamente, expresión de género[7].
  6. Rol de género: los roles construidos, conductas, actividades y atributos que una determinada sociedad considera apropiados para niños y hombres o niñas y mujeres[7].
  7. Libertad: para que todas los anteriores categorías tengan una dimensión humana deben integrarse dentro del ejercicio de la libertad del individuo.

Estas categorías se relacionan unas con otras influyéndose mutuamente. En todo caso los términos "género" y "rol de genero" se intercambian frecuentemente, y su significado puede variar según los autores. De todas formas siempre hacen referencia a la función cultural en su construcción, a la diferencia entre sexo y género, a la identidad personal y a la consideración social.

Género, estudios de género, perspectiva de género e ideología de género[editar | editar código]

Género[editar | editar código]

La palabra "género" es una noción análoga, es decir, cuyo significado en parte es común a sus diversos usos, y en parte diferente[8]. El no reconocer la analogicidad de este concepto ha provocado que de modo frecuente se confunda al género como hecho, con los estudios que abordan esta temática y con las propuestas políticas que visibilizan los problemas y necesidades ocasionados por la construcción social que interpreta de modos varios al sexo y la sexualidad[8].

El uso que se hace actualmente de este concepto es reciente. Su aparición y desarrollo se produce por varios motivos:

  1. A lo largo del siglo XX se va tomando conciencia de que con motivo de la diferencia del sexo masculino y femenino, la sociedad atribuye unos roles a los hombres y otros a las mujeres que son variables con los tiempos y las culturas. Las características de estos roles no vienen definidas completamente por el sexo biológico que se tiene. Algunos afirmarán que el sexo incluso no se vincula a ninguno de los papeles sociales que se atribuyen a los hombres o a las mujeres. Esto hará que se promueva el uso del término género para poder entender mejor el papel social de las personas en cuanto sexuadas, y que se multipliquen los llamados "estudios de género" para investigar el papel de la cultura en la configuración de sí mismo del hombre sexuado, y de los diversos roles que puede desempeñar en la sociedad.
  2. Por la mayor conciencia que se va tomando a lo largo del siglo XX de la histórica falta de respeto a la dignidad de las mujeres, porque numerosos derechos básicos les son conculcados[9]. Desde esta conciencia se va desarrollando un movimiento de revindicación de los mismos derecho que tiene el varón. Esto dará lugar al feminismo, que evolucionará por diversos caminos, algunos de los cuales se incorporarán al desarrollo de los estudios de género para analizar las causas de esta discriminación y proponer diversos caminos para superarla.
  3. Por otra parte es posible encontrarse con colectivos que son considerados distintos de las personas normales: homosexuales, lesbianas, transexuales, más en general lo que después se ha llamado el colectivos LGTBI. Esta diferencia se ha usado como argumento para perseguir su conducta y a las mismas personas, sin respetar los derechos humanos básicos. La posibilidad de romper la férrea ligazón entre sexo biológico y un comportamiento determinado es la ocasión para que estos colectivos se unan al movimiento de los estudios de género y promuevan una acción social y política para la imposición de la perspectiva de género en la orientación de la sociedad, sobre todo desde la educación y la legislación.

Aunque existen divergencias a la hora de definir el género, e incluso esta definición varía con el tiempo, en general el concepto de género, es una definición de carácter histórico y social acerca de los roles, identidades y valores que son atribuidos a varones y mujeres e internalizados mediante los procesos de socialización. Algunas de sus principales características y dimensiones son:

  1. Es una construcción social e histórica (varía con el tiempo), que afecta a las relaciones personales.
  2. Es una relación de poder hacer algo o no (porque nos remite al carácter cualitativo de esas relaciones).
  3. Ha sido una relación asimétrica: en general se ha configurado como relación de dominación masculina y subordinación femenina.
  4. Abarca instituciones, símbolos, identidades, sistemas económicos y políticos, etc.
  5. Es transversal a edades, estado civil, educación, clase social, etc.
  6. Se propone la inclusión mediante los cambios en mujeres y varones.
  7. Se busca una equidad en las posibilidades de desarrollo y participación social[10].

Estudios de género[editar | editar código]

Se trata de un conjunto de estudios que se suele catalogar como "estudios de género", traducción del inglés gender studies, que se producen principalmente en las universidades de Estados Unidos alrededor del concepto "género". En su producción tiene una importancia relevante todas las aportaciones del feminismo del siglo XX[11].

Algunos remontan su origen -independiente de la aparición del término- al fenómeno conocido como "Querelle des femmes" que recorrió Europa y más tarde Estados Unidos en el Renacimiento y la Revolución Francesa. Sin embargo su desarrollo se produce a partir de los años noventa del siglo XX[11], cuando se orientan específicamente al análisis y desarrollo de propuestas de acción, desde la perspectiva de la esencia cultural del género.

Los estudios de género recogen del feminismo el interés por las causas que suponen una discriminación de la mujer: "Ya no podemos justificar el mantenimiento de un sistema de clase sexual discriminatorio con el pretexto de que este tiene su origen en la Naturaleza" [12]. La distinción sexo/género está dirigida a la reivindicación de los mismos derecho en el hombre y en la mujer: los derechos humanos. Hay una visión crítica de lo masculino, como en la teoría del patriarcado, pero no se cuestiona la identidad masculina o femenina del hombre o la mujer[13]. Siendo varón o mujer desde el punto de vista de la sexualidad, las manifestaciones de esta masculinidad o feminidad pueden ser muy distintas según la cultura.

Posteriormente van evolucionando y la crítica fuerte al dominio del varón sobre la mujer se va a llevar a cabo desde presupuesto que van vaciando el sentido de la masculinidad y de la paternidad y posteriormente el de la feminidad y maternidad. Se mueven en una visión de enfrentamiento primero entre sexos/géneros y posteriormente entre grupos sociales, radicalizándose en las interpretaciones que pasan a originar una nueva forma de concebir el ser humano. Algunos promoverán acciones revolucionarias de tipo político agrupadas bajo el nombre de ideología de género y en otros casos se evolucionará hacia la teoría queer.

Vamos a ver algunos de los principales autores que ponen de manifiesto esta evolución.

Monique Wittig (1935-2003)[editar | editar código]

Pensamiento heterosexual.jpg

"Las lesbianas no son mujeres" afirma Wittig en 1976[13], poniendo en cuestión un punto fundamental que el feminismo nunca había criticado: la heterosexualidad. Con esta afirmación tan llamativa, Wittig quería decir que la lesbiana se define a sí misma independientemente de los hombres, mientras que en la heterosexualidad, hombres y mujeres se definen a si mismos haciendo referencia al otro. Las lesbianas radicales habían llegado a un acuerdo básico que consideraba la heterosexualidad como un régimen político que debía ser destruido[13]: "Se deben destruir política, filosófica y simbólicamente las categorías de hombres y mujeres"[13]. No hay un fundamento natural de la heterosexualidad como categoría normativa, y es igualmente legítimo el lesbianismo. Para ser libres hay que deconstruir esta estructura heterosexual que pretende ser universal. Debe ser combatida por la lesbianidad. El instrumento principal es el lenguaje. En Les Guérillères[14], hace desaparecer todos los pronombres: él, ellos, y ofrece el ellas como lo universal. "El objetivo de este planteamiento no es feminizar el mundo, sino hacer que las categorías del sexo se quedan anticuadas en el lenguaje"[15]

Gayle Rubin (1949- )[editar | editar código]

Gayle Rubin

Rubin hablará de la "heterosexualidad obligatoria" y del "origen cultural de la heterosexualidad" reinterpretando a Marx, Engels, Freud, Levy-Strauss, y Lacan[16]. El tabú del incesto (Levy Strauss) genera el átomo del parentesco y la heterosexualidad. En clave lacaniana, se establece un intercambio de mujeres que son objetos que permiten la dominación del patriarcado. En esta línea pondrá en crisis la misma institución matrimonial y familiar[16].

A partir de la década de los 80 del siglo XX, las lesbianas sitúan en la institución heterosexual, considerada no como natural sino como construida socialmente e impuesta históricamente por los hombres, el origen de la homofobia que constituye el objetivo primario contra el que organizar y hacer converger las acciones de lucha[17]. No se trata de crear un género, el homosexual, junto al masculino y al femenino. Hay muchos géneros. Su número ha ido creciendo, ya que al tratarse de un constructo social no tiene ningún fundamente en una realidad preconstituida[18].

Judith Butler (1956- )[editar | editar código]

Judith Butler publica en 1990 El género en disputa: El feminismo y la subversión de la identidad[19]. Su propósito es "criticar un supuesto heterosexual dominante en la teoría literaria feminista"[20]. "La crítica feminista también debería comprender que las mismas estructuras de poder mediante las cuales se pretende la emancipación crean y limitan la categoría de «las mujeres», sujeto del feminismo"[21] La normatividad heterosexual no debe ordenar el género.

Judith Butler

Reconoce a Beauvoir el mérito de afirmar que el género es la construcción variable del sexo. Pero va más allá. "Si se refuta el carácter invariable del sexo, quizás esta construcción denominada «sexo» esté tan culturalmente construida como el género; de hecho, quizá siempre fue género, con el resultado de que la distinción entre sexo y género no existe como tal"[22]. Y si se le objeta que el sexo, tiene una realidad anatómica en el cuerpo, responde que "el cuerpo es un mero instrumento o medio con el cual se relaciona sólo externamente un conjunto de significados culturales. Pero el «cuerpo» es en sí una construcción(...). No puede afirmarse que los cuerpos posean una existencia significable antes de la marca de su género"[23]. El cuerpo no dice, somos nosotros los que construimos su sentido.

Los mismos instintos básicos que llamamos "naturales" son construcciones: "lo que se cree que es «instinto materno» bien puede ser un deseo culturalmente construido interpretado mediante un vocabulario naturalista"[24].

Entonces, ¿Cuál es el origen de la diferencia sexual? la autora acudirá a Wittig para responder: "el lenguaje es una serie de actos, repetidos a lo largo del tiempo, que crean efectos de realidad que a veces se consideran erróneamente como «hechos». Vista colectivamente, la práctica repetida de nombrar la diferencia sexual ha creado esta apariencia de separación natural. El «nombrar» el sexo es un acto de dominación y obligación, un performativo institucionalizado que crea y legisla la realidad social al exigir la construcción discursiva/perceptual de los cuerpos de acuerdo con los principios de diferencia sexual. Así, Wittig llega a la conclusión de que «en nuestros cuerpos y nuestras mentes estamos obligados a pertenecer, rasgo por rasgo, a la idea de naturaleza que se nos ha ofrecido [...]; "hombres" y "mujeres" son categorías políticas y no hechos naturales"[25]. "No hay ningún motivo para clasificar a los cuerpos humanos en los sexos masculino y femenino"[26]

Con Butler se abandona claramente el feminismo, incluso radical, y se abre la teorización sobre el mundo queer.

La superación del sujeto[editar | editar código]

Con estas autoras desaparece cualquier realidad que sustente a la persona. Atribuir un carácter performativo fuerte (que construye toda la realidad) al lenguaje constituye el principal instrumento de análisis de la realidad que se utiliza en estos estudios. Es más, el lenguaje sustituye a la realidad[27]. También se confía en él para deconstruir la cultura actual y alcanzar la indeterminación originaria de la realidad humana, dejando que cada individuo, sea cual sea su identidad biológica, siga su propio camino sin ser esclavo de estas máscaras preconstituidas[28].

Butler va a citar a Nietzsche en La genealogía de la moral en cuanto a que «no hay ningún "ser" detrás del hacer, del actuar, del devenir; "el agente" ha sido ficticiamente añadido al hacer, el hacer es todo»[29]. En una aplicación que el mismo Nietzsche no habría previsto ni perdonado, podemos añadir como corolario: no existe una identidad de género detrás de las expresiones de género; esa identidad se construye performativamente por las mismas «expresiones» que, al parecer, son resultado de ésta[30].

Pero no sólo Butler. Gran parte de la teoría feminista de lengua inglesa o francesa comparte esta pasión por el lenguaje y por la disolución de sus categorías fundamentales, ya sean estas el sujeto o ley identidad individual del sí mismo. En efecto, como quiere la escuela posmoderna, el sujeto cartesiano uno, real, racional y universal, al pulverizarse en muchos fragmentos inestables y sin centro no sólo muestra como ilusoria la sustancia del hombre sino también la pretendida realidad del sí mismo. Desde un punto de vista radical, el sí mismo se convierte en un vacío atravesado por múltiples identidades, en un punto provisional de su vertiginoso movimiento[27].

Se va a acusar al feminismo de golpear el aspecto misógino del sujeto pero con ello colaborar al éxito de otros aspectos opresivos. El sujeto debe ser golpeado en su totalidad y declarado muerto. Solo queda ocuparse de sus fragmentos[27].

Sin ninguna sustancia que lo haga permanente, el sí mismo se convierte en el efecto temporal del cruce de las múltiples identidades que lo posicionan en un sitio, más o menos ventajoso, en el sistema social y simbólico[27].

No es que desaparezca el sí mismo. Pero ya no existe con un contenido que lo explique: ya no es un qué. Es un quien encerrado en su irreductibilidad individual que no forma parte de ninguna identidad general y que es indefinible[31].

Teoría Queer[editar | editar código]

Como Butler misma reconoce[32], El género en disputa, es uno de los textos fundacionales de la teoría queer. En realidad es una conclusión del planteamiento que estaban haciendo otros autores como Michel Foucault o Monique Wittig[9].

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En la teoría queer, el sexo desaparece, subsumido por el género, puesto que diferenciarlos significaría, desde los presupuestos filosóficos postmodernos, creer en el “mito epistemológico” de una realidad que se ofrece sin previa interpretación.

Por ello, sólo propone cierto juego de representaciones (una performance transgénero) que lleve a una proliferación de los géneros disruptivos, es decir, a las formas de identidad queer en las que sexo, género y opción sexual no coinciden de la manera en que se espera normalmente.

El sujeto del movimiento queer son “los monstruos”, “el proletariado del feminismo”: trabajador@s del sexo, inmigrantes, transexuales, mujeres no blancas… La elección del mismo nombre queer, insulto sexual de difícil traducción al castellano pero que a menudo se ha vertido como “torcido” o “raro”, expresa a las claras su voluntad de mantenerse ajenos a cualquier redefinición de la normalidad y a las expectativas de integración del feminismo mayoritario[9].   

Los estudios queer, buscan dinamitar los códigos dualistas tales como varón/mujer, hetero/homo, adentro/afuera, centro /periferia, normal/anormal, dominante/dominado. Cuestionan las identidades aparentemente estables e interpelan a la normalidad. Sus críticas, inéditas, inhabitables e indeseadas para los cánones tradicionales postulan incertidumbres y sacudidas[33]

La teoría queer por tanto,

"No se detiene en la deconstrucción del sujeto: atiende principalmente a la deconstrucción del orden social. [...] Se trata de sembrar la duda sobre las tendencias de orden sexual, para introducir la sospecha sobre las ‘restricciones de la heterosexualidad’, para cambiar la cultura", para demoler las normas convencionales"[34].

Manifiesto Cyborg[editar | editar código]

Manifiesto Cyborg

Un último paso en esta evolución de los estudios de género, entrando ya en el Transhumanismo, se encuentra en la teoría cyborg (organismo cibernético, híbrido de máquina y organismo), uno de cuyos orígenes fundamentales está el Manifiesto Cyborg de Donna Haraway(1984)[35].

En la visión de Donna Haraway:

"los cuerpos no nacen; son fabricados (...) Uno no nace organismo. Los organismos son fabricados". " Cualquier objeto o cualquier persona puede ser razonablemente pensado en términos de montaje y desmontaje. No hay arquitecturas naturales que limiten el sistema del diseño(...) Lo que pasa por una unidad, un "uno", resulta muy problemático, no es algo permanentemente dado"[35].

Propone la necesidad de superar el dualismo biológico varón-hembra en nombre de la perspectiva abierta por las nuevas tecnologías, que permiten ahora construir al individuo combinando elementos biológicos humanos, con los de otras especies animales, y con elementos artificiales[18].

Se trata de ir a una sociedad sin sexos y sin géneros, en la que el ideal del “nuevo” ser humano estaría representado por una hibridación que rompiera la estructura dual hombre–mujer, masculino–femenino.

Una sociedad, por tanto, sin reproducción sexual, sin paternidad y sin maternidad. La sociedad así construida estaría confiada únicamente a la ciencia, la biomedicina, la biotecnología y la ingeniería genética. El origen y final del existir humano se debería solo a la acción de la ciencia y de la tecnología, las cuales permitirían lograr ese transhumanismo en el que quedaría superada su propia naturaleza (posthumanismo).

Perspectiva, teoría e ideología de género[editar | editar código]

Artículo principal: Ideología de género
Artículo principal: Perspectiva de género

Los estudios sobre el género no sólo han abarcado una gran cantidad de cuestiones distintas, sino que han ido evolucionando en el mismo concepto de género.

Prácticamente nadie niega hoy la diferencia entre sexo y género. El carácter biológico-corporal del primero y el carácter predominante cultural del segundo. De la identificación de sexo igual a género, se ha pasado a la contemplación del binomio sexo-género

Tampoco se niega el papel que ha tenido esta evolución para la defensa de los derechos humanos en el caso de las mujeres, los homosexuales, y los transexuales.

Tener en cuenta estas realidades a la hora de comprender algunos fenómenos sociales -no toda la realidad personal o social-, es lo que podríamos llamar "perspectiva de género" que puede promover diversas propuestas prácticas a la hora de enfocar temas de trascendencia social.

La discusión está en si los "estudios de género" han desarrollado una teoría común (teoría de género) que supone no sólo una descripción sobre la construcción del género sino un verdadero cambio antropológico. Se ha cambiado la concepción de lo que significa ser hombre, ser persona humana. Esta nuevo paradigma del ser hombre se constituye en una afirmación que ya no es confrontada con la realidad y que pueda haberse convertido en una verdadera ideología (ideología de género)[36] .

Algunos niegan que esto haya ocurrido. "Los estudios sobre el gender tienen como finalidad sobre todo combatir contra las discriminaciones y las violencias padecidas por ser mujeres, homosexuales o transexuales, que son considerados como inferiores sólo a causa de su propio sexo, su propia orientación sexual o su propia identidad de género. (...) Este es el motivo por el que, desde hace tiempo, me ocupo del gender y no comprendo cómo es que existía hasta hoy tanta hostilidad y tanto miedo respecto a él".[37][38][39]

Por otra parte también parece claro que junto a la defensa de la mujer y de colectivos LGTBI, se produce una reflexión sobre el significado de la sexualidad, la corporalidad y la identidad humana. En el caso de los estudios de género, y del feminismo radical, se ha partido de postulados freudianos, marxistas y estructuralistas, y con ello se ha llegado a proponer una nueva forma de entender el ser humano. Es decir se ha elaborado una nueva antropología.

Quizá este cambio se produce al pasar de defender los derechos de los perseguidos, a negar el valor teórico de la heterosexualidad. Butler recogerá de Wittig que "el objetivo de su planteamiento no es feminizar el mundo, sino hacer que las categorías de sexo se queden anticuadas en el lenguaje"[15] y le atribuirá que "su propósito no es llamar la atención sobre los derechos de las «mujeres» o las «lesbianas» como individuos, sino oponerse a la episteme heterosexista totalizadora por medio de un discurso invertido con la misma extensión y poder"[40]. Posteriormente, como se ha visto, se acabará negando el mismo valor de la corporalidad o de la mismidad de la persona. Por todos estos motivos para muchos se puede hablar de una teoría de género que cambia profundamente la imagen del varón y de la mujer.

Desde esta perspectiva de género, la diferencia sexual es artificial, producto de la cultura y de la sociedad. El hombre nace neutral en el estado de naturaleza y de inocencia previo al pacto social; es la sociedad quien le corrompe, quien le aliena, creando las diferencias sexuales. La diferencia sexual es la primera alienación del ser humano en el plano personal producida por la cultura impuesta por la vida social. Por lo tanto debe desaparecer todo lo que perpetúa socialmente esa alienación: lo que Alicia Miyares llama “instituciones socializadoras, es decir, la familia y el matrimonio[41], así como todo lo que perpetúa personalmente esa alienación: la procreación entre los sexos, la maternidad y el parentesco; los hijos serán producto de encargo y la educación corresponderá al estado[42].

Estos nuevos planteamientos no sólo se proponen a nivel teórico, sino que se pretende incidir en la sociedad a través de la política, de la legislación, de la educación y de la sanidad, porque ahora ya no se trata de respetar la diversidad sino de cambiar (deconstruir) la realidad actual por otra nueva mediante la construcción de un nuevo ser humano en el que ya no habrá sexo o género sino sólo individuo.

Algunos han visto que este cambio antropológico unido a la voluntad de una revolución social llevada a cabo en el ámbito político hace que ya no baste hablar de cuestiones de género, o de adoptar una perspectiva de género, sino de aceptar o no un cambio antropológico que se ha constituido en una ideología que han llamado: "ideología de género.

No se trataría propiamente de una rama del feminismo, ni siquiera de un feminismo radical, sino de una ideología política que desde unos principios sencillos (la felicidad está en la realización de los deseos sexuales sin límite moral, legal o incluso corporal), y mediante una estrategia política, pretende establecer un modelo de sociedad que se considera infaliblemente el mejor y el más feliz[43].

Conclusiones[editar | editar código]

El desarrollo del concepto de género desde el feminismo y otras corrientes de pensamiento, ha promovido la superación de numerosas injusticias en el trato a las mujeres, a los homosexuales, y a los transexuales.

El punto clave, sin embargo, es la relación entre sexo biológico y género, dentro de una comprensión más general de la relación entre cuerpo y persona.

Hay un grupo que podrían llamarse naturalistas, que con muchas diferencias de pensamiento, es la tradición cultural que se ha vivido hasta nuestros días.

  • Para este grupo hay algo común entre todos los hombres que es la naturaleza humana, no sólo como un existente en cada individuo, sin ninguna definición, sino que se podría hablar de un contenido común a todas las personas humanas: varones y mujeres, que se llama naturaleza humana. El cuerpo forma parte del ser persona, tiene unas características propias que modulan el ser persona humana, que se articula en persona masculina y femenina, como complementarios.
  • El matrimonio entre varón y mujer, y la paternidad y maternidad son desarrollos de esa naturaleza humana sexuada. Por tanto es natural que los padres sean los primeros responsables de la educación de los hijos.
  • El cuerpo es biología y biografía. En la concepción tiene una gran plasticidad que se va definiendo por su obrar, y por la sociedad y cultura en la que se desarrolla. Sin embargo hay características del cuerpo como la sexualidad, que tienen un aspecto fundamental en las características sexuales y que permiten al hombre abrirse al otro, conocerle -y por tanto conocerse-, y expresar el amor.
  • La cultura no se opone a la naturaleza humana. Existe porque se es hombre, y a su vez el ser hombre le permite recibir la cultura y construirla.
  • No toda relación entre varón y mujer, ha sido o es de dominio. Tampoco todas las relaciones entre los seres humanos son de dominio de unos hacia los otros. Se debe promover un respeto y tolerancia entre las personas que supere las situaciones injustas y promueva la solidaridad entre todos los seres humanos.

Otro grupo podrían ser llamados anti naturalistas. Su planteamiento es contra intuitivo, aunque una vez aceptados los principios, es de una gran coherencia.

  • Para este grupo no existe mismidad, sino que cada hombre se construye sólo mediante sus acciones. Estas han sido condicionadas por la sociedad, y para ser realmente libres debería liberarse de todos los condicionamientos.
  • El principal condicionamiento ha sido la construcción binaria de los sexos: masculino y femenino. El masculino ha dominado al femenino, aunque esta dominación ha incluido a su vez la dominación de los progenitores sobre los descendientes que ha transmitido a través de la cultura esa dominación.
  • La sexualidad es independiente del género que se atribuya, del sexo biológico con el que se nace, e incluso del mismo cuerpo. No hay clasificación posible, porque debe poder elegirse personalmente.
  • La paternidad y maternidad han sido dos formas de dominación. El padre ha dominado a la madre y a los hijos, mediante la procreación y la educación. Por eso para poder ser libre, la procreación debe quedar al margen de ser mujer. La educación debe sustraerse a los padres y evitar cualquier clasificación de sexo o de género, y más bien promover todo tipo de experiencias sexuales, que permitan ir decidiendo sobre la propia vida.

Otras páginas[editar | editar código]

Referencias[editar | editar código]

  1. Kaplan, Steven (2011). The Routledge Spanish Bilingual Dictionary of Psychology and Psychiatry (en inglés/español). Taylor & Francis. 
  2. «Informe de la Real Academia Española sobre la expresión violencia de género». 19 de mayo de 2004. Consultado el 20 de junio de 2016. Se estaba discutiendo el Proyecto de lo que después fue Ley orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de protección integral contra la violencia de género (BOE de 29 de diciembre de 2004)
  3. 3,0 3,1 3,2 3,3 «Género». octubre de 2005. Consultado el 20 de junio de 2016. 
  4. Diccionario de lengua española. Consultado el 11 de junio de 2016. 
  5. Fumagalli, Arístide (2016). La cuestión del gender. Claves para una antropología sexual. Cantabria: Sal Terrae. pp. 19-21. ISBN 9788429325560. 
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  7. 7,0 7,1 7,2 Este concepto no deja de tener algunos problemas de definición: American Psychological Association (2016). Answers to Your Questions About Transgender People, Gender Identity and Gender Expression. Consultado el 16 de noviembre 2017. 
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